ABC MADRID 08-03-1980 página 58

ABC. fue detenido y juzgado, Un año después, los Lutz, que conocen la macabra historia, compran la casa conscientes de que aquetta dranvJtiea circunstancia ha rebajado su precio en una cantidad considerable. A l) largo de unos veinte días é suceden unos fenómenos inexplicables, t o s Lutz son católicos y por ello, han pedido a un sacerdote, el padre Delaney, que bendiga la cass, El religioso, víctima del maleficio representado por unas codiciosas moscas, no puede llevar a cabo su tarea; se enferma, incluyendo el vómito entre sus síntomas, y ha de partir sin ver a los ocupantes y si a realizar lo que a ella le había llevado. Puertas y ventanas empiezan a manifestar una voluntad distinta a la de los poseedores de la casa. Se abren y se cierran sin el concurso de una mano humana. Desaparecen mil quinientos dólares en billetes de cien; ¡1 teléfono sufre extrañas interferencias que impiden la comunicación cada vez que desde la parroquia llaman a la casa o desde la casa al centro religioso, y para redondear jl tema se oyen extrañas voces, batir de tambores, y de las cisternas de los retretes sale una viscosa y repulsiva sustancia ntgra. Stuart Rosenberg ha confeccionado con todos estos ingredientes, tomando a la casa como principal protagonista, una película de artesanía barata, aunque sea cara de COÜte, que recuerda, en tono menor, sin si l espectacular dramatismo de aquélla, a lili exorcista Funcionan en Terror en Amityville los trucos y resortes más clásicos del cine de terror: se procuran al espectador pequeños sustos aislados, en un contexto que se intenta hacer inquietante, ya que no angustioso, y que a veces consigue su objetivo. Margot Kidder, la encantadora novia de Supernian es aquí Kathleen, y! u trabajo, un tanto afectado, buscando d. ir la imagen de la tradicional esposa amsricana se resiente de una cierta afect. icién, sin transmitir auténtica convicción. James Brolin. como George, confía el peso de su trabajo más al maquillaje, que torna su rostro progresivamente más lívido y violáceo, que a sus dotes dramáticas. Rod Steiger, encarnando al padre Delaney, se luce dentro de la buscada exageración Se su personaje, convencido de la presencia demoniaca en la mansión. Y la niña Natasha Ryan anima con apreciable naturalidad, haciendo creíble su intervención, a Amy, la hija de los Lutz. Con todo, la película resulta relativamente entretenida, siempre que no se bts ue racionalidad en sus imágenes y que no se espere de ellas un torrente de sensaciones terroríficas. Todo lo más algún susto que otro, realizado sin grandes alardes Ae imaginación y sin ninguna originalidad, (Pedro CRESPO. SÁBADO, S 0 E MARZO DE 1 9 8 0, PAG, 50, TEATRO Y POLÍTICA E Importante laboratorio farmacéutico nacional solicita- VISITADOR MEDICO PARA TOLEDO Y SU PROVINCIA SE REQUIERE: Conocimiento del mercado. Residencia en Toledo o Talavera dé la Reina. BE OFRECE: Retribución compuesta de sueldo e Incentivos. Dietas, kilometraje y asignación gastos de vehículo en ciudad. Seguro de accidentes. Incorporación inmediata en plantilla. Escribir, acompañando curriculum vltie y fotografía reciente, al número 5.5: 48, GISBERT. Calle Abada, 2, 3. Madrid- 13 (TO- 7015) T E TRASPASA NEGOCIO DE HOSTELERÍA ZONA GRAN VIA- CALLAO 650 m 3. RENTA: 20.000 pesetas mes No intermediarios. Interesados, escrijir: ¿tema nos lleva hoy a un terreno algo distinto, por sus tensiones y sus riesgos, del que se tocaba en forma de inigualable inteligencia en un texto de principio de siglo, nunca olvidadr. bve Política y toros El teatro vuelve a la política, no olvidando que antaño estuvo él mismo en el origen de la política. El nacimiento de la idea de la política- -la politeia -se realizó en el espíritu de una gestación teatral, concretamente trágica. Las conexiones entre política y tea- tro se inscriben hoy en el orden de la evidencia. Las batallas del teatro romántico iniciaron, con un ritmo intenso, este proceso. Ahí están, para dar fe de ello, los dramas de Schiller, Bückner y Kleist; Hugo y la batalla de Hernani el teatro y su función en el despertar de las nacionalidades. Napoleón le había dicho a Goethe- -y de lo dicho da testimonio el propio Hegel- -que la política se sustituía a la tragedia, en el sentimiento del destino. La cosa no fue exactamente así y el siglo XX supo combinar perfectamente teatro y política. Lo hizo la Revolución rusa, con el teatro total y futurista de Maiakovski, lo hizo gran parte del teatro de vanguardia surrealista y expresionista. Toda la ideoalogía teatral de Brecht, que tiene su expresión más patente en la presentación de una Antígona con más de una tradición al espíritu de Sófocles y Holderlin. de los c u a l e s Brecht se reclama, constituye una prueba manifiesta de estas conexiones profundas. Capítulo aparte, como inicio de una nueva etapa, lo constituye el mayo francés del 1968. La rebelión universitaria toma al asalto el Odeón, el teatro como tal, y adquiere dimensión de psicadrama colectivo. Tres ello llega ahora el éxito de Arrabal en el Odeón, escenario de los