Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 21-10-1972 página 119
ABC MADRID 21-10-1972 página 119
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 21-10-1972 página 119

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página119
Más información

Descripción

Faltan manos al cielo que se levanten por amor a ia justicia, la verdad, la confraternidad, la paz entre los pueblos. ANOS c o m o un ramille t e de rosas. Manos como estalagmitas repletas de sal caliza. Manos como espigas al viento que buscan su geotropismo positivo. Como un surtidor vital que aboca adustez veterana de razas, que desgarra siluetas en el aire. Las manos se exacerban al jugueteo de la pólvora festiva que arde en la mañana, en la plaza de piedra. La escena que recoge la fotografía se desarrolla en Pamplona; la multitud vibra de emoción al oír el chupinazo anunciador de que la fiesta comienza. Los mozos, con sus brazos desnudos elevan sus manos al cielo, impulsados por la misma ilusión de conjunto. Sus manos al cielo son todo un símbolo de nuestra época. Describen en el aire gestos y expresiones que son fiel reflejo del pensamiento de unos jóvenes sn cuyo ánimo fluye la cálida corroboración. En su actitud hay fuerte dosis de creatividad, convicción, unidad de espíritu, emoción y emotividad. Sus manos- -grandes o pequeñas, blancas o morenas, limpias o sucias... -giran y giran en movimiento centrífugo buscando ea mismo gozo. Son manos a las que fluye toda la sangre del cuerpo, toda la emoción del momento. Pero no todas las manos de los hombres de nuestro tiempo se alzan con la misma fuerza de expresión. Este movimiento centrífugo hacia el gozo sereno se echa en falta en el seno de la sociedad del hombre contemporáneo, empeñado en acciones histórico- políticas, donde el símbolo sustancial del amor, sus manos, actúan de forma centrípeta, negativa. Sus manos también se alzan en los escaños de la política, de las actividades público- cívicas. Muchas veces con más aparatosa fuerza, pero no con la misma intención y consenso. Sus manos, las de los hombres de nuestros días, se orientan contra el objeto que las atrae en un ir hacia algo agresivamente. Se cargan de aceros hirientes, de pistolas, de armas nucleares. De aquí que las pasiones políticas- -loables en todo lo que tienen de M MANOS AL CIELO apasionante incapaces de elevar manos al cielo con sosiego y paz meditada, degeneren en subversiones o terrorismo. Porque a nuestras pasiones a las que llamamos pasiones ideológicas les falta creatividad, convicción de principio. Faltan sensatas pasiones por las cosas y por las causas. Faltan manos al cielo que se levanten por aníor a la justicia, la verdad, la confraternidad, la paz entre los pueblos. Nuestras pasiones hoy no pasan de ser de menor cuantía empeñadas, comprometidas y justificadas con la idealización vulgarizada de nuestro equipo favorito de fútbol- -por hablar de un deporte de masas- un concurso televisivo o el apasionante albur que puede proporción nar la lotería. Es aquí donde radica virtualmente la diferencia, bifronte característica que mueve a los hombres entre la auténtica pasión y la ficción apasionada. ¡Porque benditos sean los hombres que traen con ellos sensatas pasiones! Entiendo que el quid de la cuestión radica en que se idealizan precisamente esas pasiones, esa emoción, esa emotividad, esa creatividad que no puede ni deben ser idealizadas. El Omnes de Emerson- -es decir, todo el mundo- -ha idealizado el derecho, la guerra, la propiedad, la política, el comercio, la sociedad e incluso la propia vida del hombre. Dice Hermann de Keyserling al hablar de la angustia del mundo: El espíritu es esencialmente irradiación, expansión. Aquí se trata únicamente de dar, nunca de tomar. Y tal don nunca empobrece, enriquece. Cada uno puede comprobar esta verdad según su propia experiencia del amor, del cual, cuanto más dio, sin pensar en lo que recibía, tanto más expansionó. Las leyes del espíritu desafían toda comparación. Casi se diría que se trata de una subversión de todos los criterios conocidos. En esto, cuanto más gasta el hombre, más se enriquece. Y con la idealización de la apasionada ficción, los hombres pierden su creatividad, su emoción, sus posturas sensatas, reduciendo su mente al exclusivo servicio- de la inteligencia, como única función vital de los sentimientos. La fría inteligencia, carente de todo sentimiento humano, trae consigo la muerte del idealismo, desembocando en un colectivismo mecanicista. Las sonrisas se hacen cada día más amplias en los rostros internacionales, pero nadie se ama y no existe el afecto. Porque la fría inteligencia tiene como principio y reco mienda los buenos modos a la vez que mantener interiormente odio a muerte hacia el oponente. En las cámaras parlamentarias del mundo se ha ganado en compostura, pero a veces las decisiones adoptadas, entre complacientes sonrisas y exquisitos ademanes versallescos, en un minuto, han costado millones de vidas a Is Humanidad. Nada más lógico para esta doctrina 13 P telectual que invade el mundo, que el ol vido del sentimentalismo, del amor, de ls amistad, por atrofia de las fuerzas sentimentales del hombre y, como consecuencia la pérdida de todo poder de creación psíquica. Fue el apasionamiento emocional; por sus héroes y la amistad lo que hizi posible que el pueblo griego encontrara si mayor y más puro sentido de la belleza que para el hombre romano fue la re pública entrega ciudadana al ideal qu considera a la totalidad de la nación supe rior al individuo, a la vez que idéntico. Pero aquellos fueron otros tiempos. Ho: los idealismos buscan una nueva fronter que les guíe hasta la fraternidad humans sobrepasando las colisiones culturales o po líticas. Diríase que las volitivas interpre taciones del hombre buscan como ultim ratio idealizar sus pasiones irrealizable! las falsas pasiones. Enrolándose en absur das aventuras ideológicas que le yugula del primigenio contenido emocional que po see como hombre integral. César DE LA LAMA

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.