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ABC MADRID 12-11-1972 página 134
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ABC MADRID 12-11-1972 página 134

  • EdiciónABC, MADRID
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DI aumm S E JOSÉ MARÍA PEMAN un plan de desarrollo, como los galanes se someten a planes para adelgazar. El auto- j móvil fue la primera máquina que hizo las paces con los señoritos. Estos se enamoraron tanto de su gracia y perfil, que muchos suprimieron el mecánico o chófer que les parecía un tercero que i n t r o d u c í a el triángulo erótico y hacía nacer un vodevil de la técnica, gemelo al esquema clásico de Feideau o Scribe. Nadie se escandaliza si al llegar de visita le dicen: El señor marqués saldrá en seguida; está en el garage arreglando una avería en el carburador. Hace medio siglo no se hubiera podido concebir, máquina por máquina, una respuesta paralela: Perdone, el señor marqués está arreglando la cadena y la válvula del depósito del retrete. Otra batalla fue para el vocabulario técnico forzar la El insigne académico don José María Pemán, máxima figura de las letras españolas accapacidad neologística. Se tuales, ha demostrado en muy varias ocasiones que no es indiferente a la técnica. En este artículo se sitúa de nuevo ante algo que le preocupa: el hecho de que la máquina echó mano a la metáfora; pero a la metáfora de ida tome la iniciativa y los órganos académicos hayan de adaptarse a la decisión mecánica de la vida a la máquina. Asi de las computadoras. Con motivo de la XII Exposición del S. I. M. O. ofrecemos su matizaen los estudios cinematográ da visión sobre el mundo de los i n v e n t o s e n el que la estética es, según él, la encargada de avisar, como un timbre, la llegada de una máquina a su plenitud y madurez. Ticos se llamó la jirafa a la grúa que acerca o retira providencial de la otra manE que me repito algunas indudable. Madrid es una en el plato un micrófoní zana pecaminosa de Eva. El veces en lo que escribo. gran finca con estatuas en colgado a la punta del largc pecado y la física nacen de Lo sé porque lo hago de vez de olivos, y distribuidas cuello. Todavía la máquina raíces contiguas. El baile de intento. No conozco otro entre generales liberales y se parece demasiado a los la tapa de i a tetera obsermodo de pensar o escribir dioses absolutistas: Neptuno, m o d e los antropológicos c vado por James Watt al herdialécticamente que el de paApolo, Cibeles. Todavía cozoológicos. La maquinaria da vir su té le hizo inventar la sar de lo conocido a lo desnozco a un trasnochado huuna planta industrial viene máquina de vapor. Sin la conocido. manista, profesor de un Insa ser como un croquis lineal siesta de Newton y sin el té Senté ya alguna vez que tituto local, que pretende un proyecto de un paraísc de las cinco de Watt no hucasi todas las brujerías del que la Cibeles y la ciberpoblado de seres vivos. Perc bieran sido descubiertos lemaqumismo actual se han nética nacen de las mismas todavía nadie se ha atrevidc yes y aprovechamientos tan lanzado al mercado en peraíces etimológicas. Cuando a intensar la metáfora de re útiles para el hombre. Fue ríodo de laboratorio. La rala verdad es que Cibeles es greso llamando grúa a la ¡la buena vida la que desdio y el televisor se han la diosa de la tierra y las auténticas jirafas dal Afria cubrió la vida mejor. acabado de hacer a la vista cosechas: diosa absentista, Central. Pero para legalizar del público: como un señor que con una gavilla de trigo Sería apasionante escribir ese reflujo verbal, como d que sale con retraso para en la mano se va a Madrid, una especie de lliada o marea vaciante, que regrese una cena de gala y se va no transportada por un trac Guerra a las Galias refide lo mecánico a lo existen abrochando, por el camino, tor o un Land- Rover sino riendo las batallas a la decial se necesitan siglos. As los botones del pantalón. Lo por una carroza tirada por fensiva del mundo clásico y la rueda invento egipcic que pasa es que la técnica dos leones: animales y cereahumanista contra la máquigeométrico o intelectualista se vende, vale dinero, nace les nunca vistos en Madrid; na. La primera, la resistenque no debe nada a la fórmu con un declive inevitable de cia del nomenclátor. Freud bien es verdad que tampoco la viva de la deambulaciór catálogo y anuncio. La inen él se han visto nunca n ¡para dar nombre a uno de humana, pie tras pie, ha tar vestigación desea paz y tiemosos ni madroños. los complejos más revoludado siglos en convertirse er po. Pero el comercio tiejie cionarios de su psico- análimetáforas vivas: como l prisa. sis tuvo que acudir a Edipo. rueda de Prensa el corr N realidad me parece El invento no suele ser Todavía en las linotipias la infantil en rueda o el co que es la estética la agradecido ni r e s p e t u o s o pieza más laboral de su memulgar con ruedas de mo encargada de avisar, para la subitánea iluminación canismo se llama minerva lino como un timbre, la llegada casi mística que le ha sido En ese juego del esconder de una máquina a su pleniconcedida al inventor. La que es el amor, Dios se estud y madurez. El automómanzana que le cayó en la conde, para Santa Teresa, vil ha sido en esto un moERO me he robado m nariz a Newton, cuando dorentre los pucheros. Pero los delo ejemplar. Año tras año, propio espacio y tiem mía la siesta al pie del árbol falsos dioses se esconden enmodelo tras modelo, se ha po para el tema qu y le hizo descubrir la fecuntre los tornillos. El culto de preocupado constantemente deseaba en torno a la ciber dísima ley de la gravedad, los urbanistas y jardineros de su línea, sometiéndose a nética, la informática o lo fue como una indemnización hacia el Olympo helénico es P

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