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ABC MADRID 12-11-1972 página 165
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ABC MADRID 12-11-1972 página 165

  • EdiciónABC, MADRID
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1. Kissinger, acompañado de Robert Ellsworth, jefe de la M. A. T. O. en Bruselas. -2. En el Quai d Orsay, con Schumann. 3. Con Chu En- iai en el gran Salón del Pueblo, en Pekín. -4. Con sir Alee Dougias Home, en Londres. -5. J u n t o a un grupo de dirigentes japoneses en Tokio. -6. Con el presidente Van Thieu, en Saigón. -7. En Starfaerg Lake, Feldafing, r e s i d e n c i a de WHIy B r a n d t -8. Con Brezhnev, en Moscú. ras, y Nixon, elegido por mayoría, pero endurecido por su campaña, propuso a Kissinger que se hiciera cargo de la dirección del Consejo Nacional de Seguridad, con carta blanca para reorganizarla, y Kissinger aceptó. ¿Por qué? Es una pregunta que se hace todo el mundo en los salones de Washington. ¿Qué es lo que hace subir a Henry: el poder, las. mujeres o la gloria? FASCINA A LAS MUJERES Y DA QUE HABLAR A LA CRÓNICA MUNDANA AC Ñamara decía de él: Todo su comportamiento se explica por el hecho de que es de poca estatura, un hombre bajo, de 1,72 metros, que, no cabe duda, no es gran cosa para, el americano de hoy día. Los 85 kilos no quieren decir nada. Una de sus fervientes admiradoras, la periodista francesa Danielle Hunebelte, autora de un libro sobre éi que lleva el título revelador: Querido Henry lo ha descrito de la siguiente forma después de una entrevista: nariz fuerte, gafas, labios gruesos, cabellos rizados v de color grisáceo. Cl aspecto típico del modesto profesor judio seguro de si mismo, apasionado, divertido por su situación, encantado de estar en ese puesto, hablando irónicamente con voz cavernosa y tierna. La primera vez que una mujer le ve, revela una admiradora de Washington, tiene ta sensación de que este hombre, de poco cuello y barbilla partida, es un confitero cualquiera de barriada en plena prosperidad. Pero- -añade- -cuando Hanry comienza a hablar- -y en general en una conversación es el único que habla- -resulta delicioso. Es encantador, cortés, atento, fascinante. No conozco a ninguna mujer que osara soñar con un encuentro mas satisfactorio. En resumen, que fascina a las mujeres y la realidad es que da que hablar a la crónica mundana. Pero también fascina a los hombres. No a todos. De fas personas que trabajan con él, dice: Saben lo que espero de ellos: lo mejor. Si no lo sopor- P tan, pueden irse. Hay actual- V M

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