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ABC MADRID 20-12-1972 página 3
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ABC MADRID 20-12-1972 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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EDITADO POR PRENSA ESPAÑOLA, SOCIEDAD ANÓNIMA MADRID L FUNDADO EN 1805 POR DON TORCUATO LUCA DE TENA complejo B en presencia del agua; en cam- como infantil Concha. Concha nos recuerbio los huevos se mantienen casi inalte- da el agua del Jordán que lava nuestras rables. La acción de hervir la leche pro- culpas. Por eso la justificada de su libro duce un desperdicio de un veinticinco por- -que, aunque a ella se refiera en segunda ciento de vitamina C y un quince por cien- persona, es ella misma- -se ve obligada a Bl, y por eso se aconseja tomar la palabra de su nombre. Nunca tuA carestía de la vida ha venido a to de vitamina rápidamente y enfriarla en viste cerca el agua- -te hubieras conforhervir la leche plantear a los europeos problemas seguida. La preparación de las legumbres mado con un mínimo sorbo, el que albergar en los que antes jamás habían pen- exige un cuidado especial, dado que en pudiera tu peregrina concha sado; o sea, aquellos que tienen relación estos alimentos se hallan muchas vitamiQué hermoso libro poético. El cerco de directa con el valor, en calorías, de los nas esenciales, como es la vitamina C, y Concha Lagos. Hay poesía que se basta a alimentos accesibles a todos los bolsillos. por eso se aconseja hervirlos en recipientes ella misma, que se encierra egoísta en su El europeo, sin esta subida de los pre- cerrados y consumirse de inmediato. palabra y en su evidencia, segura de su cios de alimentación, mantenía una dieta calentadas pierden la cuarta parte deBe- cuerpo y de su alma. Hay otra, más menessu tradicional de múltiples platos, en cada valor nutritivo. El manipuleo de la papa terosa, más abierta al misterio y querecomida, con todos sus suculentos acceso- en puré destruye rápidamente la vitami- llosa de celos y compañías, que se queda inrios: postres, frutas, quesos. El tercer munsatisfecha y nos deja también sedientos y la acabar seguir do comería a su hambre si los europeos na C. Y sería ya de no el mundo sabeci- nos obliga a volver una y otra vez a sutando todo o comieran la mitad de lo que comen. Este intuye: lo que muerte entra, por la boca. mergirnos en sus ondas, a quemarnos o que la es un axioma. Pero he aquí que pasan los refrescarnos en sus orígenes o en su conLa carestía tiempos de las vacas gordas, los presupues- quetada diariade la vida evitando la ban- sunción. En una palabra, que no se termina trae algún beneficio; me- en el poema, que sigue palpitando, que nos tos domésticos no alcanzan, por más que se jor dicho, algunos beneficios, y, entre ésbasca en amoroso cerco. Esta palabra- es laestiren, y el comilón reparte su tiempo, deaqur que para consolarse, entre loas hechas por los tos, el que la salud; y desaludables conclu- de los poetas que Concha Lagos cita en su yamos las crisis son porque, libro: Hopkins, Eliot, Rilke, Luis Cernada, dietistas, a una. alimentación racional y al decir de Qoevedo, empobrecen, y la los que crearon místicas profecías con ana los discursos de los economistas que le pasionaria de tristeza. A esta privilegiada demuestran, o tratan de demostrarle, sin pobreza es el mejor galeno. estirpe pertenece nuestra poetisa. Miguel Ángel ASTURIAS convencerle nunca, de las ventajas del No quiere esta nota ser una crítica ni mercomún En su desamparo de gozador Premio Nobel de Literatura tampoco una reseña compendiadora de un de la mesa presta más oídos a los dietislibro. Ni sería fácil cuando el poema de tas que a los economistas. Estos le revienpoesías que es El cerco se nos ofrece tan tan y también los dietistas que convierten denso, tan rico y cambiarate de irisaciones los menos en radiografías vitamínicas. Eso como su autora. es lo que come ahora, la radiografía de lo L cerco. ¿Estamos cercados? ¿Vivimos, Tema el mejor de losa librosé de como otro fundamental mb que comía antes: vitaminas, calorías. El nos vamos muriendo sin esperanza, -predilecto- -de lost suyos, iesnéste del cermás triste de los aprendizajes para las con el enemigo implacable acampado amas de casa: olvidar, en las alacenas, los al pie de nuestras murallas? El cerco puede co. Por eso se ve obligada su táctica a dilibros de cocina antiguos, las recetas de ser símbolo, título de machas situaciones, vidirse en sucesivos círculos y asedios, a derroteros inesperalas abuelas y aprender, como nuevas ta- campañas, obras o sueños. El cerco puede buscarse y huirse portal vez al lector no blas de multiplicar, el valor de los alimen- expresarse en una novela, en un filme, en dos, a desconcertar sus tránsitos de lo demasiado atento con tos básicos, los infaltables. los repetidos una coreografía, en un tratado filosófico, concreto y anecdótico a lo puro imaginaahora casi todos los días como un castigo en un poema, en una doctrina militar, en tivo y trascendente. Ahora bien, es esto jusal glotón. ¿Cuántas calorías necesita dia- una experiencia mística vivida o imaginada. lo que confiere a toda la órbita riamente un hombre que trabaja? ¿Cuán- Cerco es por etimología- -la verdad de las tamente su magnitud elástica y su