Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 11-10-1975 página 10
ABC MADRID 11-10-1975 página 10
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 11-10-1975 página 10

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página10
Más información

Descripción

COLABORACIONES LOS REGALOS BARATOS D E la bandeja de plata con firmas para un jefe bondadoso que se jubila o un ministro- -bondadoso también- -y que sin la edad para aquélla se va, a los regalos, más que económicos, baratos, baratísimos, si es que este vocablo existe hoy, hay, y, más aún, hubo, toda una larga teoría de los mismos. Podía empezar ésta con el Nicanor tocando el tambor, rey de los juguetes modestísimos y que, si bien no figuraría en la gran Feria del Juguete de Valencia, era obsequio para una chavalería que con él se sentía más feliz que con cualquiera salido de casa de Melilla; y si no, amigos- -bueno, los mayores de edad- echen marcha atrás en el devenir de sus recuerdos. Don Nicanor tocando el tambor no es de los juguetillos de ida y vuelta, como el yo- yo, qus ya se pierde la cuenta cuántas veces fue y volvió a ser y desapareció para una resurrección entre las manes Infantiles. Ahora, don Nicanor, el del tambor, volvió para un gracioso cartel de fiestas madrileñas, si bien no lo hizo a su lugar de venta a la Puerta del Sol. No suena allí su pregón ni tampoco la copla: Yo me la llevé a la Puerta eZ Sol. Y allí la compré caramelos y turrón. Regalo del ramo de lilas, las del pregón un poco menos perdido de la Casa de Campo, lilas Un pregón oloroso para un búcaro de los del Biccionarillo del olvido. No era un regalo para mandar con una tarjeta a una señorita que estuviese de días, vamos, de Santo, pero que se podía llevar a casa a la mujer, como Igualmente el ramito de violetas, sin papel y preparación floreal y que podían muy bien, las unas y las otras, servir para disipar morros o morritos y todo por la muy ¡módica cantidad de los veinte a los treinta céntimos en esa unidad perdida y archivada de las perras gordas que a su debido tiempo cantábamos su cívico responso. Pero siempre lo más callejero eran los juguetes, ya el don Nicanor y su tambor o el ratón y el gato. Si los unos, los del buen olor, acababan con los morros femeninos, los jugueteriles, y que bien durasen menos que un merengue a la puerta de un colegio, disipaban rabietas que, con su destrucción, de nuevo se encendían. Mev canismos sencillos de una industria casera sobre las aceras de Sol o la ide Carretas donde había, si, otras cosas baratas, pero no regalables, como las gomas para los paraguas o las Aventuras de un paleto en la Villa y Corte y los versos de Esproncecto, Las aventuras, porque eran atrevidas, y los versos, aun sonando bien, Nada menos te ofrezco que un poema con lances varios y revuelto asunto de nuestro mundo variedad y emblema que hemos de recorrer punto por punto. eran de muy modesta edición, bien que hoy serían no un incunable pero si un raro de veinte duros por lo menos en un catálogo. Regalo para los niños y para las señoras, y ya en plan de mucha confianza, casi diría yo en plan de auto- regalo: un poco s de requesón. Aquel de Miraflores, cuyos 3 puestos un día se quitaron porque molestaban a la circulación de los viandantes, si bien menos y con mejor olor que el de los automóviles sobre las aceras. Sí, se fueron por la posta, como los de las fresas que aromaban también la contaminación. Obsequio del purito modesto a un señor que rellena una instancia al que no anda bien de letra, y a veces hasta el que anda bien, y dado los vericuetos que, con todos los respetos, encierran ciertos impresos, al margen de los laberínticos de la declara- ción de la renta; pero bien éstos ya más que el regalo del puro individual y sin padre conocido, requiere, cuando menos, la caja y con un apellido y, a poder ser, título nobiliario. Y ya, puestos a regalar- -también la confianza tenía que ser grande- -estaba el decimito de lotería en un sorteo de tres pesetas, cuyo premio no iba, acaso, más allá de los seis duros y que Pepe Altabella y el señor Rodríguez Cirugeda, de ésta muy conocedores, ¡me ratifiquen. Claro que con seis duros, y aun con cinco durandartes de plata, los regalos, de ser modestos, podían pasar a la categoría de espléndidos. Juan SAMPELAYO

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.