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ABC MADRID 24-03-1978 página 10
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ABC MADRID 24-03-1978 página 10

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC. V I E R N E S 24 DE MARZO DE 1978. PAG. 2 ABC DIRECTOR: GumlferimO LUGA. -DE TENA SUBDIRECTORES T Misuel TORRES GIL ¿el REAL Santiago A R B O S B A L L E S T B R E D A C C I Ó N ADMINISTRACIÓN Y TALLERES: SERRANO, 61. M A D R I D APARTAPO 43. TELÉFONOS. -Redaccián y Talleres: 2251710 y 2759408. Administración: 2255020 I Editor: PRENSA ESPAÑOLA, S. A. ü S CRISTIANOS Y SOCIALISTAS Hace ya casi veinte días saltó a los periódicos el proyecto de manifiesto socialista elaborado conjuntamente por el P. S. O. E. y el P. S. P. y son numerosos tos españoles que han esperado desde entonces alguna aclaración a los muchos aspectos sorprendentes que aquel manifiesto incluía. Pero estas aclaraciones no han llegado o se han limitado a vagas afirmaciones que trataban de reducirlo a un simple borrador perfectible Pero las ideas de aquel proyecto encerraban demasiada carga para tan poca explicación. Hasta el punto de que muchos están preguntándose ya si ciertos gestos socialistas de estas últimas semanas no habrán de interpretarse como simples fintas de distracción para alejar la atención del punto clave del problema. Porque ese punto clave está en que el socialismo español sigue, a estas alturas, sin definirse claramente. Y esto es demasiado grave para un grupo que se presenta como alternativa de poder. Lo cierto es que más de ocho meses después de las elecciones los españoles siguen sin poder encuadrar claramente en lo ideológico a la segunda fuerza política del país Durante la campaña electoral el Partido Socialista se presentó como muy poco más que un partido renovador, que tenía el máximo cuidado en no definirse ideológicamente. La palabra marxismo la lucha de. clases tas mismas ideas revolucionarias, se arrinconaron en una piadosa trastera, cual si se tratase de capitalizar indistintamente a todos los descontentos del régimen anterior, fuese la que fuese su contextura ideológica. En las intervenciones del secretario general del partido- -ahí está la reciente de Felipe González en el Club Siglo XXI- -lo que parece ponerse sobre el tablero es una socialdemoCracta a la europea, un partido, sí, que aspira a desbordar al capitalismo, pero que acepta todo tipo de plazos y. de pactos y que parece mostrarse radicalmente respetuoso con todos los valores espirituales tradicionales del país. Y, de oronto, en el manifiesto a que estas líneas se refieren, se suelta el escopetazo de un socialismo entendido como partido radicalmente de clase, frontal y plenamente marxista, dispuesto a entender la lucha de clases como motor fundamental de la historia y a actuar, en consecuencia, desde la calle allí donde la acción parlamentaria no llegue. ¿Cuál de los tres socialismos es el español? ¿A cuál apoyaron los millones de españoles que le votaron? ¿Cuál es la verdadera ideología que anima a quienes se presentan como alternativa- de poder? Que buena parte de la sociedad española esté alarmada ante estas preguntas es algo no sólo comprensible, sino elemental mente lógico. Que muchos de los que votaron al socialismo en el pagado junio quieran saber en qué manos depositaron sus votos es no sólo un derecho democrático, sino también una elemental obligación ética. A B C, que ya comentó este problema en sus aspectos políticos en sus editoriales y a través de las plumas de sus colaboradores, quiere poner hoy el acen- to en uno de los aspectos más especialmente delicados del problema: en la angustia de conciencia que esa radical afirmación de marxismo crea a muchos españoles que, pudiendo compartir aspectos sociales o políticos del programa socialista, ven, sin embargo, mezclarse con ello y poner en peligro algunas de sus más profundas convicciones religiosas. Los dirigentes del P. S. O. E. han dicho en alguna intervención pública que el 30 por tOO de sus militantes se proclaman cristianos. Y nadie duda que, consiguientemente, el número de cristianos entre sus votantes es probablemente mayor. ¿Puede, pues, el socialismo español dejar entre tinieblas un punto tan central en su ideología y que tan vitalmente afecta al pensamiento de un alto porcentaje de sus seguidores? ¿Es incluso inteligente que cuando los mismos grupos comunistas- -ahí está la famosa carta de Berlinguer a monseñor Betazzi- -comienzan a tomar sus distancias respecto al marxismo y pasan- -o dicen que pasan- -de una ciega aceptación de su ideología a una simple inspiración en algunas zonas de la misma puede, decimos, el socialismo encastillarse en una plena e indiscriminada aceptación del marxismo como línea de pensamiento y de acción? Quien siga la evolución del pensamiento cristiano ante los socialismos percibirá el tránsito desde la radical oposición y condenación de un Pío IX y un León XIII a los distingos que comienzan a marcarse con Pío XI y se clarifican definitivamente en los documentos de Pablo VI. Y esto no tanto porque la Iglesia haya cambiado en la valoración de los principios como por el hecho de que el propio socialismo ha ido pluralizándose, purificándose y buscando formas de convivencia con otro tipo de corrientes ideológicas. ¿Y ahora regresará el socialismo español a un marxismo sin distingos? Hay en el socialismo- -Pablo VI lo reconoce en su Octogésima Adveniens -elementos que son de gran atractivo para los cristianos que creen ver en ól un cierto número de aspiraciones que llevan BUSCO SOCIO INDUSTRIAL para explotación Gimnasio, Instituto Belleza, Saunas Centro Adelgazamiento etc. en local zona G o y a- S e r r a n o Madrid. Dirigirse apart. correos 46.248 Madrid. 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