ABC MADRID 07-12-1972 página 139
- EdiciónABC, MADRID
- Página139
- Fecha de publicación07/12/1972
- ID0001035417
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A la izquierda, las embarcaciones de recreo han iniciado ya en Arenys de Mar la larga espera anual de sus dueños. En tanto, la Tamariua se ha convertido en un patético cementerio de botellas sin retorno... alquilar? Responde que él no, pero que otros... Las puntas de julio y agosto estuvieron muy flojitas, y la gente se termina ahora para el 15 de octubre. Ahí tengo el hotel Ancora, sin ir más lejos. Hace diez años cerraba el 25 del mes citado, y en 1972 ha echado el cierre el 21 de septiembre. En conjunto- -resume- los grandes hoteles van tendiendo a cerrar una semana antes cada año... RUINAS CLASICAS... Y BOTELLAS SEN RETORNO Bueno, en San Peliú no paré, pero tampoco lo había hecho nunca, así que... Playa de Aro, ¡qué horror! Se ha convertido en algo muy parecido a Miami, y Miami me espanta, así que tampoco me detuve. S Agaró continúa como siempre: bello, procer y melancólico, una antesala perfecta para el camposanto. Aigua Gélida, Llafranch, Tamariú, buen pueblo de pesca para pernoctar. Ingleses viejos y extrovertidos y el bar aquel del final, según se va, donde pedí una ración de calamares y me cobraron ocho pesetas... por calamar. ¡Qué salados! Pero casi nada importa ante la belleza, que persiste, de Aiguablava, Pornells, Aiguafreda, Sa Tuna, Sa Riera. Persiste, claro, porque ya no están estas calas invadidas por la marabunta. Persiste a costil de un sol pálido, con cara de invierno y de unas noches tirando a gélidas en las que todo se ha muerto, si es que vivía antes de esa hora, para las diez de la noche. Pero sigue sin importar, vale la pena. Bagur y la maravilla del Cap Sa Sal, con la mar metidita en el hall para todos los efectos prácticos y la montaña incrustada en las habitaciones. La Escala, vieja y pescadora, y Ampurias, un conglomerado de historia, poesía y belleza. M alma casi le sangra a uno visitando las ruinas de Ampurias, evocando a aquellos hombres que allí vivieron hace milenios, cuando la cultura importaba más que el progreso tecnológico. Tan inteligentes fueron aquellos hombres que nos legaron una filosofía y un derecho todavía no prescritos, un teatro al que nunca se le pudo ya añadir nada, un arte escultórico también insuperado; infinidad de cosas... pero soslayaron la técnica. ¡Qué transidos de luz y gozo tuvieron que vivir los romanos y los griegos de Ampurias, en un mundo incontaminado, sin saber nada de urbanizaciones y rascacielos, de ánimo de lucro inacabable; sin saber nada de las falacias y paradojas del desarrollo Me salto Cadaqués, que está tan conmovedor y hermoso como siempre. Me salto Port Lligat. Porque, para ilustrar adecuadamente lo que estamos haciendo hoy con este mundo nuestro he de pasar desde las exaltaciones de Ampurias hasta mis deflacciones espirituales en el a d o r a d o Puerto de la Selva y, más concretamente, en su cala Tamariua. Que fue, en mi época de vino y rosas cuando la Costa Brava se mantenía en aceptables niveles evangélicos, una de las más bellas. Aguas verdes, transparentes, en las que, cuando buceaba uno, se le olvidaba regresar a la superficie por oxígeno del puro asombro, de la exaltación que provocaba su transparencia. Playa limpísima, de pequeños guijarros, sobre los que podía uno tenderse al sol, al salir del agua, sin que se pegara al cuerpo ni un grano de arena, ni de suciedad. Pues bien, en les quince años transcurridos desde mi huida, la Tamariua se ha convertido en un patético cementerio de botellas sin retorno. No me tengo por buen fotógrafo, pero supongo que la foto que allí tomé, y que publico, permita a mis lectores hacerse una idea de lo que digo... XENOFTLIA Y MASOQUISMO El tema del turismo es amplísimo, inagotable. Por supuesto que, sin meterse en muchos análisis, su impacto sobre la economía española resultó positivo. Por