ABC MADRID 18-01-1976 página 150

c üií Angela se ha adelantado a su edad. A sus veinte años ha recorrido caminos que para otros sólo han sido posibles en la madurez. Pero, según sus propias palabras, para conseguir algo es necesario sufrir. Y lo que más se sufre es lo que más frutos da. At adentrarnos en el a veces ingenuo, a veces misterioso rostro de Angela Molina, intuimos esta serena fluidez en la que ella asume todas sus dudas, todas sus contradicciones. tro, pero me gustaría mucho y pienso hacerlo, si todo sale bien. Creo que el teatro es más verdad, más espontáneo. En él surge la actriz, aunque en el cine se ve un profesional a la legua. Un actor lo es de verdad tanto en el cine como en el teatro. ¿A qué aspiras, realmente, para tu satisfacción interna? -Me gustaría poder llegar a comunicar a los otros lo que yo siento en el momento que interpreto y no engañarme a mi misma, que es lo que crea esa insatisfacción interna que, a veces, tenemos. ¿Te sientes feliz en tu trabajo? -Cada vez estoy más desconcertada, al mismo tiempo que más contenta. Creo que hay gente fenomenal que te brinda ayuda y. si sabes aprender a querer a la gente, puedes ser muy feliz en este trabajo a nivel humano. Volvemos a la película que Angela está rodando. Me confiesa que es de la que más satisfecha se siente, aunque quizá pueda ser porque es la última. Pero añade que es el personaje el que la cautiva porque es veraz, tiene problemas y se compenetra con é! Aunque me reconoce que cada personaje tiene su encanto. ¿Crees que eres una joven diferente a fondo, se oyen las carcajadas, eí bullicio, e! jaleo de una familia numerosa. De cuando an cuando, algún hermano entra en la habitación y coge esa guitarra que quizá acompañó a su padre, Antonio Molina, en sus muchos éxitos. -Yo empecé a los dieciocho años porque esto me gustaba muchísimo. Es una de las muchas cosas que quería hacer. Me gustaría probar un poco de todo y no porque sea una catacaldos, sino porque soy muy inquieta. Angela terminó en la Escuela de Arte Dramático. Estudió ballet y baile español. Hizo C. O. U. y primero de Bellas Artes, pero el cine es lo que realmente la interesa, porque es algo vivo. -Lo primero que hice fue firmar un contrato con una productora, y tuve que someterme a ella haciendo tres películas de las que no estoy nada satisfecha. Eran, La española cuando besa No matarás y Las protegidas Casi ni me acuerdo del título de esta última, porque quiero borrarla de mi cabeza. Ahora, Angela Molina rueda a las órdenes de Miguel Picazo, El hombre que supo amar que es la historia de San Juan de Dios. -Hago un papel muy bonito. El mejor de ¡os que he hecho hasta ahora. Soy una jo 38 ven de veinte años, hija de una familia árabe que profesa la religión mahometana. En aquella época estaba la Inquisición y perseguían a esta familia. Nos asaltan la casa, me hacen pasar por una serie de humillaciones y vejaciones horribles, hasta que San Juan de Dios me ayuda. Es un personaje que sale a lo largo de toda la película. Antes de El hombre que supo amor ha habido otras películas: La ciudad quemada con Antonio Ribas; Las largas vacaciones del 36 con Jaime Camino, y La rubia y el canario con Josefina Molina. -La primera etapa mía no me gusta, pero he tenido que pasar por ella para conocer y luego poder elegir. Una etapa sin otra no existe. Una complementa a la otra. ME HE ADELANTADO A MI EDAD En Angela hay afán de superación. Ganas de hacer las cosas bien. Deseos de estar satisfecha consigo misma, con su trabajo, sin necesidad de que sea la poputaridad, el éxito o el reconocimiento de los demás lo que marque su grado de satisfacción. Si estas cosas llegan serán bien recibidas. -No he tenido oportunidad de hacer tea-