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ABC MADRID 20-03-1983 página 3
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ABC MADRID 20-03-1983 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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EDITADO POR PRENSA ESPAÑOLA SOCIEDAD ANÓNIMA 20 MARZO 1983 FUNDADO EN 1905 POR DON TORCUATO LUCA DE TENA L 23 de febrero de 1883 nació Karl Jaspers; murió, ya cumplidos tos ochenta y seis años, en 1969. Era estricto coetáneo de Ortega, así como Heidegger lo era de Gabriel Marcel, ambos nacidos en 1889, todos dentro de la misma generación. Se recuerda ahora el centenario de Jaspers, en este año tan rico en centenarios interesantes. Mi actitud respecto a Jaspers es un tanto extraña, y a mí mismo me sorprende. Es una de las grandes figuras de la filosofía de nuestro siglo, y a la vez una de las personas más dignas en el mundo intelectual de nuestro tiempo. Su obra es amplísima y rica. Por dos veces (en Madrid primero, en la Universidad de Yale después) he expuesto y comentado su pensamiento. Y, sin embargo, mi deuda intelectual con Jaspers es mínima, por no decir nula: no creo que se encuentre- en mis escritos una sola idea que proceda de él. ¿Cómo se explica la coexistencia de esta profunda estimación con la ausencia de toda influencia? Karl Jaspers llegó a la Filosofía desde la Medicina, y más concretamente desde la Psiquiatría. De 1913 es su Psicopatología general (Allgemeine Psychopathologie) a la cual siguió su Psicología de las ideas del mundo (Psychologie der Weltanschauungen) en 1931 publicó Die geistige Situation der Zeit (traducido como Ambiente espiritual de nuestro tiempo) Su primera gran obra filosófica fue Philosophie, en tres partes (admirablemente traducida al español por Fernando Vela, y que aún espera su traducción a otras lenguas, por ejemplo, al francés) est libro, d e 1932, representa el pleno ingreso de Karl Jaspers en la Filosofía. Luego habrían de seguir Razón y existencia, Lógica filosófica, Origen y fin de la historia, La fe filosófica, Balance y perspectiva, Los grandes filósofos, Razón y sinrazón de nuestro tiempo, La culpabilidad alemana... ABC de la vida que yo mismo soy y quiero, y aquello otro que se hace perceptible en los límites, pero al precio de no aportar en las enunciaciones ningún conocimiento impositivo, de validez general, referente a la verdad esencial, en realidad la única esencial. Es también interesante lo que Jaspers cuenta: Hasta 1913 no conocí las obras de Kierkegaard, que me despertaron definitivamente a la filosofía como un modo de pensar metódico y consciente de sí mismo, que se funda a sí mismo... Era como si Kant, Schelling, Plotino y los demás grandes filósofos se pusieran de repente a hablar de nuevo. De Heidegger habla frecuentemente con desvío, y se cree- -y él mismo cree- -que se trata de la reacción a la torpe actitud de Heidegger al advenimiento del nacionalsocialismo, del momento de complacencia y adhesión que el gran filósofo tuvo, y que tan caro había de pagar muy pronto. Pero si se ve el grueso volumen, recientemente publicado, Notizen zu Martin Heidegger, se ve que Jaspers estuvo siempre obseso con su gran coetáneo, antes y después de 1933, y muy principalmente por motivos filosóficos. He recordado estos hechos porque quizá expliquen mi estimación y admiración por Jaspers y su mínima influencia sobre mi pensamiento. Se podría decir que siempre me llegaba tarde. Unamuno cita ya a Kierkegaard en 1901, compró sus obras completas (en danés) en 1904, escribió su ensayo Ibsen y Kierkegaard en 1907. Cuando leí Ambiente espiritual de nuestro tiempo conocía La rebelión de las masas, un año anterior y de profundidad incomparable. Antes de leer las obras filosóficas de Jaspers había absorbido, en 1934, Sein und Zeit y otros escritos menores de Heidegger. La radicalidad de los planteamientos de