Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 22-10-1972 página 110
ABC MADRID 22-10-1972 página 110
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 22-10-1972 página 110

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página110
Más información

Descripción

y poesía, cada día Réquiem E ¡tema de Lázaro- -el hombre que regresó de la muerte- -ha tentado muchas veces a muchos poetas. Pero tal ves en ninguno adquiere la hondura y tensión dramática que tiene este de Cernuda, que se agarra a la muerte porque no quiere regresar tal error de estar vivo Estamos aquí en los antípodas del Lázaro de Guillen, que sólo al regresar al mundo reencuentra su verdadera dimensión de liombre. LÁZARO Era de madrugada. Después de retirada la piedra con trabajo, Porque no la materia sino el tiempo Pesaba sobre ella, Oyeron una voz tranquila Llamándome, como un amigo llama Cuando atrás queda alguno Fatigado de la foi nada y cae la sombra. Hnbo un silencio largo. A? í io cuentan ellos que lo vieron. Yo no recuerdo sino el frío Extraño que brotaba Desde la tierra honda, con angustia De entresueño, y lento iba A despertar el pecho, Donde insistió con unos golpes leves, Ávido de tornarse sangre tibia. En mi cuerpo dolía Un dolor vivo o un dolor soííado, Era otra vez la vida. Cuando abrí los ojos Fue el alba pálida quien dijo La verdad. Porque aquellos Rostros ávidos, sobre mí estaban mudos, Mordiendo un sueño vago inferior al milagro, Como rebaño hosco Que no a la voz sino a la piedra atiende, Y el sudor de sus frentes Oí caer pesado entre la hierba. Alguien dijo palabras De nuevo nacimiento. Mas no hubo allí sangre materna Ni vientre fecundado Que crea con dolor nueva vida doliente, Sólo anchas vendas, lienzos amarillos Con olor denso, desnudaban La carne gris y flaccida como fruto pasado; No el terso cuerpo oscuro, rosa de los deseos, Sino el cuerpo de un hijo de la muerte. El cielo rojo abría hacia lo lejos I r a s de olivos y alcores; El aire estaba en calma. Mas temblaban los cuerpos, Como las ramas cuando el viento sopla, Brotando de la noche con los brazos tendidos Para ofrecerme su propio afán estéril. La luz me remordía Y hundí la frente sobre el polvo Al sentir la pereza de la muerte. Quise cerrar los ojos, Buscar la vasta sombra, I. a tink- bla primaria Que su venero esconde bajo el mundo Lavando de vergüenzas la memoria. Cuando un alma doliente en mis entrañas Gritó, por las oscuras galerías Del cuerpo, agria, desencajada, Hasta chocar contra el nraro de los huesos Y levantar mareas febriles por la sangre. Aquel que con su mano sostenía La lámpara testigo del milagro, Mató brusco la Dama, Porqué ya el día estaba eon nosotros. Una rápida sombra sobrevino. Entonces, hondos bajo una frente, vi unos ojos Llenos de compasión, y hallé temblando un alma Donde mi alma se copiaba inmensa, Por el amor dueña del mundo. Vi unos pies que marcaban la linde de la vida, E l borde de una túnica incolora Plegada, resbalando Hasta rozar la fosa, como un ala Cuando a subir tras de la luz incita. Sentí de nuevo el sueño, la locura Y el error de estar vivo, Siendo carne doliente día a día. Pero él me había llamado Y en mí no estaba ya sino seguirle. Por eso, puesto en pie, anduve silencioso, Aunque todo para mí fuera extraño y vano, Mientras pensaba: así debieron ellos, Muerto yo, caminar llevándome a la tierra. La casa estaba lejos; Otra vez vi sus muros blancos Y el ciprés del huerto. Sobre el terrado había una estrella pálida; Dentro no hallamos lumbre En el hogar cubierto de ceniza. Lilis CERNUDA

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.