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ABC MADRID 31-12-1983 página 78
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ABC MADRID 31-12-1983 página 78

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC, póg. 78 ESPECTÁCULOS El teatro en 1983 -SÁBADO 31- 12- 83 Crítica de música- BAJO LA IMPROVISACIÓN, EL DESORDEN Y LA CRISIS El más desordenado experimentalismo y la improvisación han caracterizado, durante el año 1983, la actividad de los teatros oficiales de Madrid. Incapaces de una programación estudiada y planeada a largo plazo- -plazo del que no disponían, justo es decirlo- -tanto el Español, bajo la dependencia municipal, como el María Guerrero en régimen de Centro Dramático Nacional en permanente crisis y de inoportunas obras de reforma, han zigzagueado en espectáculos, por lo general, de corta duración en el cartel, y no pocas veces sobre montajes caros, incomprensibles en una política teatral seria, aplicada a obtener del dinero invertido los mayores rendimientos culturales posibles. Por el Español han pasado, generalmente, como relámpagos, dos Shakespeare; ei Ricardo III dirigido por Cliffor Williams, sin medios ni imaginación, y La tempestad según Lavelli, encerrada en un enorme cajón a efectos de festivales y efectismos de Nuria Espert. Un frivolo Don Alvaro del duque de Rivas, al modo de Nieva; un par de ensayitos inútiles sobre Buchner o de Savater, y el cierre del año con el montaje presuntuoso del director del teatro, José Luis Gómez, barroco, confuso de ámbitos escénicos, desordenado de intenciones, de Absalón -recortado el más. largo título- de Calderón, son más bien el debe en el agitado balance del teatro municipal que, rompiendo bien una tradición que era mala ¿dio a Ignacio Amestoy la oportunidad de ver en el escenario su excelente drama Ederra que había obtenido el premio Lope de Vega. Lo del María Guerrero es, quizá, más grave. Salvo adaptaciones, una de Larreta de La Dorotea de Lope de Vega, en que se pierden los valores novelescos del texto, pero se consigue un jueguecillo alegre que se deja ver, sin más, ha habido que cubrir las semanas vacías con espectáculos traídos de aquí y de allá entre los que brilla la presencia de Tadeusz Kantor, sonando a repetido, con La clase muerta y las sorpresas de L Os de Peter Brock, y El rey de Sodoma de Arrabal, con su inevitable pequeña porción de escándalo. Ya bajo la nueva dirección de Lluis Pascual, un montaje interesante de una pieza interesante, Él veneno del teatro de Sirera, que merecía más larga presencia en el escenario y la traca final y muy retardada del Eduardo II de Inglaterra de Marlowe, en que se confunde un tanto la acción con el galope. Una sola, y por pura fórmula, amonestación: los teatros oficiales están en el deber de formular programas coherentes y en la necesidad de evitar las fáciles improvisaciones derrochadoras. Los autores españoles que han estrenado este año son Martínez Mediero, con Juana del Amor Hermoso y una versión inadmisible de Tito Andrónico de Shakespeare, o sea, un éxito y un traspiés. Juan Polo, un novel, con La muerte de Brunelda traspiés gordo de Aurora Bautista. Arrabal, con El rey de Sodoma y El arquitecto y el emperador de Asiría aires de controversia y de inconformismo en el aburrido panorama nacional. Fernán- Gómez, en tono menor, con Del rey Ordás y su infamia López Aranda, con gran éxito de público y elogios críticos, para su Isabel, reina de corazones Éxito también de Francisco Ors, con El día de gloria Piezas excelentemente construidas de Pedro Mario Herrero, Un día de libertad y Fermín Cabal, Esta noche, gran velada y muy poco más considerable. Ha sido el año de la revista. Muchas revistas. Con poca imaginación la mayoría. Con gran éxito, Por la calle de Alcalá que no debe morir en las cenizas del viejo Lido, porque sería injusto. MarsiHach sacó una Mata Hari gris, un poco agobiada por la documentación. Marsillach debería haber confiado más en su propio ingenio. La presencia de Vittorio Gassman y 1 a de Kantor, son