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ABC MADRID 29-10-1972 página 151
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ABC MADRID 29-10-1972 página 151

  • EdiciónABC, MADRID
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la gente, barriendo sus complicaciones psíquicas? HELO. -No, creo que su explicación es demasiado pintoresca. Me atrevería a decir que este fenómeno, que es un fenómeno histórico, no obedece a una causa, sino a varias. Es cierto que Ja histeria de los tiempos de Charcot, aquello que se llamaba la histeria de conversión, ha desaparecido a medida que se ¡ha desmistificado el lado teatral de los grandes histéricos. Pero al tiempo que cada día se vén menos histerias de conversión, es decir, parálisis histéricas, cegueras histéricas, etc. e observan más caracteres histéricos, o manifestaciones histeriformes, y contrariamente a la opinión de Freud, la histeria no es un buen indicador de Ja cura psicoanalítica tipo. Este hecho me permitirá explicar algunas psicoterapias H 6 LD. -En principio, a la de cualquier terapia. Pero en ocasiones es necesario saber arriesgarse. Per el contrario, los caracteres obsesivos, los indecisos, los superescrupulosos que son incapaces de tomar una decisión, pueden constituir, en algunos casos rigurosamente seleccionados, un buen indicador. Lo mismo ocurre con eso que en nuestros días se llama neurosis del carácter, es decir, Jos síntomas que sufren ciertos individuos, que si bien no padecen directamente, hacen la vida insoportable a quienes les rodean. Son las personas que dicen: No he sido yo, sino mi mujer o mi familia quien ha Insistido para que venga a su consulta. De la misma manera, ciertos traumas sexuales pueden ser tratados por medio del psicoanálisis. Pero también en este caso, que indudable- métodos con los que responder de forma concreta a la misma. PREGUNTA. ¿Cómo puede usted dar fe de las indicaciones de cada caso, después de unas entrevistas preliminares, necesariamente superficiales? HELD. -En este sentido, la intuición juega un gran papel. ¿Qué es la intuición? No es más que un fenómeno metapsíquico; no es algo fundamentalmente misterioso: la intuición no es más que el residuo inconsciente de una multiplicidad de experiencias conscientes acumuladas, que nos permite, después de dos o tres entrevistas, identificar al paciente en relación con los casos tratados anteriormente. De esta forma podemos saber que ese paciente i podrá ser objeto de una psicoterapia dinámica, es decir, de algo mucho menos pesado que un psicoanálisis, Cari Jung Alfred Adler El doctor Rene Held de un tratamiento corto, aunque en ocasiones puede durar ¡mucho tiempo, o bien de un psicoanálisis reglamentario, en e! caso de que el paciente así la requiera y de que tal tratamiento sea verdaderamente factible. PREGUNTA. -Pero, ¿quién debe impartir tal tratamiento? ¿Un psiquiatra o un médico? HELD. -Un psiquiatra psicoanalista. No hablo en este caso de una psicoterapia de refuerzo que incluso un médico de cabecera puede realizar si tiene el suficiente vaLA SELECCIÓN DEL PACIENTE Jor y se considera capaz de hacerlo. Razón de más un psicoanalista, que se servirá de su conocimiento teórico y práctico del psiPREGUNTA. -De sus palabras se despren- coanálisis, y que lo pondrá al servicio de de que es muy normal que los médicos rechauna técnica menos pesada, más suave, mecen a muchos pacientes de los que se les nos ambiciosa, que posiblemente conseguipresentan. ¿Es asi en realidad? rá menores resultados definitivos pero que, HELO. -Yo no hablo más que en nombre de cualquier forma, aliviará más rápidamenpropio, pero muchos de los viejos opinan te a su paciente. Éste método de la psicoigua! que yo. terapia dinámica se utiliza cada vez más en PREGUNTA. ¿Cómo debe hacerse esta se- los Estados Unidos y se está introduciendo en Europa. lección, y de acuerdo con qué criterios? PREGUNTA. ¿Lo utiliza usted? HELO. -Existen toda una serie de criLa neurosis obsesiva de que hemos haHELD. -Así es. Pero lo ¡he tratado en mablado con anterioridad no es una indicación terios: presencia de un psicoanalista cualiyor medida en el pasado, ya que en la infalible. Algunos obsesos presentan tal ri- ficado en el lugar donde vive el posible paciente, cuestión financiera, cuestión de tiemactualidad roe dedico más a escribir que a gidez que impiden la terapia de su neupo, fuerza de voluntad del paciente, o, si ustratar. Siempre he intentado dividir mi actirosis. prefiere, solidez dé su persona. vidad en dos partes: una actividad psicotePREGUNTA. -No obstante, se presentan en ted Joaunque insista sobre la necesidad de Pero rapéutica y una actividad psicoanalítica promuy raras ocasiones. una selección rigurosa al principio, ello no piamente dicha. La psicoterapia se lleva a HELD. -Así es en lo que respecta a las quiere decir que los pacientes que no sean cabo utilizando la intuición y los conocigrandes neurosis obsesivas, pero se si- considerados aptos para el servicio que mientos clínicos, e intentando establecer una guen observando caracteres obsesivos, cono estén en condiciones para ser sometidos relación más activa por medio de ciertas mo el que usted recordaba hace un momen- a un tratamiento tipo, tengan que ser ¡rechazatécnicas que éste no es el momento de exto, el del paciente afectado por una duda dos. Aquí intervienen unos métodos de psiplicar. Todos los psicoanalistas deberían desistemática. coterapia que muchos psicoanalistas, llamédicar parte de su tiempo a la psicoterapia. moslos ortodoxos y no en sentido peyoPREGUNTA. ¿Para usted las grandes neuSi únicamente recurren ai diván corren el rativo, desprecian, pero que cada vez se rosis obsesivas son inmunes a la terapia psiriesgo de esclerotizarse. utilizan más comúnmente, a partir del incoanalítica o también a la acción de cualcremento de la demanda y de la escasez de quier terapia? FIN DEL INFORME de inspiración psicoanalítica que recomiendo muy a menudo. Usted sabe que los primeros estudios de Freud versaron sobre la histeria. Basta acordarse de los casos histéricos de Jos que se ocupó con Breuer, el primero de sus colaboradores, que desapareció rápidamente, asustado por el embarazo histérico de una de sus pacientes. En cuanto al análisis del famoso caso Dora, aquejada de una histeria muy compleja, se ha demostrado más tarde que detrás de aquella histeria existía un carácter paranoico que hacía que el tratamiento fuera muy aleatorio. El propio Freud retrocedió ante las sorprendentes manifestaciones de transfert de la famosa Dora e interrumpió el tratamiento, si bien lo hizo a los cinco meses de haberlo iniciado. Volviendo a la histeria, puede decirse que ese tipo ha disminuido muy notablemente. En cualquier caso, se ven cada vez menos, y cuando se ven no se las considera como un buen indicador de la posibilidad del tratamiento. mente constituye un indicador totalmente válido, debe llevarse a cabo una selección muy rigurosa. Muy a menudo he escrito que sobre quince o veinte pacientes tratados, únicarriente se presentan una o dos indicaciones de cura- tipo. Y eso es todo. Y, asimismo, he repetido que no debía hablarse de fracasos del psicoanálisis, sino de malos indicadores. 23

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