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ABC MADRID 28-01-1981 página 49
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  • EdiciónABC, MADRID
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MIÉRCOLES 28- 1- 81 SUCESOS ABC 41 Confirmada la versión que dio su secuestrador y asesino El cadáver del niño de León se hallaba en el fondo del río Cea LEÓN (Iñigo Domínguez, corresponsal) Minutos antes de la una y media de la tarde de ayer hombres- rana de la Guardia Civil de La Coruña hallaron el cadáver del niño de diecinueve meses José Antonio Calvin Rodil en el cauce del río Cea, en un lugar próximo al puente existente a la salida de la localidad de Valderas, a sesenta kilómetros de la capital. La zona había sido indicada por el propio secuestrador del pequeño, Justiniano Fernández Abad, detenido en la tarde del lunes en Consuegra (Toledo) tras ser sorprendido en una casa de campo, en la que se había refugiado. Finaliza así uno de los sucesos más dramáticos que se recuerdan en la comarca y que ha conmocionado a la opinión pública de toda España. La verdad era que nadie daba crédito a la versión fáciljtada por el secuestrador de que hubiera arrojado al niño a las frías aguas del Cea. Era demasiado inhumana esta acción para aceptarla. Por ello existía una callada esperanza de que todo fuese una falsa confesión y de que el pequeño José Antonio pudiera estar todavía con vida. Sin embargo, la realidad se ha impuesto al conocerse la verdad del atroz hecho. PERFECTAMENTE SERENO. Conocida la versión del secuestrador, éste fue trasladado desde Consuegra al lugar donde él mismo había declarado haber arrojado al niño al río. Justianiano llegó al puente de Valderas en un coche de la Benemérita a las ocho y media de la mañana de ayer. Se apeó, y con escalofriante serenidad dijo: Aquí lo arrojé. Y allí mismo cuatro especialistas en técnicas subacuáticas de la Comandancia de la Guardia Civil de La Coruña iniciaron las inmersiones con equipos autónomos de respiración. Entretanto, otras fuerzas de la Benemérita pertenecientes a León, Valderas, Valencia de Don Juan y La Bañéza, al mando del comandante José Antonio García Martín, procedían a un minuciosa rastreo por las márgenes del río, ayudados por perros policías. Una multitud de más de dos centenares de personas se agolpaba en el puente y en sus zonas próximas siguiendo expectantes las incidencias del rescate. Ante esta multitud, cada vez más numerosa, a medida que avanzaba la mañana, la Guardia Civil optó por trasladar a León al asesino del niño para evitar un posible linchamiento. Antes de que se llevaran del lugar a Justiniano, el gobernador civil de la provincia, Ángel García del Vello Espadas, se acercó a él, y como un ciudadano más sin identificarse, preguntó al asesino si había cometido el crimen bajo los efectos del alcohol o las drogas. Este, demostrando otra vez una increíble frialdad, respondió sereno: En absoluto. Tiré al niño por el puente porque tuve miedo cuando en el hostal El Escudero de Campos en Valderas, donde estuve cenando con el niño el mismo día que robé el coche, una de las camareras me preguntó si era hijo mío al ver que le daba vino a beber. Sé que la solución que tomé era la peor, pero tenía que quitarme al niño de encima. EL RESCATE DEL CADÁVER. Tras tres horas de intensos trabajos, los hombres- rana, que habían estado buceando entre tres y cuatro metros de profundidad, tras romper en muchos tramos las capas de hielo que cubrían el río, se dirigieron a una zona menos profunda, situada a unos 150 metros del puente, en donde uno de los submarinistas localizó, con la ayuda de un remo de una balsa neumática, un cuerpo extraño enredado en la maleza del fondo. Tras una breve inmersión se cercioró que se se trataba del cadáver del niño. Extraído del agua, fue llevado hasta el puente aguas arriba en una balsa y cubierto con un plástico azul. El hallazgo causó gran impacto emocional entre las ya casi trescientas personas que presenciaban las operaciones de rescate. Entre éstas se encontaba el padre de la cria- Arrojé al niño por el puente sabiendo que era la peor solución que tomaba, pero tenía que quitármelo de encima dijo