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ABC MADRID 04-11-1972 página 21
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ABC MADRID 04-11-1972 página 21

  • EdiciónABC, MADRID
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LA PRIMERA IMPRENTA DE AMERICA S E hacen ya los preparativos para conmemorar el quinto centenario de la aparición de la imprenta en España, acontecimiento que tuvo una trascendental importancia para nuestro país, como es lógico. A partir de 1472 habían ido estableciéndose en la península diversos alemanes, flamencos, holandeses y hebreos, fundando talleres de imprimir que alcanzaron una rápida y extensa popularidad entre el reverencial asombro de los hombres de la apoca. Años después de editarse los primeros libros españoles, la nación se dispone a cumplir su misión en las Indias, que comienza a ser de gran envergadura cuando se produce la conquista de la Nueva España por obra de Cortas y su corta pero aguerrida hueste. Y he aquí que la imprente, cuando todavía no era conocida en multitud de poblaciones europeas de cierto empaque, va a cruzar el (Atlántico para servir de instrumento a una tarea espiritual. En efecto, a sólo cuarenta y cuatro años de distancia del Descubrimiento, 2l prodigioso invento de Guttenberg va a surgir en América como fruto de la inquietud evangelizsdora de fray Juan de Zum rraga, una de las figuras más titánicas de la cristianización del continente, protector de indios y autor de una obra de enorme envergadura entre los mejicanos, a guien le cabria la inmensa gloria de proclamar el milagro de las apariciones guadalupanas. Fray Juan de Zumárraga, primer obispo y primer arzobispo de Mejípo, pertenece a una pléyade de prelaádfe con los que siempre estará en deuda el Nuevo Mundo, ya que todos ellos supieron unir, a su afán de apostolado, un inteligente sentido de colonización y una ardorosa defensa de la justicia frente a funcionarios reales que olvidaban sus obligaciones o, simplemente, toleraban actitudes vejatorias de los encomenderos. LA PRIMERA EMPRENTA Fray Juan de Zumárraga, primer Desde su llegada a la antigua Tenoehobispo y primer arzobispo de Métitlán, fray Juan de Zumárraga comienza jico, pertenece a una pléyade de a esforzarse por conseguir que fuese insprelados con los que siempre e s talada allí una imprenta. Buena prueba tará en deuda el Muevo Mundo... de ello es que en 1533 dirige un memorial a Carlos V acotejándole que permite tal establecimiento para bien de los numerosos nuevos cristianes de aquel vasto país. Esteban Martín- -y, por tanto, el primer El emperador acoge la idea con todo afec- impreso de América- -fue la Escala espito, la aprueba e incluso dispone que al ritual para llamar al cielo de San Juan maestro impresor que fuese a radicarse a Clímaco, casi con toda certeza en 1535, la capital de la Nueva España se le- fa- aunque, desafortunadamente, no existen cilitase una cantidad a cargo de la Ha- en lar actualidad ejemplares. La traduccienda para correr con los primeros gastos. ción del latín al castellano la había lleExistía, sin embargo, otro problema. vado a cabo fray Juan de Estrada, conoDado que el nuevo arte era ejercido casi cido por Juan dé la Magdalena exclusivamente por extranjeros, los cuaEsta obra primigenia hubo de ser de les necesitaban una autorización especial corte tirada, evidentemente, ya que respara trasladarse a las Indias, la conce- pondía a una ¡necesidad concreta: dotar sión imperial hubo de demorarse en su a los novicios de un texto religioso y, por cumplimiento. El animoso arzobispo, sin otra parte, hay que tener en cuente que embargo, fue tan rápido en sus gestio- Esteban Martín iniciaba su trabajo y nes y puso en ellas tanta diligencia que, tendría que hacerlo cuidando al máximo en fecha no determinada del año 1535, -los detalles, pues era su primera obra y consigue que el impresor Esteban Martín, tenía que acreditarse, además de agradar llegado a aquellas costas en la expedición al arzobispo. de don Pedro de Mendoza, se disponga a abrir su taller y comience a editar publiLA SEGUNDA IMPRENTA caciones sin demora, pues infinitas eran las almas que necesitaban la lectura de Un alemán establecido en Sevilla, Juan textos cristianos. Cromberg, solicitó permiso del emperador Está fuera de toda duda que el primer para ampliar su negocio de imprente a impreso aparecido en el taller mejicano de las tierras descubiertas en las Indias. Obtenido el privilegio- -como decimos, de grao dificultad en esa época- pactó un curioso contrato con un artífice italiano, Juan Pablos, que en realidad debió llamarse Giovanni Paoli y luego castellanizó su nombre y apellidos, casado con la española Jerónima Gutiérrez, para que se trasladara a Méjico y regentara la imprente. Juan Pablos, según todos los indicios, cruzó el Atlántico en 1539 y comenzó a imprimir antes de que transcurriera un año desde su llegada al Anáhuac, ya que en 1540 salía de las prensas el Manual de adultos el impreso americano más antiguo que se conserva hoy. Aclara el colofón que imprimióse este manual de adultos en la gran ciudad de México, por mandado de los reverendísimos señores obispos de la Nueva España y a sus expensas; en casa de Juan Cromberger, año del nacimiento de Nuestro Señor Jesu Cbristo de mil y quinientos y cuarenta Al parecer, Juan Cromberger, al que estaba atado Juan Pablos en virtud de aquel contrato, verdaderamente leonino, murió sin que se resolviera la situación de Juan Pablos, quien, no obstante, en 1584 ya coloca su propio de imprente después de sufrir mil vicisitudes, de las que se quejaría amargamente ante el virrey Mendoza para que pusiera remedio a su miseria, La capitel de la Nueva España registraría luego la presencia de muchos impresores llegados de la Península, como Antonio de Espinosa, Diego de Montoya, Sebastián Gutiérrez, etc. contribuyendo a poblar de libros las cada día más numerosas bibliotecas, entre las cuales destacaba la de la Universidad. TEAS LOS PRIMEROS PASOS La noticia de que en el reino de la Nueva España existía la imprenta hubo de excitar el celo de los personajes que ejercían autoridad en otras regiones del Nuevo Mundo, celo que iría en aumento conforme se asentaban nuevos pobladores en ciudades que se creaban sobre la marcha y con vocación de permanencia. Vamos a asistir, entonces, a una lucha en pro de la consecución de la imprente, en lo que rivalizarían gobernadores y obispos. Ordenes religiosas y cabildos municipales, cada cual con sus especificas razones. Así, por obra de un virrey culto, don Francisco de Toledo, Perú, tiene su primera imprente en el año 1584. Guatemala, con el esfuerzo de su primer prelado, fray Payo SSaríquez de Rivera, lo consigue en 1663, y, poco a poco, en todas las demarcaciones del imperio español de América, va apareciendo la imprente. El último territorio que recibe tal beneficio s la capitanía general de Venezuela, cuando la regía otro gobernante culto, don Juan de las Casas, quien autoriza a dos ingleses, Gallegher y Lamb, a que se establezcan en Caracas y comiencen a imprimir, en 1808. Ya para entonces, y a todo lo largo del siglo XVlil, la imprente había originado en América una increíble serie de periódicos- -cuyo pionero había sido la Gaceta de México que comenzó a editarse en enero de 1722- Pero esto es ya otra historia a la que posiblemente dediquemos atención en un futuro comentario, Emilio de la CRUZ HERMOSILJLA

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