ABC MADRID 17-08-1983 página 3

EDITADO POR PRENSA ESPAÑOLA SOCIEDAD ANÓNIMA 17 AGOSTO 1983 FUNDADO EN 1905 POR DON TORCUATO LUCA DE TENA ABC que hay que recordar lo importante, algo sin lo cual la memoria queda enferma: hay que recordar todo lo importante. He hablado con muchos argentinos. La mayoría de ellos tienen una actitud expectante, desinteresada (en el buen sentido de la palabra, es decir, sin intereses particulares) suelen recordar el pasado de su país con uniforme corrección, incluyendo los grandes rasgos de lo que ha pasado. Pero cuando hablo con los que tienen una participación más o menos directa en los asuntos públicos, cuando son lo que podríamos llamar parte interesada (y conste que esto me parece perfectamente lícito y aun necesario) percibo una deformación de su memoria: recuerdan vividamente algunas cosas, olvidan totalmente otras. Piensan en ciertos actos o sucesos a la vez que omiten que eran respuesta a otros. Vuelven los ojos a ciertos fenómenos evidentemente negativos y peligrosos, pero suponen que su fecha inicial es una determinada, y no otra, tal vez dos o tres años anterior. Hacen declaraciones plausibles, que no riman bien con las que habían hecho tiempo atrás. Se dirá que han cambiado, que han rectificado. Esta capacidad admirable es la que hace posible que el mundo mejore. Pero cuando se cambie, cuando se rectifique, sólo pido una cosa: que se reconozca esa variación. En España hemos visto mil veces que alguien que estaba muy a la derecha aparece repentinamente a la izquierda. Si alguien se levanta, da unos pasos y se coloca en otro lugar, me parece perfecto; ahora bien, si el que estaba a un lado aparece súbitamente al otro sin haberse movido, eso es magia, y yo no creo en la magia. Pues bien, me preocupa la introducción de la magia en el escenario político argentino. Entonces, se preguntará, ¿hay que estar recordando todo? ¿Hay que estar hurgando en un pasado lleno de dolores y riesgos, con riesgo de que rebroten? ¿No hay el peligro de que las brasas casi apagadas de un rescoldo, al agitarse, vuelvan a dar llamas? Por supuesto, es un peligro evidente y gravísimo. Nada más lejos de mí que recomendar la morbosa complacencia REDACCIÓN ADMINISTRACIÓN Y TALLERES SERRANO, 61- MADRID- 6 11 pensara solamente en lo que se ve, se oye, se vive directamente en la Argentina- -en Buenos Aires y en otras ciudades- mi confianza sería firme y decididamente esperanzada. Todo lo que es inmediatamente real es excelente, y en muchos sentidos superior a lo que se encuentra en la inmensa mayoría de los países que conozco, que no son pocos. Pero cuando se atiende a lo que también es real, si bien de manera distinta- -opiniones de los periódicos, declaraciones de los políticos, manifestaciones organizadas, acciones judiciales de alcance limitado y contenido un poco sorprendente, silencios- a lo que es menos espontáneo, más deliberado o planeado, se siente alguna inquietud. Me parece evidente que la Argentina está hoy en estado de concordia. Desde poco después del establecimiento de la Monarquía en España, es decir, desde los primeros meses de 1976, dije: Los españoles no quieren enfadarse. Estaban dispuestos incluso a pasar por situaciones enojosas, por encajar actos inconvenientes de unos o de otros, con tal de no romper la convivencia libre que acababan de estrenar. Tengo la impresión de que los argentinos tampoco quieren enfadarse. Pero también tengo la de que algunos quieren que se enfaden. La cuestión es qué voluntad triunfa, si la de la mayoría que quiere seguir pacíficamente hacia adelante o la de algunas minorías- -apostaría a que muy pequeñas- -que están decididas a estorbarlo. Creo que lo más delicado que se presenta hoy a la Argentina es lo que podríamos llamar el uso de la memoria. Siempre hay gentes bienintencionadas que aconsejan, cuando han ocurrido cosas desagradables, inconvenientes, inaceptables, el olvido. No me parece buen consejo, sobre todo porque es imposible de seguir. No se olvida. Cuando se nos pide que olvidemos, se nos está recordando