Jaspers no parecía suficiente al lado de la de Ortega, de cuyo pensamiento me había nutrido mucho antes; la idea de razón vital era la respuesta previa a REDACCIÓN ADMINISTRACIÓN Y TALLERES SERRANO, 61- MADRID E KARL JASPERS Cuando Jaspers- -hombre respetuoso, lleno de entusiasmo por la grandeza humana y en especial por la de los grandes filósofos- -habla de sus contemporáneos, confiesa que su única verdadera admiración ha sido la que sintió por Max Weber. De Husserl habla con cierta ambigüedad. A pesar de su estimación por el método fenomenológico, confiesa: Husserl me desilusionó como filósofo. El ejercitaba el gesto de ver; lo que después veía era en su mayor parte indiferente. Habla del ensayo de Husserl sobre Filosofía como ciencia estricta Era una obra maestra- -comenta Jaspers- aun en su consecuencia, que no retrocedía ante ningún absurdo. Pero en ella me di cuenta de la tergiversación de la filosofía en ciencia, que me irritaba. Y añade: Desde entonces vi con toda claridad la difere da radical que hay entre las verdaderas ciencias y la filosofía... La filosofía aclara el fundamento Un medio publicitario único para transmisión de mensajes comerciales a ochenta y nueve países muchas cosas que Jaspers echaba de m e n o s En rigor, cuando leía a Karl Jaspers estaba más allá del nivel a que había llegado filosofía es nivel ha dicho Ortega) y esto permite entender, a pesar de su calidad, su escaso efecto estimulante y fecundante. No se imagina hoy bien lo que era pensar enBespañol inmediatamente antes de la guerra civil, si se estaba en plena posesión de lo que en español se había pensado, si desde ello se leía lo que se había pensado o se estaba pensando en otras lenguas. Y esto lo hubiera comprendido muy bien el propio Jaspers, esa mente tan honda y tan noble, que escribió en Die grossen Philosophen: El gran hombre es como un reflejo del todo del ser, infinitamente interpretable. Es su espejo o representante. Sin perderse en los primeros planos, permanece en lo envolvente (das Umgreifende) que lo guía. Y previene contra la divinización del hombre (Menschenvergótterung) bien distinta del respeto ante la grandeza. Todo hombre, dice, aun el más grande, raro, precioso, sigue siendo hombre. Es de nuestra propia especie. ¿Cómo había de reaccionar Jaspers al nacionalsocialismo que arrasó su patria, a la divinización del hombre Hitler? Con la más profunda aversión. Casado con Gertrud Mayer, por lo que parece una admirable mujer, judía, compañera fiel de su vida entera, estuvo amenazado desde 1933; en esta fecha dejó de poder intervenir en la administración de la Universidad; en 1937 se le privó del derecho a enseñar; al año siguiente, del de publicar. El 14 de abril de 1945 iban a ser deportados su mujer y él: los americanos, al ocupar Heidelberg el día 1, los salvaron. La culpabilidad alemana fue la obsesión de Jaspers. Al no haberse opuesto- -aunque fuese inútil- -a las violaciones de todos los derechos, a todos los crímenes, se siente- -con millones y millones de alemanes- -culpable, aunque distingue diversas formas de culpabilidad: criminal, política, moral, metafísica. Jaspers vierte una clara luz sobre situaciones confusas. Recuerda que cada individuo tiene una parte de responsabilidad en la manera como es gobernado el Estado. Cuando se admite que el éxito es lo que decide, se es culpable. La fórmula Befehl ist Befehl una orden es una orden tan repetida para justificar lo injustificable, no se puede admitir. Un crimen es un crimen aunque haya sido ordenado. Los doce años atroces (1933- 45) pesaron sobre Karl Jaspers durante todo el resto de su vida. En sus últimos años, en Basilea, ejerció su docencia ejemplar, lleno de respeto por el hombre, es decir, persuadido de que sólo se le puede tratar usando, a la vez, la razón y la libertad. Julián MARÍAS

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