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ABC MADRID 04-11-1972 página 125
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ABC MADRID 04-11-1972 página 125

  • EdiciónABC, MADRID
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Iglesia sin pompa, sin pulpito siquiera, pero una iglesia apacible, adonde aun se viene a recogerse, como el viejo chino que entra, moja su mano en el agua bendita, se persigna, Avanza hacia el a l t a r y se arrodilla. sia de ampo: el mismo claroscuro. 1 mismo frescor, el mismo silencio, el mismo ruido de pasos sobre las losas grisáceas. Maquinalmente dirijo mi mano hacia, la pila de agua bendita de mármol blanco. Un poco más a la derecha hay un cepillo pintado en xojo, sobre el que destaca una inscripción en chino (quizá gracias Un poco más lejos está el- confesonario, con cortinas b l a n c a s Al fondo de la nave las estalactitas del órgano que solamente suenan una vez al año, por Navidad. Entre las columnas se alinean las sillas y los bancos Individuales. Iglesia san ningún lujo ni decorado, sin Adrieras, sin cuadros... Solamente el core con los tres altares adornados con esculturas doradas y sus flores artificiales- ajadas, atrae la atención del visitante. En el altar de la Virgen hay unas velas encendidas. Iglesia sin pompa, sin pulpito siquiera; pero una iglesia apacible, adonde aun se viene a recogerse, como el viejo chino que entra, moja su mano en el agua bendita, se persigna, avanza hacia el altar y se arrodilla, con la cabeza entre las manos. EL PADRE SELALA, UNO DE LOS ÚLTIMOS SACERDOTES CHINOS Se oye un ruido de pasos. Un hombre joven se acerca. Es el padre Selala, uno de los dos últimos sacerdotes chinos. Viste un traje gris antracita y tiene un abundante cabello, cortado disciplinadamente, rodeándole el rostro que delata la cuarentena. Va ligeramente erguido, con la mano en el pecho, atento- a la traducción y a nuestra mímica. El padre Selala responde a nuestras preguntas con reserva: el maoísmo y la religión, la revolución cultural, los fieles... -Es evidente que el partido comunista chino- -dice el padre Selala- -es ateo, pero la libertad de cultos está mencionada en la Constitución china. Lo que el padre Selala no se atreve a Añadir es que esa disposición ha sido mil veces pisoteada. ¿Los guardias rojos? Ciertamente que han acabado con las antiguas costumbres, pero quedan más de quince mil fieles católicos en Pekín. Sea lo que sea, continuamos celebrando dos oficios el domingo por la mañana: uno a las ocho y media, en chino, y otro a las nueve y media, en latín, para tos extranjeros residentes en Pekín. A pesar de todo, el padre Selala no es optimista: los bautismos, las bodas y otras ceremonias son cada vez más raras. ¿Por culpa de los guardias rojos? Evidentemente, la opresión del sistema totalitario es angustiosa. El padre Selala estima también que las mujeres vienen cada vez menos a, la iglesia, porque las retienen sus trabajos y sus obligaciones familiares La frente voluntariosa del padre Selala hace suponer que no es de los resignados... ¿Entonces? El padre Selala se parece a su iglesia: serena, sin extravagancias, sin escándalos... Una fuerza tranquila, sorprendida y algo intimidada por tanta atención. En estos momentos guardamos el recuerdo de una acogida calurosa, pero sin excesos. Guardamos el recuerdo de dos manos que estrechan las nuestras, cordialmente... y también guardamos el recuerdo de un sacerdote agitando su mano en señal de adiós antes de cruzar el umbral del presbiterio. H. VESAL

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