lo que debemos olvidar. El hombre es un animal con memoria, un animal reminiscente- -y por eso es hombre- Además, el olvidar es la manera más segura de reincidir en lo que debería evitarse. Por tanto, hay que recordar. La pregunta que surge es: ¿qué? La memoria es siempre selectiva, y gracias a ello es posible; una memoria íntegra es una utopía. Hay que recordar lo importante, lo que es revelador de la estructura de las cosas, lo que descubre las tendencias profundas de cada partido, grupo, persona; lo que ha modificado el estado de las cosas, es decir, lo que ha introducido cambios persistentes en la realidad. Cuando la memoria es sana y eficaz, automáticamente deja caer lo irrelevante y retiene lo vitalmente significativo. Pero estoy hablando de la memoria en su espontaneidad, por ejemplo, la memoria que cada hombre o mujer tiene de su vida. Cuando se trata de asuntos públicos, y sobre todo políticos, se produce la manipulación voluntaria de la memoria. Por eso hay que añadir a lo que acabo de decir, s EL USO DE LA MEMORIA en lo que no debiera haber ocurrido, o el intentar obtener rentas del dolor. Curiosamente, en nuestra época no se cuenta con la posibilidad del arrepentimiento. Para arrepentirse de algo hay que recordarlo, no olvidarlo. La preparación de la confesión empieza con el examen de conciencia. Pero los viejos catecismos- -que nadie lee, que nadie estudia- -agregaban el dolor de corazón y, por supuesto, el propósito de la enmienda. Esto es lo decisivo, lo que casi nadie quiere. Todavía el catecismo agrega un punto más, que es la confesión, la declaración o reconocimiento de las culpas, y finalmente la penitencia (en cuestiones políticas, de ésta se encargan los electores) Y, claro está, todo ello se hace en primera persona, es decir, se declaran las culpas propias más que denunciar las ajenas. Admirable modelo de saneamiento, aunque se prescinda de la dimensión sobrenatural, sacramental, de la penitencia. Los sacramentos tienen un sustrato natural que los hace posibles (la toma de posesión de uno mismo como condición de la confirmación, la condición sexuada para el matrimonio) No puedo evitar la impresión de que algunos grupitos o individuos ejercen en la Argentina una función urticante, irritante, compuesta de pequeñas denuncias, injurias, provocaciones. Da la impresión de que no desean unas elecciones libres y serenas que devuelvan la democracia a su país y establezcan un firme sistema de libertades. ¿Cómo va a sorprenderme, cuando recuerdo muy bien que cuando se propuso en España el referéndum para aprobar la reforma política- -es decir, la puesta en marcha de la democracia- a fines de 1976, las ciudades españolas se llenaron de carteles y pintadas que decían: No. Abstención y que sus autores eran los que más se llenaban la boca con esa misma palabra democracia Y, aunque ya en retirada hacia posiciones más extremas, algo parecido ocurrió ante las elecciones de junio de 1977, en que tantos millones de españoles votamos por primera vez y que abrió el camino a la democracia al cabo de más de cuarenta años. Por todo esto me parece esencial que los argentinos hagan buen uso de la memoria. De esto depende su porvenir inmediato. De esto y de otra cosa que merecería un examen atento antes de que sea demasiado tarde, pero que hoy nos llevaría demasiado lejos. Una reforma poco afortunada de la liturgia de la misa ha hecho desaparecer de ella cuatro palabras, que los argentinos deberían tener presentes y repetir en los meses próximos varias veces al día. El viejo texto decía así: Líbranos, Señor, de todos los males, pasados, presentes y futuros. Dios mismo no puede impedir que los males hayan pasado; pero ciertamente puede impedir que sean males. Julián MARÍAS de la Real Academia Española S COLEGIO- RESIDENCIA ZONA RESIDENCIAL DE LA ELIANA VALENCIA Telél 96- 27416 56 -Centro especializado en técnicas de estudio. -Educación completa para su Formación Humana. -Mixto, INTERNADO, media pensión. -COU, BUP (homologado) EGB. TODAVÍA RESERVAMOS UNA PLAZA PARA SU HUO- A IALE