acontecimientos del 1968. A medida que la política, por el grave peso de los medios de comunicación y la psicología colectiva, cede al espectáculo buena parte de sus prerrogativas, se imponen las características de la teatrocracia, apoteosis nietzscheana del simulacro. Política, representación, espectáculo. Así fue la cosa en el nacimiento de la democracia ateniense, así se manifiesta, la cosa hoy en un espectacular despliegue que traduce la vida interior y el sentimiento de la democracia en ancha representación pública. Así lo ponía de manifiesto Sartre, en su célebre exhortación: En la calle, en la ciudad, en medio de la multitud. El teatro total que nace con la tragedia griega, es hoy realidad global y totalizante. La teatrocracia domina el sentido de la política, de la integración o desintegración del hombre en la sociedad de masas. Por todo ello resulta sobre manera aleccionador volver a los orígenes de la tragedia. El primer momento de la tragedia, a saber, en la plenitud de la Orestiada de Esquilo, la tragedia misma desemboca en la política. Es el origen, terreno de gestación de la política. Es significativo volver a este momento auroral, en una etapa ambigua como la nuestra, en que. por un lado, la sociología nos indica una realidad festiva señalada como un después del teatro y por otro todo se vierte en términos de teatralidad de la vida. Se trata, según la sociología del teatro, que aspira al después del teatro de identificar a Esquilo, combatiente en Marathón y protagonista, por tanto, de una victoria contra los persas, de una conmoción nerviosa de tal violencia que se puede ver en ella uno de los orígenes de la tragedia Según este punto de vista, la tragedia nace de una modificación en la salud mental de los griegos que implica un aprendizaje de su oposición a los dioses. Ün nue- vo momento, por tanto, según Duvignaud, a través del cual sería absurdo imaginar a Esquilo en el acto de apoderarse en los poemas homéricos de las leyendas aún calientes de Orestes y Prometeo. La sociología del teatro ve, de esta forma, no alejada de la tradición nietzscheana, pero al mismo tiempo suficientemente alejada de una tradición filológica rigurosa, en la tragedia dé Esquilo, una especie de catarsis de la cultura griega superadora de un sentimiento de ruptura en el alma y en la cultura griegas con respecto a una tradición que sisnificaria una unidad entre un principio humano y un principio divino. Naturalmente, la perspectiva de la sociología del teatro rechaza la tesis de una racionalización de los temas religiosos antiguos a través s de la tragedia y la oposición entre una edad de tinieblas anterior y una edad de las luces que la misma tragedia de Esquilo representaría. El hombre griego encuentra así, a través del teatro, Un camino de la libertad, anticipándose a sus posibilidades de encontrarlo en la vida. El teatro se torna así expresión de una crisis o un profundo cambio social. Los papeles divinos, heroicos o puramente trágicos devienen papeles sociales desempeñados de la misma manera por hombres y dioses. Orestes, Apolo, Atenas, hablan un lenguaje parecido, se comportan como iguales. El mundo baja a tierra, se laiciza. Orestes toma conciencia de la nueva situación: Instruido en la desgracia, yo conozco más de un medio para purificarme y sé hablar y callar donde sea preciso. Ahora de un maestro sabio he recibido la orden de levantar la voz. La sangre sobre mi mano se adormece y se borra, y la huella del asesinato de mi madre es lavada. Hoy mi boca es pura y yo puedo felizmente invocar a la reina de este país, Athenas, para que venga en mi ayuda. Ella vencerá sin combate y yo mismo y mi país y el pueblo de Argos, que será, como es justo, un aliado fiel para siempre. La tragedia culmina así en el destino de la Polis Se coloca en el origen y nacimiento de la política. Así nace el teatro total que no es precisamente invento de estos días. Con Orestes nace la Polis y su ley. Con Antígona la rebeldía sublime contra la norma rígida, fuente de anarquía, de la Polis El arco de la tensión trágica está así completo. En el centro de todo está la plegaria del coro de Agámmenon que reclama la victoria del logros sobre la hybris Así se vislumbra la reconciliación de todas las contradicciones del humano vivir, en integración libre. Actualidad que rompe todo anacronismo, ésta de la tragedia griega que da origen a la ley y a la democracia. Algo más que un paradigma, algo más que un arquetipo. Algo que quiere y exige ser nuestro aquí y ahora, esperanza viva é igualmente desplegada en tensa espera, contra la tiranía y contra la anarquía en una renovada gestación de la libertad hecha carne a través de la humana convivencia. -Jorge USCATESCU. PRIMER CERTAMEN ESCOLAR BRUGUERA XVIIl- XIX SORTEOS BICICLETAS Agraciados exposición 24 de febrero: Monse Toral Blazque, del colegio Federico Grases y Margarita Pérez Oolta, del colegio Ibérico Agraciados exposición 2 de marzo: Fernando Morcuende Murillo, del colegio Amador de los Ríos y Raúl Baena Ordóñez, del colegio San Vicente de Paúl Apt 50.693. Referencia 991. Madrid,