ABC MADRID 09-07-1978 página 18

ABC, DOMINGO, DE JULIO DE 197 8. PAG. l rónic 8 f igjigiS 6 ffi 8 ri 3i- i LA GRAN DECISIÓN El presidente Suárez suele, decir que su máxima aspiración política consiste en consolidar en el Trono al nieto del Príncipe Don Felipe. Es una de las escasas concesiones a la trascendencia que un político tan austero y pragmático como él osa permitirse. Sin embargo, ahora que está p r ó x i m o a batir el récord de Antonio Maura en cuanto a permanencia en el Poder de España, en un marco democrático, es tiempo de comenzar a preguntarse, aunque Suárez no lo haga, cuál es el juicio que le reserva la Historia. 6 é trataría en el fondo de evaluar, con algunas novelas policíacas, el enredo pueH. justicia que sólo permiten el distancia- de resolverse, además, de forma sorprenmiento y la perspectiva, cuanto ha venido dentemente sencilla. Fue el conde de Moocurriendo en el Pleno del Congreso a lo trico quien presentando anteayer el Conlargo de la presente semana, pues nada re- greso extraordinario de A c c i ó n Ciudamata y sintetiza, hasta ahora, tan adecua- dana Liberal, respondió globálmente a todamente su labor de gobernante como el das mis preguntas de hace un par de páconsenso constitucional. En u; a lado de la rrafos. La Constitución me parece acepbalanza, éñ el positivo, habría que colocar table dijo. Su utilidad, en tanto que ins- -y. no es poco- -la novedad histórica de trumento, dependerá dé quién y cómo la un texto fundamental aceptable para todos use. los partidos del espectro parlamentario, en Puede parecer injusto, pero la verdadera el que pueden encontrar protección y am- cita del presidente Suárez con la Historia paro la práctica totalidad de los españoles, no comenzará sino hasta el día siguiente sean cuales sean sus creencias. Del otro del referéndum constitucional. Todo su lado del fiel, queda la letanía de concesio- meritorio bagaje acumulado- durante estos nes y renuncias que han tenido que hacer dos ha Quienes el 15 de junio recibieron en buena sido años quedará desvirtuado si quienacoy lid, de forma bastante más nítida de lo gedorcapaz de construir tan amplio de tademuestra vacío que quiere hacerse parecer, el mandato de lento escenario sede iniciar su a la hora defender un cuadro de convicciones, un Y vacío de talento- -o tramposoactuación. profesio; cisterna de valores- -una concepción del mundo, del hombre y de la vida en suma- -ante la más alta tribuna del Estado. D LAS DOS CARAS DEL CONSENSO NACIONAL Uno y otro aspecto son dignos de meticulosa consideración. ¿Cómo no ensalzar una operación constituyente en la que aparecen cercanos, tirando del mismo carro, dos personajes tan dispares como don Santiago Carrillo y don Manuel Fraga? ¿Y cómo no denunciar, sin embargo, la pérdida de conexión con el país real que supone este, a veces tan ficticio, acercamiento? ¿Cómo no felicitarse, por ejemplo, de que la inmensa mayoría de los diputados- -Aliansa Popular se abstuvo y Miguel Herrero permaneció en paz con su conciencia quedándose en el pasillo- -llegaran a un acuerdo unánime ai afrontar un tema tan delicado como el de la pena de muerte? ¿Pero cómo no recordar, paralelamente, que frente a esta toma de postura abolicionista se alza la realidad, constatada recientemente por el Centro c le Investigaciones Sociológicas, de que raes del 60 por 100 de los españoles son partidarios de que la pena de muerte siga vigente como teórico castigo para determinados delitos? Una y otra línea argumental se entrecruzan a la hora, del análisis, y quienes tratamos de servir de linterna y manual para turistas en las cavernas de la política corremos el grave riesgo de dejarnos llevar por impulsos emocionales y alinearnos en el bando de los catastrofistas o en el de los optimistas crónicos, según nuestro estado dé ánimo o el estado de ánimo de nuestros