acontecimientos significativos, junto al paso de Darío Fo por un escenario, en obra y en persona, dentro del barullo festivalero de las salas experimentales. Amestoy, Cabal, Ors, parecen, tin trío de ases para ligarlo en temporadas próximas. Pero el silencio de Buero, Gala, López Rubio, Calvo- Sotelo o incluso de los underground que se justificaban en la censura, pone más de relieve la escasa entidad del año teatral. Los teatros se cierran. No existe en el Ministerio de Cultura una política eficaz, permanente, de protección a un arte que forma parte del mejor patrimonio cultural de España. Cansa decir, poco más o menos, lo mismo, año tras año. Lorenzo LÓPEZ SANCHO El último recital de 1983: Martin Sóderberg, en la Sala Fénix Al menos el último recital sobre el que, por asistencia directa del crítico, se recoge información en estas páginas, que tantas han brindado en el año. Al romperse el paréntesis tradicional en estas fechas, en las que al margen de los conciertos en templos organizados por el Servicio de Cultura de la Comunidad autónoma- -varios, ahora del Grupo Neocantes- -no hay conciertos públicos, podía sentirse alguna duda sobre la respuesta de. los aficionados. Fue capaz de colmar la Sala Fénix. Creo que para los más, entre los que me cuento, habrá constituido una grata sorpresa escuchar a Martin Sóderberg en este recital, prolongación de ciclos musicales en el Círculo Catalán y que ha contado con el patrocinio de la Casa Hazen y la posibilidad de un excelente Yamaha de gran cola. Martin Sóderberg, canario, hijo de madre con este origen y padre sueco, es, muy joven aún, pianista de medios y calidad fuera de lo normal. Su concepto es serio, claro, sin abandonos, remilgos ni excesos temperamentales. Su técnica, también diáfana. El mecanismo, preciso, y el sonido, con muy considerable calidad. Confeccionó un programa atractivo, apto para la demostración de su clase y versatilidad, en el que, centrándolo, el mayor interés se daba por la inclusión de Ocho estudios de la opus 42 preciosa muestra de la fineza, la fluidez de ideas y el virtuosismo de la Alexander Scriabin, músico bastante menos popular y empleado que lo debido a su clase. Las reproducciones, justas, dieron relieve a estas piezas, breves y sustanciosas. Antes, la Sonata en la menor de Mozart, aun con lograr un nivel de absoluto decoro y validez, fue lo menos encomiable de la sesión, porque Sóderberg destaca antes lo real- -lo escrito- -que lo espiritual- -lo indescriptible- -de los pentagramas. En el Andante cantabile con expressione por ejemplo, se desearía una mayor sutileza y levedad en sonido y fraseo, ya que todo resulta demasiado tangible, sólido en exceso. Para final, la Sonata en si menor de Liszt, se impuso con su mensaje poemático, brillante, pleno de aliento, en versión de clase que, ovacionada, tuvo apéndice de la prolongación que el artista concedió para corresponder a esas muestras de general asenso por parte del público. Oos notas para terminar: Martin Sóderberg tuvo la sensibilidad de ofrendar la interpretación de la Sonata lisztiana a la memoria de sus llorados mayores Rosa Sabater y Marc Raubenheimer y solicitar unos instantes de respetuoso silencio en memoria de estos grandes artistas. De otra parte, creo que Pedro Machado Castro enseñará en sus clases del ciclo a que se adscribe el recital que no se pueden hacer fotografías durante las interpretaciones, permitidas esta vez. Habíamos perdido, venturosamente, el espectáculo de ese deambular, cámara en ristre, de unos profesionales en pleno curso del mensaje musical. Antonio FERNANDEZ- CID Musicales LUNES LÍRICOS CAFE- RESTAURANTE VÍENA (Luisa Fernanda, 23. Teléfono 2481591) Próximo lunes, día 2, en la sobremesa de la cena, actuación del barítono Daniel Merino. -R. ¿TIENE ALGO QUE VENDER? Utilice la Sección de Anuncios por Palabras de DALLAS PUB (Orense, 34. Teléfono 456 36 25) Presenta a Víctor Loque (guitarra) Actuación en directo todos los días. -R.

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