ABC MADRID 20-10-1972 página 131
- EdiciónABC, MADRID
- Página131
- Fecha de publicación20/10/1972
- ID0001028945
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B ÓL L, EL HUEVO PREMIO HOBEL En una encuesta de urgencia, seis escritores españoles enjuician al célebre novelista alemán Heinrich Boíl, galardonado con el Premio Nobel, cuando algunos comentaristas especulaban con nombres hispánicos, con escasa posibilidad este año después de haber ganado el pasado un escritor de lengua española. LUIS ROSALES No es un tipo de novelista que me interese demasiado. Recaer en él este premio no ha dejado de ser para mí una gran sorpresa. En cualquier caso, creo que es más interesante este novelista por su temática que por su técnica. MIGUEL PÉREZ FERRERO Quizá de los novelistas alemanes- -de Alemania Occidental- -de la posguerra, el más difundido en eJ mundo es Heinrich Boíl, que ahora, en la plenitud de su edad, a los cincuenta y cinco años, ha recibido el Premio Nobel de Literatura. La concesión ha sido hecha, según se especifica, por el conjunto de su obra. Y él mismo ha declarado que no tiene preferencia por ninguna novela determinada de las que ha escrito. Varios de sus títulos se hallan traducidos al español y por eso no es un desconocido ds nuestro públ Lo que ha decidido, a juicio nuestro, la concesión del galardón preciado al novelista alemán es que éste se enfrenta a la sociedad de después de la guerra en su país, la crítica, y refleja, con un agudo sentido, la huella que la contienda dejó. Muestra cómo no siempre io que se construye sobre ruinas- -nos parece que también lo dijo él mismo- -es perfecto. CASTILLO PUCHE Hay dos cosas muy significativas en este Premio Nobel: que sea alemán y sea católico. Era natural que la Academia sueca se reconciliase con Alemania y sobre todo en este momento de significación y recuperación de Europa. Por otra parte, después de varios premios a anticomunistas que viven dentro del marxismo y antimarxistas que viven fuera del marxismo, los suecos tienden a nivelar y equilibrar la balanza de su premio. Han premiado esta vez, desde que le tocó el turno a Thomas Mann, a un católico que no hace alarde d su fe, pero que se palpa. Su obra es testimonio dé amor y de esperanza a pesar de la gran amargura y crueldad de sus relatos. Bóll encara los problemas de ia guerra y la posguerra con una impresionante valentía moral y un humor descarnado que es la nota dominante de este expresivo narrado De la guerra ha sacado su gran escándalo, su gran contradicción y también la necesidad de expiar y castigar esta plaga de la Humanidad. Sobre todo, ha sacado una piedad tierna y conmovedora que está latente debajo de su tremendo sarcasmo. A mí me cae muy bien este premio y creo que es el adecuado al momento europeo. A fin de cuentas, de haber una tesis implícita en Boíl- -aunque no es hombre de tesis afortunadamente- -sería la de la hermandad por encima del odio. Es una lástima que en España sea este recién estrenado Nobel muy poco conocido. Luis Rosales Miguel Pérez Perrero DÁMASO SANTOS ¡Me parece imuy justo. Yo ya había predicho hace t ¡emp jue l premio iría a Alemania y, concretamente a Bóll. 8611 representa la novelística de posguerra y del desarrollo alemán. Hace una crítica certera a la sociedad de consumo que se produce a raíz de la segunda guerra mundial. Es, desde luego, un crítico brutal. En España hemos tenido la suerte de conocerlo muy pronto, gracias a Carlos Barral. Hombre de espíritu católico, Bóll, en su agudo criticismo, nunca llega a lo grotesco. El Premio Nobel se lo merecía Bdll, como se io merecía la Alemania de posguerra. FRANCISCO UMBRAL iHekifksh Bóll no es ima sorpresa en la novela europea. Incluso en unas áreas no siempre bien informadas como las españolas conocemos al menos cinco novelas suyas. Yo siento debilidad por Billar a las nueve y media y Opiniones de un payaso en los que social y críticamente se encausa de algún modo los procedimientos del proceso de recuperación de Alemania, visto siempre en su vertiente más corrosiva y expresionista. Ei premio de la Academia sueca me parece esta vez muy matizado a pesar de que no sea un escritor de mi aire, pues su insistencia ideológica, tocada de un progresismo religioso muy particular, y su ambición narrativa que no siempre llega al lector castellano son más que evidentes. Junto a Günther Grass, es el máximo exponente de la novela alemana después de Thomas Mann, como Max Frich y Dunrematt lo son del teatro de su país. José Luis Castillo Puohe Dámaso Santos JOSEP MELIA La designación de Heinrich 6611 me parece justísima. Todas sus novelas y relatos se definen por una apasionada defensa de los valores espirituales e incluso religiosos. Ha luchado contra corriente defendiendo un compromiso moral en un tiempo de desintegraciones y dudas. No da soluciones, pero expresa esperanzas. Por eso es muy representativa de la Europa de nuestro tiempo, de su agonía, en algún modo, pero al propio tiempo de una definida voluntad de renacer. Francisco Umbral Josep Meliá