ABC MADRID 06-03-1983 página 146

III- UIII- IJJ UIU ii il ii iiimi -m i: i- cEn las cosas emocionales soy m u y tímida, y m u y d e s c a r a d a en las profesionales. Y si ahí enfrente estuviera Spielberg, le diría: ¿Qué pasa con tu cuerpo? Madnd. que riaaT veras si esto lo Ice mi profesor, cómo se divertirá. También ffi arda tarros oun arañas tiesas dentro, arañas que Iba metiendo vivas y luego cerraba con un uorcbu cuando tenían la lelíL hecba. Bueno, pues eso olor a cadáver tle insecto todavía lo utiliza AUla. un cockeri que se alimenta de ang iilemas, para saltar a la mesa ri amistar a los demomos y difuntos que reposan tta laa redomaa. Atila suBtituyo a Ta. KÍ en. la casa y el corazón de su ama. que todavía llora un poco recordando su muerte de perro con reuma Al otTQ tado del süencio Ana es menuda, aunque en los medial- -la JitaLla, los papeles y hojas volanderafi- d de vedette adulada, seductora y enorme. En conjunto, tiene algo de criatura fatal y otro poco, en ajguoofi perfiles, de vomp acnsUcada, todo lo cual, una vez idealizado da u n a muestra de naturaleza bruta en estado de gracia. Por eso en cuanto se descuida, y en América, paia que atiende más a o bonjto que a lo bello, le Chiman para compararla con Fier Anp: eb o RaqueL Weicb Lo malo es que en America el mejor artista no es el que mas luce, sino el que mas cobra. Cuando S a r a B e r n h a r d t se abrió a aquellas tierras, los francesea le avisaron que iba a mostrarse allá a hombres de poco arte y literatura que ía c o m p r e n d e r í a n mal q u e la mirarían como lo harían con u n a ternera de cinco patas y que solo le reconocerían talento p o r q u e t e n d r í a n q u e pagar uiuy caro p a r a oírla. Pero el fin de la redctte, ya se s a b e es la c o n q u i s t a del m. undo, y para, eso siempre vienen mejor los dolares que los achuchones nacionales del lente mientras cobro, Ana, ahora, con dos millones de cache, habla de América como Sí fuera suya. Allí decía Jardiel. todas la miyeres parecen la misma, y al verias pasar no se satw si h a n pasado una vez veinte mujeres o la misma mujer veinte veces, que es lo que ha hecho Ana, y asi. claro, s i e m p r e hay alguien que termina fijfiuidoee. Yú- -cuenta- -ctniKen i hacerme con los teléfonos de los diea mejores representantes de poua, uconbi un eumei, tum m xbo inventado, me tuce u n a s f o t o g r a f í a s jcuapas y envié a cada uno el aobre. Sin mas secretos. Hay que echarse algún farol, o? A la torera no llcffa n a d i e Lo mío es amor platónico al eapecuteulo y mucha ambición connugo misma. Luego, si te io reconocen, pued hace mucha ilusión. Gracias a todo esto que te digo he superado muchas cosas: la oposición de mis padres a que yo me dedit ara a este tema, el primor ohoque que sentí al llegar a Nueva York, donde para Más pendiente de la vida que de los hombres, Ana habita ol reino de las cabecltas oca V protegida por uo mofitón de aeres imaginahos T 34 r a s la. E menegildas, las contestarías, laa hippies y las txjntraculturalcG. a n d a u n a nueva raza de señonias bien meudaa a actrices entre aen. iinienLile 9 y melan. cobcaa que íiabitan ei revoltoso r ino de las cab c: Ji ñ Locaa, r pendientes de la vida que de loa hombres- Hay que ser un idiota completo para vivir pendiente, exclusiv a i o e n t e de las m u j ü r e a- decía PauUno Uzcudim, y con eae aleeraio íUoaóflco el le íendaño- morrosko- vaeoonpado conquistó el m u n d o Nueva York, -la ciudad menoa pareinda a Madrid que mas se parece a Madrid en esa aventura esta Aiuí OhrGf on. que arrojo por la borda el lastre del García para poder inndir en el Atlántico y poner asedio al Ijslm telefónico de los cineastas nortíraniericanoa. En Madrid, Ana vive lo que se dice bien instalada y por encima de todas las cbiiueneas- Ia nia 3 elevada oaiegona de 1; mudad chupones de Ja luz y del smog! a d o n d e Beynn amanece, cicuden a posarse grajillas y arrendajos, entre la bruma de bumoa de dudoea procedencia y los rapectnjfl de los fuimstas dewaparecido bajo las tejas de esos miamos tejados donde dicon que el cstudííüite don Cleofáj; encontró la buhardilla dt- un HfltrólOEfO que guardaba al diablo Cojnelo metido en una redoma de vid n o La casA tienti la protección de un montón de seres imatrinanos de porcelana y tíuQbÍ ¿n ta de los espíritus benerjcos de aijíunos cientos de bhros de aventuras y otros cuentos que comparten el polvo con las colecciona de m 6 í toe. fósiles y oaanos do los tiempos en que Ana ataba cabofi de estudiante sn la Facultad de Biología. Vea dice nh u nt u un lucanua c o m u s xi escanLbajo cornudo, que mi preferido y me da mucha risa cuando lo veo. portjue me lo trajeron de Sudafrica y yo lo pufte en la colección que debía entregar al fin de la c a r r e r a y me acuerdo que al entregarlo io revolucioné lodo, y loe expertos so volvían locos, porque los blchoe tetuataos que cogerlos nosotros, y yo di? cia que lo había cogido en Madrid, y eÜoa se comían el coco pensando como el escarab. jü cornudo podia ealjir y criar en