ABC MADRID 09-12-1972 página 138

JAPÓN, DE LA DEPENDENCIA A LA AUTONOMÍA E viaje a Pekín del primer ministro japolés, Kakuei Tanaka, realizado en tos iltimos días det pasado mes de septiembre, ha sido la prueba evidente de que Japón desea tener una política exterior propia, vinculada a sus intereses nacionales. La tradicional sumisión de estos veinticinco años a tos Estados Unidos se quiere sustituir por una cordial colaboración, y creo que no es aventurado afirmar que este deseo de autonomía va a dar al Japón la misma categoría en el concierto de las naciones que la Ostpotitik de Willy Brandt ha dado a Alemania. Los dos grandes derrotados en la segunda guerra mundial, increíblemente recuperados, están exigiendo el lugar que le corresponde a su poder industrial y comercial. Tan espectacular entrada del Japón en las altas esferas de la política internacional ha motivado una especial curiosidad e interés por ese lejano país de! que, desde hace tiempo, se viene diciendo que es la tercera potencia industrial del mundo. Por esta razón, las elecciones que se celebran en la jornada dominical han despertado un interés especial por la estructura constitucional y la vida política del milenario imperto del Sol Naciente. VIDA POLÍTICA Tras la derrota en a segunda guerra mundkf, Japón se dotó, bajo la tutela norteamericana, de una constitución democrática y antimilitarista promulgada el 3 de noviembre de 1946. Desde entonces, el país funciona bajo un régimen parlamentario en el que la Dieta es el órgano básico del poder dsl Estado y la única fuente creadora de leyes. Está formada por la Cámara de Representantes, que consta de 491 escaños, y la Cámara de Consejeros, que tiene 252. Ambas son elegidas por sufragio universal, para el que están capacitados todos los ciudadanos mayores de veinte años. Como es tradicional en muchos regímenes parlamentarios, la primera- -cámara baja- -tiene preeminencia sobre ta segunda en muchas materias, especialmente fiscales. Los miembros de la Cámara de Representantes son elegidos por un período de cuatro años. Existen 125 distritos electorales y cada uno de los cuales dispone de tres a cinco escaños, según la densidad de población. Los mandatos para la Cámara de Consejeros duran seis años, aunque ésta es renovada por mitades cada tres años. El Gobierno es colectivamente responsable ante la Dieta, con cuya confianza debe contar. Y los ministros deben ser civiles, con UJK mayoría de miembros de la Dieta. bl partido liberal demócrata ocupa en la actualidad el Poder, ya que dispone de 303 escaños en la Cámara de Representantes y 136 en la de Consejeros. Bajo su mandato se ha producido el increíble progreso económico del país, y es un decidido defensor de la alianza con los Estados Unidos. En la oposición a su política destacan tres partidos: el partido socialista, que dispone de 91 escaños en la cámara baja y 63 en la arta; el Kornei- -fundado en 1964, y brazo político de la Soka Gakkai, grupo religioso de la secta budista Nichiren- que tiene 47 en la de Representantes y 24 en la de Consejeros; y el socialista democrático, que controla 32 en la primera y nueve en la segunda. La importancia del partido comunista es mínima al disponer solamente de 14 y siete escaños, respectivamente, en cada una de las Cámaras. Por lo que respecta a las relaciones con los Estados Unidos, 4o s dos partidos socialistas se oponen al Tratado de Amistad y Cooperación Mutua, firmado en 1960, y propugnan una ¡política de neatraüdad. O Komei propone una solución más moderada ai abogar poj una disolución gradual de dicho Tratado. iSnnterpretación del artículo 9 de la Constitución es motivo de controversia entre Gobierno la Dieta es el órgano básico del poder det Estado y la única fuente creadora de leyes tina sesión de la Dieta. y oposición. En este articulo hay tina expresa renuncia a ia guerra como medio de solución de las disputas internacionales. Pero mientras el Gobierno defiende ia necesidad de disponer de fuerzas exclusivamente defensivas, dada la tensión de la zona y la proximidad de enemigos potencíales fuertemente armados, ia oposición se