supuesto que, ski el turismo, esos absurdos 4.500 millones tirando a 4.800 de dólares que atesora hoy el erario nacional no hubieran sido posibles. Pero es lícito preguntarse si todo, o al menos un porcentaje mayoritario de lo realizado en materia turística, resulta acertado. Y de este tronco común salen muchas preguntas específicas. Por ejemplo: ¿hacían inevitables las exi- gencias de la economía nacional todos esos desacatos que se han cometido contra las bellezas naturales de España? Hace m u y poco, en unas recientes reuniones b r i t a m y cas sobre la defensa del medio ambiente, se puso a nuestro país como ejemplo de destrucción de unas costas que se contaban entre las más bellas de Europa ¿Era preciso? Debo añadir a este respecto que me ha sorprendido la exposición Artetur que visité poco después de regresar de mi periplo por la Coste Brava. Hay allí unas fotografías de gran calidad en las que se especifica lúcidamente cuáles fueron las atrocidades perpetradas contra tal o cual trozo de nuestra geografía. ¿Qué objetivo persigue esto? ¿Qué remedio supone? ¿No hubiera sido mejor evitar que se cometieran tales desacatos? Porque así, a posteriori me parece un caso clarísimo de masoquismo por parte de la Administración Pública española. Yo digo en Sólo mirando que hay un papanatismo español que nos convierte- es el pueblo más xenófilo de Europa, y ésto llega a tales extremos que ni siquiera se atenúa cuando hay bases para aplicar una estricta y justa reciprocidad. Me explicaré: al español que llega ante un funcionario de Inmigración de Su Majestad Británica pongo por caso, le parece muy normal que éste le obligue a mostrarle el dinero que lleva para su estancia. Debo apresurarme a añadir que dicho funcionario ha atemperado mucho en los últimos años su carácter inquisitivo, pero si el foráneo que comparece ante él le parece más bien pobretón, continúa exigiéndole tal requisito, y. ¡ay de él si no lleva pasta! porque le devuelven al país de origen en el primer avión. Sin embargo, los turistas extranjeros que visitan España pasan por el control de pasaportes sin romperlo ni mancharlo, aunque tengan pinta de pobres de solemnidad, y la consecuencia inmediata es que no se gastan un ochavo en nu tra patria. ¿No sería justo que nosotros estableciésemos un mínimo dinerario especifico- -cinco mil, diez mil pesetas- -para abrir nuestras fronteras a quienes nos visitan? Y... ¿qué decir de la Aduana? También en Londres, y en casi todas partes, se han atemperado sus rigores respecto al turismo extranjero con el establecimiento de la salida verde y la salida roja pero al menos sigue existiendo un control. No así en Barajas, donde todo el mundo sale como Pedro por su casa, donde todo es puerta verde en tal manera que aunque uno volviera con las mejores intenciones en caso de traer algo declarable- -y eso, sin pensar en drogas, metralletas, etc. jamás llegaría a declararlo, deshecho, ante esta clara y abierta tolerancia. Sí, en cuestión de Aduanas, seguimos siendo el país más democrático del mundo. jm Y, por último, sería justo y necesario que las autoridades turísticas nos explicasen en forma fehaciente de una vez, sin ambigüedades ni reticencias, qué porcentaje exacto de las cantidades desembolsadas por el turismo de masas, por la marabunta que invade todos los veranos nuestro país, cae con. retintines de pesetas, o de francos, en las arcas españolas. Es muy fácil: tanto para el tour operator tanto para la agencia sueca, tanto para la compañía aérea extranjera, tonto para el hotel español poseído en todo o en parte por capital foráneo y tanto, al fin, para el erario nacional. Si se aplicaran las medidas que propugno más arriba y se respondiese en forma positiva la pregunta que formulo en el párrafo anterior, es posible que no nos diera tanta pena a los españoles nuestro permanente éxodo en pos del cuadradito de yerba o el regatillo de agua en nuestro soplar patrio. ¿Nuestro? Joaquín MERINO