capacicerrada tas un niño que estudia? ¿Cuántas un jo- palabras- -lo redondo, lo circular. Cerco, dad de tocarnos en lo más íntimo de nuesven o una jovencita que crece? ¡Y si pa- circo, círculo. Los italianos lo han llevado tra llaga abierta contó el apóstol Tomás, rara allí! Pero es que también el perro a la música. Tierra de grandes capitanes, uno de los héroes de su canto, y a la necesita cierta, dosis de vitaminas. Y el tenía que ser Italia la que inventase el vez de abrirnos o entornarnos casi hasta gato, alimentos especiales, concentrados de ricercare como nosotros, tierra de místi- el cierre absoluto esas ventanas que comuhígado. Y las plantas de la sala. Todo, cos, el musical, el orgánico tiento. Y vamos nican con la niñez dichosa, el amor vivitodo está ahora sometido a la ciencia o cercando, ricercando estrechando y tam- do y la desolación del circundante desamor. bién testando, tanteando, ciencias de la nutrición. La forma evidente lir del cerco y a la inversa ensayando el saSiempre tuvo Concha Lagos riqueza de azar en nuestro ideas y firmeza de dibujo. Su verso nunca que este saber y esta preocupación la en- cerco al enemigo. contramos en los mercados, donde las es aparentemente rico, pero su melodía es amas de asa compran las zanahorias conLa vida toda, ¿qué es sino un dilatado, segurísima y su elegancia, tan cordobesa, tadas- -tantas zanahorias hacen equis can- tenso, intenso, insoluole cerco? Pasan y infalible. No se puede decir más con metidad de vitaminas- las papas, las lechu- pasan años y años, arriesgamos temerarias nos palabras. Y habría que copiar estrofas gas, las naranjas, los bananos, para no salidas en busca de agua, de pan, de sal- y estrofas de diversa entonación para poder sobrepasar la cantidad de calorías que sus vación desesperada. Pero algo nos mantie- explicar lo que con pretendidas equivalengentes necesitan; lo que, por otra parte, ne con su luz de remota esperanza. Algo cias prosaicas no se puede aclarar. Me lile permite no gastar sino lo justo, lo ne- que nos fuerza a resistir, a no entregarnos. mitaré a recordar dos versiones de un miscesario, lo indispensable cada día. Toda Estamos en una apretada, aterrorizada Be- mo tema, el del rebaño. En un poema de una ciencia. Una ciencia, un control que tulia. ¿Y por qué no ha de salvarnos de Introducción -a Las Crónicas segando anillo del cerco, se nos pinta a sí misma, a los qe no somos europeos nos deja estu- nuevo una mujer, una nueva Judit? No se llama Judit, sino ya cristianamen- niña, deliciosamente. Y entre sus recaerpefactos. El aprendizaje de ellos ha sido largo y doloroso: la guerra. Aunque des- te Concha la que no intenta salvarse y dos, éste: Por la ladera, entre nubes de pués se repusieron, y en qué forma, hasta salvarnos del cerco, sino planteárnoslo, polvo, pasaron las ovejas y, luego, con reahora que entró la carestía y, más que mostrárnoslo. Que ello sólo se complique y traso, sembrando el campo con sus balidos todo, en previsión de enfermedades, una se desenlace. Porque hay dos safldas, la lastimeros, la coja y desplazada Y de de la última ventana y la de la primera nueva forma de comer. puerta. Y otra y todavía por elevación. modo más recapitulador y genérico, sintiéndose disuelta humanidad errante Y por eso decíamos: no hay carestía que Siempre me ha parecido muy honda y y total, canta en en laApacentador Un El por bien no venga. Muchas enfermedades simbólica esta española familiarización de cido estaba al cerco para toda la vida. graves, y cuál más grave que la arterios- la palabra Concepción en la íntima y Apacentó los sueños, como nubes se fueclerosis, se evitarán con una manera de ron diluyendo, como brumas. Apacentó comer más racional, más científica, ajuscanciones. Eran rumor de agua y el tada a todas las recomendaciones de la río las arrastró sediento. Apacentó el dietética, y, sobre todo, a la forma de la amor. Bien sabe Dios que puso en arropreparación de los alimentos; pues en esto, parle celo y vida, pero un viento de para, muchos, está el secreto de que los Para corregir el nieve lo acechaba. Apacentó las lunas, mismos mantengan s u s índices nutritiel largo acontecer de olvido y pena. Apavos. Sabido es que no todas las vitaminas centó, Señor, en ancho rezo, la sombra resisten el calor, y de aquí la moda de code tu mano. Inventando torrentes de pamer, cada vez más, alimentos crudos. El labras, como diluvio donde ahogar I calor hace que se pierda la vitamina A, duda, apacentó sosiego y rebeldía. Por que se pierda un veinte por ciento de la el camino de la noche anduvo querienvitamina B y de un poco más del diez por do y no queriendo tos prisiones. Por el ciento del ácido nicotínicc y de la ribocamino aquel de tus ovejas las del baliflavina cuando se prepara carne cocida do triste en desamparo. Apacentando está o hecha en estofado. Por eso hay que totu gran misterio, el del aprisco osear y mar la carne de preferencia asada. Tamsilencioso donde el rebaño su aventar bién debe saberse que los alimentos recaolvida. lentados pierden vitaminas suplementaGerardo DIEGO rias. 1 pescado pierde las vitaminas del De la Real Academia Española NO HAY CARESTÍA QUE POR BIEN NO VENGA ABC EL CERCO REDACCIÓN, ADMINISTRACIÓN Y TALLERES: SERRANO, 61- MADRID E

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