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ABC MADRID 22-12-1972 página 30
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ABC MADRID 22-12-1972 página 30

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC. VIERNES 22 DE DIO 1 ES 1 BK. E BE 1972. EDICIÓN DE LA MASASA. sólo por la distancia física, sino por una falta de contacto histórico. España y la India se hallaban hasta ahora en una recíproca situación de casi desconocimiento. De ella comienza a salirse en una línea que señala una naciente y esperanzadora amistad. El hecho ha sido posible porque pocas veces la proyección del quehacer diplomático español se ha vertido hacia tan múltiples rumbos. Por encima de nuestra irrenunciable condición europea, de nuestro tradicional africanismo y de la entrañable vinculación con los pueblos de Hispanoamérica, se reafirma ahora, hacia esa vertiente oriental, una política de aproximación con el viejo Estado de la India. El realismo de los Acuerdos que se han firmado confirma que en el ámbito de las relaciones exteriores no hay perspectiva que pueda ser negada a la eficaz dinámica de esa ágil diplomacia que hoy se orienta desde el palacio de Santa Cruz. PAG. 30. Tlmarran: Tor. mato ÍXCk de TENA iíiHFü. m íPJLN To: P iro e! RF. 7- O VÍ. M. r. Fts- JÍ K REVI ELT IMA. Z j Luis faría XSON R E D A C C I Ó N ACMIMISTRACICN Y TALLERES: SERRANO, S I M A D R i D APARTADO 4 3 TELEFONOS. -Redacción y Taílereí: 2251710 j 275940 S. Administración: 2255020 Editor: PRENSA ESPAÑOLA, S. A. OPINIONES AJENAS, POLÉMICAS, CARTAS, PUNTUAIIZACIONES, COMENTARIOS. cisaría para ello? ¿Cuánto con el frenado y tiempo? Tenemos también otro progreso de la vida que es mucho más ventajoso y de piás segundad, siendo a la ves más económico aún cuando los señores ingenieros de la Renfe se empeñen en tratar de hacernos ver y de llegar a nuestros convencimientos, que el sistema por ellos invocado es el mejor. Este otro es mucho más económico, de menor tiempo en su puesta en práctica y, de mejores rendimientos en su efectividad. Se trata del radioteléfono al que tanto reparo nos vienen señalando los técnicos del carril. Para este caso debemos de señalar lo que ocurriera hace años también con lo del tercer carril. Para ello se con tocará nada menos que un Congreso Internacional y, por que un señor ingeniero extranjero nos hiciera unas consideraciones de que a España no la interesaba la cokh cacíón de este tercer carrü, los técnicos españoles dieron por ciertas sus manifestaciones, viniendo años después en reconocer gue aquellas extrañas y cantarínas alabanzas que hacia España nos hicieran, tal vez llevaran encerradas él deseo de que los españoles no saliésemos de la triste situación amorfológica en la que nos quisieran tener eternamente los tantos europeístas, qwe cual sirenas de cantos brillantes nos vienen a visitar para después en sus respectivos países señalarnos como una España incivilizada ele los tantos casos que podemos concretar y señalar. Consecuencia de aquel Congreso fue eme fiemos venido al reconocimiento tácito d la necesidad que tiene España, no qué siente, que tiene, de poner en su tendida ferroviario este tercer carrü, para con ell poder salir al exterior con su material, etii? trando en nuestro país igualmente él reste de ¡os demás países, cosa que con el cam bk automático de sus boggies en la froife iera jamás llegaríamos a conseguir, fe guiendo perdiendo en la economía nacional un año p otro año en estos transporte dando ios beneficios al país vecino, sw viendo nosotros de meros espectadores y silministradores del transporte circulatoria por sus líneas, sin que podamos ni debamos extendernos más en otros detalles. El radioteléfono, contra cuanto nos puedan decir, es más económico, más rápido en su colocación e implantación y más seguro que él anunciado por los téeniogs de la Renfe. Si lo pudiésemos ofrecer 02 juicio crítico de la técnica particular, con los del conocimiento profesional, prácticos de ferrocarril, nos encontraríamos con la desagradable sorpresa en conocer que un tanto tecnicismos que nos confunde con sus primorosos conocimientos, se llegaría a lo que el país verdaderamente necesita V debe de gastarse en su transformación ferroviaria. Sirvan estas líneas para salir al tanto de lo que, por parte de la jefatura de la Renfe, nos pudieran decir, por que no llevan ánimo alguno de polémica. Si de advertencia para el país, para que cuando transcurran los años, tal como ahora ocurre con el C. T. C, se pudieran exigir las responsabilidades pertinentes a los hombres que impusieran una implantación, que además de lo enormemente cara y antieconómica para España como aquélla 7 ws resultó, sirviera igualmente ésta para rectificarse nuevamente V poner en acción rt solutiva la del radioteléfono, aun cuando éste hubiera de llegar con otros dispositivos anunciadores de necesidades para cubrir un nuevo fracaso. -Antonio CARRKÑO CEDONCHA. ESPAÑA Y LA INDIA Duiante muchos años, acaso durante siglo España en su comunicación con Oriente siguió rutas en las que ía India apenas figuraba en sus itineraiios. Es cserto que fue