Justiniano Fernández Abad das, lo que demuestra que fue arrojado vivo al río. Fue envuelto en una manta, y en un vehículo de la Guardia Civil trasladado primero al depósito municipal de cadáveres de Valderas y posteriormente a León para proceder a su autopsia. TRECE DÍAS DE ANGUSTIA. Como se recordará, el pequeño José Antonio Calvin Rodil fue secuestrado el miércoles, 14 de enero, cuando se hallaba durmiendo en el interior del coche de su padre, aparcado en una calle de las afueras de León. El que se convertiría en su secuestrador robó el vehículo por motivos todavía no muy claros, y, según manifestó, descubrió posteriormente la presencia del niño en el asiento trasero y cubierto por un abrigo de la madre. Fue ésta, que convive con Juan José Merino, separado de su esposa, la que presentó la denuncia en la Policía. El turismo se hallaba con las llaves de contacto puestas y muy cerca del bar Pasapoga, de barra americana, propiedad de Juan José, y en el que la madre del niño, María Calvin Rodil, de veinticuatro años, trabaja como camarera. Durante estos trece días de auténtica angustia para los padres y de consternación general, las Fuerzas del Orden Público y, en especial, la Guardia Civil, desplegaron una operación de búsqueda del secuestrador no sólo en la provincia de León, sino en las limítrofes. Asimismo se distribuyeron las fotografías del niño y del delincuente a toda España. Resultado de ello fue la detención el lunes de Justiniano Fernández Abad en Consuegra, después de asaltar y robar varios molinos de viento de esta comarca. Fue el pasado viernes cuando le sorprendió en una casa de campo el propietario de la misma, el cual puso el hecho en conocimiento de la Guardia Civil de la citada localidad toledana. Al acudir ésta a la casa, Justiniano no había desaparecido. Tras una batida, el lunes por la tarde fue localizado junto a un tractor aparcado en uno de los olivares de la zona. tura, Juan José Merino García, de treinta y seis años, que hasta éste momento no cesaba de repetir: No lo creo; no creo que mi hijo esté en el fondo del río. Y cuando comprobó la amarga realidad, su primera reacción fue de estupefacción. Después hizo ademán de sacar una fotografía a! cadáver del niño con una cámara que llevaba, pero un guardia civil le rogó que no la tomara, ya que así guardaría el recuerdo de su hijo vivo. ¡Qué importa, ya que no me lo dan vivo... musitó el padre. Y luego, retirándose un poco del lugar, se dirigió en voz alta a otros guardias civiles, a los que dijo: Guardármelo bien al pollo ése, guardármelo bien... refiriéndose al asesino de su hijo. Minutos después, sentado en el suelo y llevándose las manos a la cabeza, prorrumpió en un amargo llanto, a la vez que repetía entre sollozos: ¡Hijo mío, hijo mío! El cuerpo del niño, que hinchado y de un color terroso, estaba con las manos crispa- Sus padres le habían dejado solo en su casa de Palencia Un niño se arroja desde un primer piso con un paraguas como paracaídas PALENCIA (Europa Press) Un niño de tres años se arrojó desde un primer piso utilizando un paraguas como paracaídas, al parecer por asustarse al encontrarse solo en su casa. Ocurrió el sábado por la noche en Palencia, según han informado hoy fuentes policiales. No obstante, el niño no sufrió ningún daño al caer, puesto que una vez en el suelo continuó su marcha por una calle de Palencia, hasta que fue encontrado por unos transeúntes sobre las cuatro de la madrugada por unas personas, que lo llevaron a Comisaría. Iba en pijama, descalzo y con el paraguas abierto. Los padres del niño, que responde a las iniciales de J. C. G. A. se ausentaron el sábado por la noche durante unas horas y dejaron la puerta de la casa cerrada con llave. Se supone que el niño se despertó, extrañó a sus padres y decidió ir en su búsqueda, pero al encontrar la puerta cerrada optó por coger un paraguas, lo abrió y lo utilizo como paracaídas, arrojándose por el primer piso de su casa- -situado en calle General Mola- a la calle. TRASPASO NEGOCIO FUNCIONANDO RENTABILIDAD Y FUTURO ASEGURADO Llamar de 2 a 5 de la tarde al teléfono 7421480, y de 7. a 10 noche, 2462779

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