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ABC MADRID 18-01-1979 página 93
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ABC MADRID 18-01-1979 página 93

  • EdiciónABC, MADRID
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TRIBUNA PUBLICA Los d í a s 5 de diciembre, en Berlín- Este, y 7 y 8 del mismo mes, esta vez en Bruselas, han tenido lugar las reuniones habituases de ios ministros de Defensa de! Pacto de Varsovia y ía O. T. A. N. respectivamente. Los comunicados oficiales de ambos encuentros- -rutinarios, pero importantísimos- -poco o nada han revelado en orden a poner de manifiesto las auténticas preocupaciones de las dos grandes a l i a n z a s militares mundiales, como, por otra parte, era de prever en este singular tipo de información púbiica Sin embargo, es evidente que el equilibrio mundial se estremece con siniestro crujido y el tanteo de fuerzas y esferas geográficas de influencia se calienta de nuevo. El Pacto de Varsovia, en su comunicado, no ha hecho la menor alusión a las divergencias entre la Rumania de Ceausescu y los ¡restantes miembros de ía Alianza comunista ni, por supuesto, se ha dicho nada públicamente en relación con el trascendental establecimiento de relaciones diplomáticas entre Washington y Pekín. Siendo así que, juntamente con Irán, constituyen hoy los principales focos de atención mundial, COTÍ independencia de ese otro foco permanente que configura ei eterno conflicto de Oriente Medio. En ló que A se refiere a Rumania poco se sabe en- Occidente de lo que ha ocurrido o continúa ocurriendo. Y nada digamos de España, donde e ¡aislacionismo y desfase habitual respecto de! contexto mundial y la introversión producida por la problemática interna generan una despreocupación y autcrnarginacsón notables en relación con ía estrategia de ios bloques Desde esa atalaya occidental sobre el orlente eslavo que es Viena, e! diario Krorten Zeitung ha afirmado recientemente que la U. R. S. S. estaba preparando un pustch en Rumania, por supuesto, contra Ceausescu y montado a través de ¡a Embajada checoslovaca en Bucarest. Basándose en pretendidas fugas de origen checo, el periódico vienes afirmó que! a representación diplomática checa en! a capital rumana habría estado organizando una quinta columna en intento de reunir a Sos cuadros descontentos del Partido Comunista rumano para derribar a Ceausescu. Continuaba diciendo el Kronen Zeitung que las maniobras de otoño de! Pacto se estarían desarrollando, en posible conexión con el pretendido pustch en las zonas fronterizas con Rumania de Hungría y Bulgaria. ¿Podría significar e s t o que nos estamos acercando a un nuevo episodio de crisis dantro del bioqufe orienta! modelo Hungría o Checoslovaquia? No parece que inmediatamente; entre otras razones, porque Sas maniobras de otoño han terminado ya. Pero po- El equilibrio mundial dría. No olvidemos que en el seno de la Alianza comunista (aunque ellos eufemístícamente ge empeñen en denominaría socialista) el tratamiento de las divergencias domésticas suela ser infinitamente más duro que el acostumbrado para solventar las diferencias en el marco dé la O. T. A. N. y que, en el Pacto, los contrastes de pareceres en ío militar suelen tener repercusiones inmediatas en Ío político. La U. ñ. S. S. no permite alegrías ert relación con ía cohesión def Pacto de Varsovia. Sabe muy bien que ía expansión de ía ideología y la praxis comunistas está en función de la amenaza latente del Pactó. De ese modo, nada puede extrañar- que todo lo que erosione esa fuerza resulta intolerable e intolerado para ja Unión Soviética. Éí escasamente sorprendente establecimiento de relaciones formales entre China y Sos Estados Unidos pone de manifiesto yarias co. sas. No se trata de una simple medida oportunista de Washington- -c o m o pretende Gobierno d Taiwan- -para desviar! a atención mundial del posible estancamiento o fracaso definitivo de! as conversaciones de paz entre Egipto e Israel. Para nadie es urt secreto que, salvo en el aspecto formal, esas relaciones chino- americanas ya existían de facto hace mucho tiempo. Muy por el contrario parece tener este acontecimiento dos vertientes claramente estratégicas, ambas muy pensadas e inscritas, por supuesto, en las constantes históricas y geopolíticas del área. Desde la óptica occidental resulta difícil a veces recordar que los Estados Unidos no son una potencia exclusivamente atlántica y que el Pacífico tiene para eltos ía consideración de lago interno Así, eí acercamiento a China supone e! alumbramiento de un potentísimo e j e Pekín- Tokio- Washington que, apoyado en el gigantismo industrial y comercia! de U. S. A. y Japón (inalcanzable por todos conceptos para ese otro gigante demográfico que es China) paede y debe garantizar la pax americana por mucho tiempo en eí área de! Pacífico- -que de este modo voíverá a ver justificado su nombre- -y en la zona sudoriental de Asia. Ahora se ve claro AV 111 A lii l l l l i VJ. Illv por u U dos abandonó tan fácii- ABC es independiente en su línea de pensamiento y no acepta necesariamente como suyos ias ideas vertidas en ¡os artículos firmados. mente Vietnam del Sur a su suerte. Había dejado de ser fundamental en la gran estrategia norteamericana en e ¡lejano oriente. U. S. A. renunció al caramelo de la; victoria en Viefnam para alcanzar la gran baza de ¡acercamiento a China. La segunda y clarísima vertiente estratega ca de ¡a operación china deriva del evidente propósito geobélico y geopoh tico de encerrar a la inmensa U, R. S. S. entre dos fuegos y, naturalmente, aliviar la presión que. creciente poderío militar de) Pacto de Varsovia ejerce sobre ei teatro europeo occidental. Y es que la diplomacia americana, en su magistral y pacienzudamente orienta! juego asiático que le ha permitido recuperar en cierto modo a Crtina, ha aprendido, por fin, dé su raíz sajona de Gran Bretaña que de poco sirve un poderío milíiar si no está al servicio ée uns buena política exterior. Del mismo modo que es incontrovertiblemente cierto lo contrarío. De! as consideraciones anteriores se sigue la tremenda lógica del conflicto irán! Todo parece indicar que es e! contraataque soviético a ía búsqueda de romper e ¡asfixiante cerco aeronaval de su adversario norteamericano con una soñada salida al golfo Pérsico y al indico. La incorporación de Pakistán y Afganistán a! área de influencia de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas había por sí misma de la lógica de la intentona iraní. Parece, no obstante, que te U. R. S. S. ha elegido esta vez mal el punto de aplicación de su contraataque, estratégico porque irán, juntamente con Arabia Saudita, es uno de ¡os. dos gigantes petroleros de Oriente Medio, de los que depende- nada menos! -qus la supervivencia de Occidente y por bastante tiempo. EHo determina que el pase de uno o los dos grandes países productores de petróleo a la esfera de influencia soviética podría desencadenar la intervención militar de Occidente e incluso la temida tercera guerra mundia! Es vital para Occidente que Irán se mantenga en la esfera pro- occidental. Y se mantendrá, aun con todas las modificaciones y reformas que el Gobierno de irán haya de aceptar. Y no olvidemos que el marisca! Tito no será eterno y que e! contrapeso de una eventua? pérdida definitiva de Yugosíavia para e! bioque oriental habría de ser- ia desestabüización profunda y permanente de la Península Ibérica. De momento, U. R. S. S. pierde; U. S. A. gana. Pero, ¿cuál es Sa próxima baza? Estamos metidos de lleno en el juego de la estrategia de bloques, y mejor será que lo tengamos presente. Manuel 13

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