ABC MADRID 20-04-1982 página 120
- EdiciónABC, MADRID
- Página120
- Fecha de publicación20/04/1982
- ID0001385388
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Omega, con toda la tradición espacial, por delante. Omega vuelve a viajar por el espacio en la muñeca de los astronautas del Columbio, que exigen fiabilidad absoluta a su reloj. Pero la participación de Omega en la conquista espacial comenzó desde el principio. En 1965, la Administración Americana del Espacio (NASA) buscaba para sus astronautas un reloj de pulsera que funcionase con precisión absoluta, tanto en la Tierra como en la Luna o en cualquier misión espacial. tecnológica del reloj mecánico, al que hoy tiende a suplir el de cuarzo. Aunque esto no está tan claro: Omega había ya dejado de fabricar el Speedmaster Professional, cuando se comprobó que su demanda aumentaba fuertemente. ¡Se había convertido en un objeto de coleccionista! Y eso pese a tratarse de un reloj de serie moderno y no de una pieza de museo. El Omega Speedmaster en el Space Shuttle. Fiable en las más duras condiciones espaciales. Unas pruebas increíbles. El Omega Speedmaster Professional tuvo que soportar en aquella misión pruebas rayanas con lo imposible: choques térmicos de- -25 a +70 C, radiaciones UV intensivas, cambios gravitatorios, variaciones de presión atmosférica que llegaban hasta el vacío absoluto y una aceleración seis veces superior a la atracción terrestre. Y el Omega Speedmaster Professional siguió funcionando imperturbable. Dos Omega viajanenlas autobuses del espacio Obra maestra de la precisión mecánica. El refof de los astronauta? norteamericanos. La NASA puso a prueba muchos modelos escogidos de varias marcas internacionales. Entre ellos, un Omega Speedmaster Professional de serie, adquirido, como los demás, en una relojería de Houston (Texas) sin que los propios fabricantes lo supieran. El único reloj que logró superar con éxito las durísimas pruebas a que fueron sometidos fue el Omega Speedmaster Professional. Así, cuando en 1969 Neil Armstrong realizó el primer alunizaje, llevaba en su muñeca un Omega Speedmaster Professional, que desde entonces demostró ser el mejor y ya no sólo en la Tierra. Es de destacar que el Omega Speedmaster Professional es un modelo de cuerda, probablemente la culminación Ahora, la NASA ha vuelto a dotar a sus astronautas (del Space Shuttle en esta ocasión) de relojes Omega Speedmaster Professional. Tiene buenas razones para seguir confiando en Omega y en este modelo, obra maestra de la artesanía relojera suiza, que se vuelve a fabricar y a vender a través de los concesionarios Omega. Tradición olímpica y estética. Pero Omega no va sólo por delante con su tradición espacial. También lo ha estado siempre con su tradición olímpica, que abarca 16 Olimpíadas cronometradas oficialmente desde 1932 y dos máximas distinciones al mérito olímpico; y con su tradición estética, que le ha valido cinco Osear de la Academia Internacional del Diamante. Todos estos hitos, en los que la tradición acumulada avala el avance tecnológico, se resumen en cada reloj Omega. Un prestigio como el de Omega no se adquiere en unos días ni en unos años. Se gana yendo siempre, desde 1848, por delante, en tierra como en el espacio, pero sin dejar la tradición atrás. O Omega, en el despegue de una nueva Era. OMEGA Con la tradición, por delante.