tierra misional para un Santo español que con ejemplar vivacidad y celo asumió en aquellos meridianos su tarea evangelizadora. Pero nuestro j cor tacto con aquel viejo país se reducía a unas relaciones ocasionales y a na política de bi en entendimiento, jamás turbada por la posible existencia de intereses contradictorios. Peí o la dinámica diplomática de la España actual no se conforma con el estatismo de unos vínculos internacionales exclusivamente simbólicos e inoperantes en el fondo. Hoy a España le interesa la India porque este país constituye un mundo en transición. Por encima de la visión literaria de aquel lejano país, lo cierto es que se trata de un pueblo remoto geográficamente, pero con un excepcional sentido de la vida. Con un pueblo esencialir. ente espiritual- -que en el fondo en esto consiste la originalida- d racial de la India- España puede encontrar un clima propicio no sólo para sus relaciones de tipo material, sino incluso de carácter cultural, universitario y científico. De momento, en la linea del realismo, que caracteriza la política exterior de España, se han iniciado unas conversaciones que han culminado en la firma de Tratados de carácter económico. Ha sido, pues, plenamente eficaz la estancia del ministro español, López Bravo, en la India, y sus entrevistas con el presidente de la nación, señor V. V. Giri y con la primer ministro, señora Indira Ghandi. España ha firmado en estos días un Acuerdo de cooperación económica y comercial por el cual España exportará a la India setenta y siete clases de mercancías e importará noventa y siete. En el intercambio se manejan productos de recíproco interés. Tales son los relativos a las industrias del cuero, petroquímica, equipos ferroviarios y agrícolas, fertilizantes, astilleros, construcción naval y equipos electrónicos y eléctricos. Paralelamente se ha estudiado la posibilidad de unas tareas de cooperación en empresas comunes en España y en la In día, a la vez que en el suministro de servicios técnicos. Y se ha f i r m a d o un Acuerdo, también de cooperación, para el- aso pacífico de la energía atómica. Se trata, pues, de asegurar un aumento en los intercambios entre los dos países. Y ello es tanto más importante porque, como antes decíamos, el camino de Oriente para España tenía como meta de su expansión cultural y comercial esencialmente las Filipinas. No hay razón alguna para que ahora la India no abra un nuevo horizonte a un p i ¡s té- n aleíaiJo de ella corno España no EL FRENADO AUTOMÁTICO EN LOS TREMES Y EL RADIOTELÉFONO Para dar comienzo a este escrito hemos de manifestar abiertamente que los españoles somos, desgraciadamente por antonomasia, muy propiciatorios al antiptosís, si con ello hemos de conseguir unos deseos personales que nos lleven al final preconcebido, sin tener en cuenta para ello si con esta o aquella determinación deseada perjudicamos en lo moral o material a un tercero. En esto que nos afecta y vamos a comentar, no caben paliativos entorpecedores que nos lleven en un después a otro desacierto como el conocido con el C. T. C. (Control de Tráfico Centralizado) toda vez que, cuando se llevara a su implantación no faltaron (como ahora) personas profesionales que también dieran la voz de alarma para indicar y hacer comprender. que la implantación de tal sistema no cubría por completo y en su totalidad la circulación de los trenes, tanto de mercancías como de viajeros. Con la implantación del sistema de repetición de señales y frenado automático de los trenes no se consigue tampoco lo que se pretende evitar del fallo humano. Y lo que es peor. Que en supuesto cierto y desgraciado de un accidente, cuando se llegara a llevar a cabo este frenado, las consecuencias serian más catastróficas que el verdadero desastre que en esa emergencia ocurriera, por la sencilla razón que al ser frenado automáticamente este tren se haría una verdadera acordeón, entrechocando sus coches unos con otros, por lo que la vida de los viajeros estaría en más peligrosidad con este sistema que con el que actualmente tenemos. Por otra parte, el coste sólo de su proyecto va nos dicen que puede fijarse en los cuatro millones por kilómetro. Si contamos Que las líneas ferroviarias más importantes y por consecuencia las imprescindibles momentáneamente de poner en práctica este sistema, suman la no despreciable cifra de 4.430 kilómetros, distribuidos entre las capitales de Madrid, Barcelona, Bilbao, Cádiz, Coruña, Hendaya (San Sebastián) Málaga v Valencia, nos daría una cantidad de 17.720 millones que el español habría de abonar para tener un sistema que no le cubre del probable accidente ferroviario y, en el supuesto de éste llegar, estar más en peligro que con las actuales disposiciones que hoy se tienen por el peligro antes mencionado del frenado automático y de sus consecuencias. Con estos cuatro millones de pesetas por kilómetro previstos para esta implantación incompleta y peligrosa, ¿cuántas emisoras- receptoras se podían colocar en las estaciones tí máquinas remolcadoras? ¿Qué tiempo se pre-

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