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ABC MADRID 04-11-1972 página 132
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ABC MADRID 04-11-1972 página 132

  • EdiciónABC, MADRID
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E L eco de los Juegos Olímpicos se ha apagado ya en Munich, pero el carisma de ciudad olímpica mareado esta vez con la sangre, es imborrable. Las banderas nacionales y olímpicas se arriaron hace tiempo; los escaparates volvieron a la normalidad, las calles se quedaron silenciosas tras el bullicio de las multitudes llegadas de todas partes. Munich ha recuperado su ritmo de vida normal, pero cada vez más se convierte en un lugar- de citas internacionales. Se han celebrado ya algunos congresos con asistencia de representantes de muchas países desde el fin de los Juegos, y hay un aire cosmopolita en las calles principales. Dentro de dos años volverá a Munich la emoción de los grandes encuentros deportivos internacionales. En el espléndido estadio olímpico- -cuyo césped comenzó a repararse y cuidarse al día siguiente de haber terminado las Olimpiadas- -se van a jugar los partidos finales de la Copa Mundial de Fútbol. ¡Pero no fueron sólo el estadio y los atletas los principales protagonistas de los recientes Juegos. Esta ha sido llamada la cOlimpíada de la televisión título, en verdad, justo. Los medios de comunicación, s o b r e todo los audiovisuales, cobraron una enorme importancia en esas dos semanas permitiendo a miles de millones de personas vivir de muy cerca los triunfos y la tragedia de la Villa Olímpica. DOS EDIFICIOS PARA LA MISIÓN INFORMATIVA Dos modernos edificios, a l g o alejados entre sí pero con una buena red de autobuses que los comunicaban con el estadio y demás dependencias, acogieron a los Informadores en su labor. Gran cantidad de documentación era necesaria para penetrar en cualquiera de ellos; documentación que era estrictamente controlada en la p u e r t a Los periodistas hubieron de acreditarse con casi un año de adelanto; el plazo se cerró en octubre de 1971. El Presszentrum, dedicado a la Prensa, es una construcción funcional, sin ambiciones arquitectónicas. Tiene una g r a n sala central, con aparatos de televisión suspendidos del techo, permitiendo seguir las diversas pruebas sin acudir al estadio. Hay múltiples dependencias que contenían televisores, teletipos y abundante información al minuto. Se instalaron gabinetes individuales para las agencias o tos periódicos más grandes. Contaba asimismo el centro con máquinas de escribir en todos los idiomas, con todos los caracteres. En tina pequeña sala, cerca de la entrada se vendían los diarios de todo el mundo. Poco a poco se ha desvanecido el inconfundible sonido de teletipos y máquinas; sin embargo, para- ser sustituido, dentro de muy poco, en cuanto el edificio quede acondicionado, por los gritos de colegiales de segunda enseñanza. El centro de la Prensa deja paso al ansia e ilusión de los niños de Munich. En el D. O. Z. (Centro de radio y televisión) hasta la mascota lleva tarjeta de identidad. EL enorme edificio, que cuenta con una amplia explanada y una escultura que juega con la luz, tenia un ordenador electrónico que sabe desde la primera medalla de oro de los primeros Juegos Olímpicos de la Era Moderna hasta el nombre y dirección del último corresponsal acreditado. El B. O. Z. contaba con once estudios individuales, perfectamente instalados, desde los cuales un comentarista de cualquiera de las 60 cadenas de televisión que, desde otros tantos países, enviaron corresponsales a Munich, podía entrevistar a sus atletas o delegados. Se montó un programa mundial que se transmitía a los i r MUNICH HACIA LA COPA MUNDIAL DE FÚTBOL Miles de programas, comentarios e imágenes fueron aj mundo entero desde sta torre, que, construida para ios Juegos, donjiina hoy el panorama de la ciudad de Munich. Dentro de dos años su actividad será de nue vo excepcional, al transmitir la final de ia Copa Mundial de Fútbol. transmitidas

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