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ABC MADRID 24-12-1972 página 149
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ABC MADRID 24-12-1972 página 149

  • EdiciónABC, MADRID
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embargo, que esté separada de ese punto por una fracción de milímetro, y el arte del anestesista consiste en buscar, por medio de los minúsculos movimientos que imprime a la aguja, el lugar exacto donde se produce el fenómeno de tensión. Una vez que la aguja está bien situada, y después de un tiempo que va de los veinte minutos a la media hora, la anestesia es completa en el lugar deseado. La operación puede durar mucho tiempo, cuatro o cinco horas, incluso más, sin que sea necesario hacer nada más que, de vez en cuando, mover la aguja para mantener o te, de arriba a abajo, todo lo que están haciendo, a sólo pocos centímetros de distancia del campo operatorio, con el riesgo constante de perder el equilibrio con las consecuencias desastrosas que ello acarrearía al paciente. Desprenden el cristalino opaco por medio de una pinza enfriada a menos 30 grados, es la técnica llamada criogenia o del frío. (El intérprete no había sabido traducirme esta palabra, pero uno de los cirujanos presentes me la ha susurrado al oído en Inglés, muy satisfecho de poder, al menos una vez, cortocircuitar el sistema de comunicación oficial rante las operaciones que se hacen con anestesia por acupuntura no se siente ningún dolor, pero que el sentido del tacto permanece indemne, se adivina lo que pasa e, incluso con una excelente preparación psicológica, se puede sentir un cierto temor y hacer un esfuerzo por dominarlo, lo cual se pone de manifiesto por la aparición de algunas gotas de sudor en la frente, que el anestesista va secando poco a poco. En el caso de cataratas que acabamos de ver, no se ha producido sudor ninguno; un poco en el de la operación de apenaicitis. Desde haoe millones de años, los chinos se transmiten, de generaoión en generaoión, unos gráficos del ouerpo humano que, aparentemente, no corresponden en nada con del organismo: la realidad psfquloa o meridianos, extendidos en la superficie de la epidermis, señalan cientos de puntos. líneas, el gráfioo del bazo y pánoreas. A su derecha, el de los ríñones dooe líneas Junto a estas renovar la excitación. Si se transporta de urgencia a un herido grave al hospital, incluso cuando está sin conocimiento, y sin que, por lo tanto, se pueda contar con su cooperación, se puede aplicar también la anestesia por acupuntura para operar: es menos eficaz que cuando existe diálogo, pero es de todas formas suficiente y posible. Por tanto, la ayuda del enfermo es extraordinariamente importante, pero no imprescindible. Me dicen los médicos allí presentes que el pinchazo tiene efectos terapéuticos que proceden de toda la experiencia de la medicina tradicional china. Estos efectos no se utilizan directamente cuando se trata sencillamente de obtener una anestesia, pero el hecho mismo de practicar una acupuntura produce una regularización de las funciones fisiológicas sobre todo del ritmo cardíaco, de la respiración, etcétera, y esto es una consecuencia benéfica muy positiva. EL PACIENTE RECOBRA LA VISTA, SU EXPRESIÓN SE ALEGRA Al cabo de veinte minutos de preparación, empieza la operación de la catarata del ojo derecho. La operación va a durar poco más de media hora. Es un trabajo de gran precisión, y me quedo muy extrañado de que me digan que me suba a un taburete desde donde puedo ver, perfectamen- y demostrar así, sin gran riesgo, una especie de complicidad con la cultura occidental. En ese momento, el cirujano, señora Wang Weng- wei, se inclina cariñosa y lentamente sobre su paciente- -que, durante toda la operación, no ha dejado de bromear con el anestesista- -y le dice: Cuidado; ahora puede ver; pero sobre todo no se mueva En efecto, me dicen, para un en fermo que tenía doble catarata, que no veía nada y se preguntaba si volvería a ver algún día, el hecho de distinguir, de repente, los rasgos de los médicos que le rodean, le produce una emoción fortísima, y se ha dado el caso de que, bajo el efecto de esa excitación, no pueda resistir a la tentación de levantar la cabeza, lo cual sería muy peligroso, dado que la operación aún no ha terminado. En el caso que presencié, el paciente se mantuvo tranquilo, inmóvil, pero sus rasgos se iluminaron. Tercera operación: diez minutos para quitar las amígdalas de un muchacho de quince años. Cuando se le pregunta qué es lo que siente cuando se le pincha en el músculo, entre el pulgar y el índice de la mano derecha en un punto llamado roku especialmente rico en terminaciones nerviosas y que se usa con mucha frecuen cía para anestesiar los nervios faciales, contesta solamente: Me siento como pesado. El cirujano, que sabe inglés, sigue habiéndome al oído y me explica que du- ATENÚA LA ACUPUNTURA U S MANIFESTACIONES POSOPERATORIAS La anestesia, me dicen los médicos presentes contestando a las preguntas que íes hago, sólo se produce para una región perfectamente determinada, y si, por ejemplo, se pellizca al paciente en otro sitio, reacciona inmediatamente. Los efectos de la acupuntura duran mientras está introducida la aguja, y continúa la acción vibratoria que le imprime el anestesista o la corriente eléctrica. Inmediatamente después, la anestesia desaparece. Pero los efectos terapéuticos del pinchazo subsisten: asi, después de la operación clásica de las amígdalas, la garganta se queda generalmente muy sensible y es muy difícil alimentarse durante cuarenta y ocho horas. La utilización de la acupuntura atenúa o incluso hace desaparecer esta sensibilidad posoperatoria. Nuestro joven paciente, que estaba muy tranquilo antes de la operación y durante toda la fase preparatoria, no siente ningún dolor en el momento de la extirpación de las amígdalas, pero la conciencia de la agresión que está sufriendo le produce una contracción de la nariz y la aparición de unas gotas de sudor en la raíz del pelo. A Inmediatamente después se levanta y nos 1

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