ABC MADRID 15-09-1984 página 90

L o 1 í t a Las locuras mermadas de Jethro Tull MBIENTE de pelo largo, camisetas pegadas por el sudor y pantalones ceñidos, vaqueros o de cuero o de esos que recuerdan a un pijama lleno de colorines. Tanto humo que parecía niebla, y una humedad (calor humano en su máxima expresión) que dificultaba incluso respirar. Horas antes ya estaba todo lleno. Hasta arriba. El concierto o recital era a las diez de la noche, y desde las tres había gente intentando entrar al Pabellón de Deportes del Real Madrid. Se les podía ver sentados en el césped de la entrada liándose sus historias y vaciando botellas, preparándose para la gran noche Algunos se pasaron, y a los pocos minutos de comenzar lan Anderson a hacer locuras con su flauta, tuvieron que retirarse a expulsar, entre convulsiones, el excesivo y mal dosificado entusiasmo. A las diez en punto, un estruendo ensordecedor reclamó violentamente la presencia de Jethro Tull en las tablas. Una guitarra y un teclado empezaron a dejarse oír, subiendo de tono hasta tapar cualquier sonido. Un repentino golpe de flauta y dos enormes cortinas se separaron dejando ver un escenario con todos los instrumentos embalados en papel. Siete u ocho empleados de A bata blanca pasaban revista, bajo los foco; a todos los paquetes. Un solo de guitarra resonó en el pabellón y Martin Barre, único superviviente junto lan Anderson de la vieja formación, rompió la cascara de su blanca y liviana envoltura y saltó a su sitio, al mismo tiempo que el bajo, Daré Pegg, y el batería, Doane Perry, hacían lo propio, lan Anderson se quitó la bata, se puso una gorra y se colocó en el centro del escenario y del griterío general, en pleno apogeo. Algo ha cambiado desde que vinieron a Madrid hace dos años, aparte ya de sus componentes. El loco de la flauta no dio esos brincos espectaculares que solía, y sus locuras fueron menos vistosas, quizá tapadas por unos cuantos kilos de más. El público, homogéneamente enfervorizado, pasó por alto los detalles y acogió con ansia las dos horasque duró el recital, aplaudió y vitoreó las viejas y las nuevas canciones, pertenecientes al nuevo álbum de Jethro Tull, Under wraps (Bajo las envolturas) y se fue, aunque no a casa, a continuar la juerga hasta altas horas de la madrugada. José Manuel NIEVES Pilar Trenas y Juana Biarnés La conocida fotógrafa Juana Biarnés, ahora propietaria del restaurante Can Joana, de Ibiza, conversa con Pilar Trenas, directora presentadora de Tele Madrid durante una cena celebrada en su restorán. Pilar Trenas ha pasado una larga temporada de vacaciones en la isla pitiusa 90 A B C SÁBADO ¡5- 9- 84