interlocutores. Es verdaderamente difícil para cuantos practicamos en el hemiciclo del Congreso lo que los anglosajones llaman periodismo de p a q u e t e -periodismo en grupo- -poder juzgar con ecuanimidad cuanto allí viene sucediendo. Y si nosotros nos vemos sumergidos en una duda constante, es fácil imaginarse la perplejidad del español medio, continuamente bombardeado de estímulos conceptuales que aparecen y desaparecen tras la consola que sostiene el televisor, cual fugaces señales luminosas venidas de la cuarta, la quinta o la sexta fase. D ELECCIONES GENERALES: UN AS EN LA MANGA fabricamos e Instalamos ventanas, puertas y cerramientos de t e r r a z a s e n f A 1 ü MIN 1 0 Nueras oficina GANARÍAS, 38 Teléfono 468 46 7 0 468 4671 Admitimos su acondicionador usado Máxima valoración y facilidades Avda. de la Paz, 8 V ¡rgen del Coro. 1 Telfs. 403 6211- 403 6213 nal- -se demostraría verdaderamente quien pretendiera perpetuar en el f r a g o r del match las recíprocas galanterías consensúales p r o p i a s de la elaboración del reglamento. La magna operacsión reformista perdería toda virtualidad si se descubriera que la dinámica puesta en marcha ha quedado convertida en un fin en sí mismo. Suárez se enfrenta ahora con la necesidad de tomar una gran decisión, tal vez la de mayor envergadura de cuantas han jalonado su intensa y audaz trayectoria. Se trata de fijar el calendario político que condicionará, conformará y moldeará los perfiles definitivos de la democracia recién alumbrada. Las distintas alternativas que se le ofrecen han ido asomando intermitentemente a lo largo de la semana que hoy termina, entre las líneas de algunos discursos parlamentarios y al socaire de los entrañables conciliábulos de los capitostes de U. C. D. con sus camaradas socialistas. Teniendo en cuenta que existe un compromiso expreso sobre las municipales, la gran decisión de Suárez no es otra que la de convocar o no elecciones generales después del referéndum. Se trata de un valioso as que legítimamente el presidente conservará oculto en la manga hasta el último momento, y nadie debe rasgarse las vestiduras por el hecho de que ni siquiera sus colaboradores más íntimos conozcan en estos momentos sus intenciones. Las fuerzas de la izquierda han definido, sin embargo, sus posturas aparentes: el P. S. O. E. dice que quiere las generales, mientras que los comunistas se contentan solamente con las municipales. Hablo de posturas aparentes porque éste es un juego de cartas lleno de t o d o tipo de señas y faroles. En el transcurso de los últimos días, con especial intensidad después de la primera conversación entre Suárez y Felipe González, los hombres de U. C. D. han estado pregonando con curiosa uniformidad la tesis dé que en realidad los socialistas no quieren ni las municipales ni las generales, sino que desean entrar en un Gobierno de coalición con el Centro, manteniendo a flote la Administración local a base de Comisione gestoras. D FELIPE GONZÁLEZ O COMO HUIR HACÍA ADELANTE ENTORRELODONES Climatice su PISCINA con paneles SOLARES Existe, de todas formas, una vía de solución para este damero maldito. Como en Referencia de instalaciones colocadas en la zona: Dr. D. Arturo Pactos. D. Luis Navarro Prieto Dirigirse a SOLABEX. I íos Rosas, 46, primero. Madrid- 3. Teléfonos 234 36 01 y 234 88 04 La situación interna del P. S. O. E. es ciertamente compleja. La reunión Comité federal puso de relieve, el pasado fin de semana, que las bases del partido no han asumido debidamente el reto de moderación y posibilismo lanzado por Felipe González en Barcelona. La gestión de la Ejecutiva fue aprobada por un amplio margen, pero sólo después de que el primer secretario diera todo tipo de explicaciones, que en algunos momentos sonaron a disculpas. Y, sin embargo, las declaraciones a The New York Times significaron, coa-