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ABC MADRID 12-11-1972 página 201
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ABC MADRID 12-11-1972 página 201

  • EdiciónABC, MADRID
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dral improvisada para el caso en una plaza pública de la capital. lia reina, su esposa- -antigua sirviente de albergue- el principe heredero, Víctor, y las princesas Amatista y Atenais participaron asimismo en la solemnísima ceremonia, que revistió un esplender hasta entonces desconocido en Haití. El arzobispo Brelle, tras entonar el Ven! Creator depositó sendas diademas sobre las cabezas de sus majestades. Seguidamente, el monarca procedió a crear una Corte. El cuerpo de la nobleza quedó constituido por odio duques, 22 condes, 27 barones y cuatro caballeros, cuyos flamantes títulos correspondían a otros tantos nombres de antiguas plantaciones (d u c a d o de la Mermelada, condado de la limonada, baronía del Coco, etc. lo que resultaba, ciertamente, m u y original... También fuá creada la Orden Militar de San Enrique, con el significativo lema: Ma cause et mon épés y mediante formal decreto se dispuso que la etiqueta palatina debía guardarse a imitación de los usos de la Corte de Inglaterra. Otro paso importante fue proyectar y llevar a cabo la construcción de un palacio que albergara a la familia real y causara la envidia de l o s blancas. Mas de 6.000 obreros se afanaron en la terminación de la obra, y en septiembre de 1812 los soberanos ya pudieron habitar el portentoso Sans- Souei, calificado por los contemporáneos como el más hermoso edificio residencial de toda América. El soberbio salón del Trono aparecía d e c o r a d o al estilo Luis XIV. Guardias azabachados da imponente presencia custodiaban el alcázar y la persona del monarca. Se trataba de dos famosos Dahom- ey 20.000 guerreros léalas que ChristopBie habla hecho venir ex profeso del continente africano, recordando sin duda que su antecesor, el efímero Dessalines, había muerto a manos de un grupo descontento de oficiales indígenas. Los fornidos D homey estaban asimismo encargados de controlar el orden interno del país en Haití reinaba la paz más completa... En 1814, satisfecho del manso comportamiento de sus subditos, el rey Christophe resolvió promulgar el Código Knrique (copia descarada del Código Napoleón, personaje a quien el monarca admiraba sobremanera) Este sublime mamotreto contenía 2.424 artículos. En los relativos a la legislación rural se fijaba oficialmente el horario de trabajo: desde la aurora hasta las ocho de la tarde, con una hora de reposo para el almuerzo y dos horas para la siesta... El Código Knrique fue aplicado con rigor y el país pareció alcanzar cierto desarrollo. En 1871, ciento cincuenta navios extranjeros cargaron azúcar, melaza, tabaco y cacao con, destino a diversos países europeos. De 1806 a 1820, bajo la Administración Christophe, las exportaciones de Haití alcanzaren la considerable cifra de 140 millones: de libras. Desde el punto de vista social, la mendicidad y la prostitución fue- solemne. Mediado el ofertorio, el soberano rodó súbitamente por el suelo, presa de un ataque de apoplejía. La noticia se difundió como la pólvora y las intrigas y conspiraciones tardaron menos de dos meses en liquidar el reinado de aquel déspota caduco y taciturno. El 1 de octubre, en la localidad de San Marcos, un motín de soldados terminó en revuelta generalizada de la población. Cinco días más tarde, el general Richard, gobernador del Cabo, se hizo co de la rebelión militar dé San Marcos y declaró que el Ejército era contrario al Gobierno de Christophe. La revolución se propagó rápidamente a todo el país. En la tarde del 8 de octubre, el antiguo esclavo llegado a rey, habiéndose sferca tado del abandono total de sus subditos, se retiró a sus habitaciones privadas del palacio de Sans- Souci y, tras tomar un baño perfumado, se suicidó disparándose una bala de oro. Tenía cincuenta y tres años. Para evitar que el cadáver del monarca fuera profanado por la turba (que ya había dado buena cuenta del desdichado príncipe heredero y de varios colaboradores de Christophe) sus familiares decidieron enterrarlo en la fortaleza de La Ferriérre, en una fosa repleta de argamasa que, al endurecerse, se convirtió en tumba inviolable. La reina María Luisa y las princesas Amatista y Atenais presenciaron impávidas la macabra escena y partieron luego hacia el exilio, instalándose en Italia, en la ciudad de Pisa, cuyo conMonumento a Henri Christophe, rey de Haití, vento de los capuchinos coen Puerto Príncipe, capital de ia nación. bija en la actualidad sus despojos. ron prohibidas; el matrimonio y la reliAlto, corpulento, dotado de un temperagión, alentados. El temible ojo de los mento agresivo rayano a veces en la Dahomey está en todas partes- -testi- paranoia, Henri Christophe, el esclavo monió el viajero La Croix- Parece que que creó un gran reino negro en América, no hay un solo ladrón en el reino y las es una f i g u r a histórica eminentemente gentes pueden dormir tranquilas con las compleja y discutida. Su ambición, para puertas abiertas. En otro orden de lo- consigo mismo y para con su pueblo, no gros, se incrementó la instrucción pública tuvo limites. Rechazó las fórmulas demoy fueron inauguradas una escuela de Me- cráticas del poder, pues seguramente esdicina y otra de Pintura en la capital, asi taba convencido de que para levantar un como la fortaleza de La Ferriére, obra país devastado, para Intentar olvidar simaestra en la arquitectura de la isla. glos de esclavitud y humillaciones, para Los ecos del tam- tam repercutían en poder formar, en suma, una nación prósel latón de los uniformes y en las mitras pera, Ubre y respetada, el pueblo haitiano bordadas de los obispos de aquella Corte precisaba estar dirigido por una mano de bonapartista construida con los elemen- hierro. tos casi salvajes de una Antilla apasiona ¿Dictador tiránico? ¿Autócrata b i e n da ha escrito Alejo Carpentier en su alucinante relato El reino de este mundo intencionado? ¿Cómo introducirnos en la verdadera idiosincrasia de este hombre heroico y fracasado? Cada estudio biográfico tiene su modo de aproximación al personaje que se investiga. No hay, no puede LA BALA DE ORO haber, dos biografías iguales. Por eso la arrogante figura del rey Christophe contiPero una Monarquía no se improvisa; nuará siendo ensalzada o execrada con necesita la tradición y el prestigio de mu- ahínco. Pero, en cualquier caso, las discuchos siglos y aconteceres. El sistema políti- siones nobles en torno al Napoleón neco instaurado por Henri Cristophe acabó gro habrán conseguido una preciada comtransformándose en la más despótica de pensación: la de alumbrar cada vez más las tiranías. El pueblo temía y aborrecía su atrayente y poco conocida dimensión a su antiguo héroe... El 15 de agosto histórica, en este conciso trabajo alienas de 1820, fecha del aniversario de la reina, esbozada. Christophe quiso acompañar a su mujer a la iglesia, donde estaba prevista una misa Juan BALANSÓ 73

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