niega a cualquier tipo de rearme. En lo que atañe a la política económica, tos partidos de oposición propugnan una mayor atención a la pequeña y mediana empresa, en lugar de poner todo el énfasis en las grandes empresas, como hace el Gobierno. En! a cumbre del Estado se encuentra la figura del emperador Hiro- Hito- -el más antiguo jefe de Estado de la más vieja dinastía de la Tierra- que goza del afecto y la adhesión de la gran mayoría del pueblo. Bajo una monarquía constitucional y democrática, el Japón disfruta de un régimen de estabilidad y progreso que le ha llevado a ser ia tercera potencia industrial del mundo, cuya riqueza equivale a la de Francia y Alemania unidas. FULMINANTE PROGRESO ECONÓMICO Mas si la estabilidad política actual es fácilmente explicable por la renuncia al expansionismo militar y la existencia de un régimen político equilibrado y progresivo, el fulminante despegue de la economía japonesa no se puede justificar exclusivamente con la ayuda material americana y la tópica alusión a la laboriosidad del pueblo japonés. Es necesario remontarse al inmediato pasado para encontrar una explicación. En el año 1868 el Emperador Meiji acabó con el régimen de Gobierno feudal- -el Shogunato- que había regido la vida del Japón durante siete siglos. El Emperador empuñó las riendas del Estado y decidió modernizar, industrializar y abrir su- país al exterior, ya que desde 1639 había vivido enclaustrado en sus fronteras, rehuyendo toda clase de contactos con ios países occidentales. Se JAPON- U. S. A. importaron capitales, especialmente ingleses, nuevas técnicas y sistemas de organización, Sería ingenuo pretender que las pretensioal tiempo que se iniciaba un gran programa nes japonesas de autonomía e independende enseñanza a escala nacional. cia en el plano internacional respecto de los Por estaa j: azones cuando erjt 1945 JapóJL EsJ do significan Lifl deseode Jup quedó semidestruido y derrotado, disponía tura. Nada más lejano. Se trata, simplemende unas reservas humanas muy cualificadas te, de pasar de la dependencia a la colaboy dotadas de un gran sentido de la solidari- ración, porque hay una circunstancia a este dad ciudadana. La ayuda norteamericana y el respecto que nadie debe olvidar. Y es que tradicional gusto por el ahorro del pueblo japonés, hicieron el restó. Las cifras son sorprendentes, t a tasa anual media de crecimiento del producto nacional bruto fue, hasta la segunda guerra mundial, del 4 al 5 por 100 en términos reales. Después de la guerra, esta tasa alcanzó el 9 por 100 en los años cincuenta y el 11,5 por 100 en los sesenta. Es decir, la economía japonesa creció con una rapidez dos o tres veces mayor que otras importantes naciones industriales, triplicando en la década de los sesenta su producto nacional bruto. En los diez últimos años, las exportaciones han crecido a un ritmo medio anual del 16,5 por 100, cifra que casi duplica- la tasa media de crecimiento del comercio mundial. Como consecuencia de ello, batió su propio récord de rsservas de divisas al disponer de 14.836 millones de dólares, y un superávit en su balanza de pagos de 7.676 millones de dólares. Sin embargo, la economía japonesa se encuentra con algunos problemas. Quizá el que tenga más importancia de fondo sea el de la falta de proporción entre el producto nacional bruto, segundo del mundo, y la renta per capita 1.600 dólares, que superan una decena de países. La cuestión radica en resolver este problema socioeconómico elevando al mismo tiempo la economía del país. También se está asistiendo en los últimos años a una creciente escasez de mano de obra entre los jóvenes, fruto de los planes de control de natalidad practicados en el país al finalizar la guerra ante el temor de encontrarse con un maltusianismo galopante, una vez desaparecidas las posesiones continentales y reducido el país a las islas. Finalmente, las presiones para la revaluación del yen y los obstáculos que algunas naciones ponen a las exportaciones japonesas, como es el caso de los Estados Unidos desde agosto del año pasado, son dos amenazas contra las que tiene que luchar el Japón.