ABC MADRID 24-02-1974 página 148

YOGIRAJ SRI SWAMI SATCHTOANAHDA Por Tico MEDINA Desde Terencio hasta hoy, el hombre se ha esforzado por conocerse a sí mismo. Y en este intento los orientales, aun con sus limitaciones primitivas, han cuajado en usa filosofía del conocimiento y en una religión basada en ella. Sin llegar, por supuesto, a la altura espiritual del cristianismo, auténtico faro de la verdad, del amor y la esperanza, la búsqueda del propio equilibrio interior en las filosofías religiosas orientales, sus técnicas de relajación física y su cultura natural presentan aspectos inexplorados que se relacionan con algunos movimientos de la nueva sociedad. En esta entrevista Tico Medina sorprende en toda su expresiva vivacidad el mundo, ntre mágico y exótico, de un santón indio, maestro de las mil artes del yoga, cuyo pintoresquismo no oculta lo estimable y voluntarioso de su misión pacificadora. Aunque haya que reducir su carisma y su espiritualidad a los propios términos de su esoterismo, la vida del swami Satchidananda posee un interés enormemente periodístico. cabra atada de un ronzal, en la mano derecha. Swami baja la cabeza despacio. Les hablaré de éi: El Harpere Magazine ha escrito de Swami: Este es ef más carismáíteo y espirituai de ios líderes de la vida cuKunail. Y además les voy a contar su vida mientras miro la punta de sus zapatos negros, sobre los que asoman sus largos cailcettnes de color mandarina. Nació en 1914, acaba pues de currrp ir los primeros sesenta años. Podría tener, sin embargo, dos mil, si se te mira al fondo de a mirada, donde es ái los templos de i E L Yogiraj Sri Swami Satchidananda Fuera, llueve en la caite. avanza hasta donde estoy con la mano El fabuloso ministro de la tendida. Es un hombre, ¿es un hom- Paíaora Divina, se sienta bre o un ángel, o un dios derrumbado, o junto a mí, yo me siento un agente especial de otros mundos pa- junto a él, perdón, y encíficos? vestido de rosa, de túnica larga, torno los ojos. Sus mamuy alto, un poco cargado de espaidas. La nos son torgas, morenas, barba muy b l a n c a esplandecientemente manos con grandes surblanca, le llega hasta el pecho. Sonríe. Le cos como aquellos en tos envuelve un; cierto olor a rasas. que tos campesinos de No es éste aquel Manaras) de los Beatles, Bengala clavan la primique un día tropezó con Oriatia y ai que! a tiva reja de su arado. DenFallad llamó de una cierta forma, un por- tro de mí suenan los vientos tugués disfrazado al que se 4 e- adivinaban de tos fajados Rosas de Jaepur. fos Mué jean por debajo de la sábana Hablamos en inglés, natursjmente. no. Este es un hombre que viene de otra Le digo a SwanW- -como todo el tnun galaxia aunque viva en Conneticut, y que resplandece, e m a n a paz, amor, tranquili- do le I taina, dulce, ¿olorosa, afegrementt que tal día como hoy asesinaron a Oandhi dad... Los embajadores de Filipinas en Madrid la India. Gandni, que iba por el mundo enhan llamado al periodista a esta reunión vuelto en un viejo trapo blanco, descalzo, de noche. Es una hora absurda y hermosa. con sus gafas de aro, no de ero, y una 28