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ABC MADRID 15-10-1972 página 212
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ABC MADRID 15-10-1972 página 212

  • EdiciónABC, MADRID
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La energía obtenida de los rayos solares es posible que sea la más utilizada en un futuro a medio plazo. Pero las investigaciones también continúan por otros caminos. Precisamente uno de los logros más importantes de alcanzar sería la producción en la Tierra de esa energía solar. En la imagen de la izquierda, un eficaz espejo parabólico receptor de los r a y o s solares. misma. La manera de extraer el deuterio del agua ya es conocida. Así, en un litro de a g u a existe una e n e r g í a en potencia que equivale al calor producido LAS FUENTES DE ENERGÍA EN EL Aunque los actuales recursos de que goza la ciencia permiten liberar la necesaria y sujiciente cantidad de energía de que hoy disponemos, las fuentes abastecedoras de ella no son ilimitadas. Por eso, y de cara a un futuro cercano, se plantea el ineludible problema de buscar otras nuevas. Nicolai Simenov, destacado científico soviético y premio Nobel de Química, en el trabajo que en exclusiva nacional publ icamos a continuación, aventura y desarrolla varias nuevas soluciones, que añadir a las hasta ahora conocidas. del c a l o r subterráneo del magma terrestre. ¿Y LA ELECTRICIDAD TERMONUCLEAR? L A cantidad de energía producida en un país, así como su potencia! eléctrico, desempeña un papel determinante en el desarrollo de la industria, de la agricultura y de los servicios domésticos modernos. Si en un punto del globo cualquiera se pudiera disponer de fuentes ¡limitadas de energía, las condiciones de vida de todo e! mundo se transformarían radicalmente. En la actualidad se calcula en 0,1 kilovatio la cantidad de energía de que dispone, p o r término medio, cada habitante de nuestro planeta. Y el hecho es que, mientras tal cantidad no sea superada, no será posible evitar las más arduas y penosas tareas físicas, particularmente en los países poco desarrollados. Claro está que los recursos actuales permiten acre- cer la cantidad de energía disponible. Así, p o r ejemplo, en la Unión Soviética la producción de electricidad ha s i d o multiplicada por sesenta en el curso de ios últimos cuarenta y cinco años y la cantidad total de energía multiplicada a su vez p o r cuatrocientos. Pero ¡las fuentes corrientes de energía- -electricidad, reservas de carbón, de petróleo, de uranio, reservas hidráulicas, etc. -no son ¡limitadas. Por ello precisamente se plantea el problema de buscar nuevas y más ricas fuentes que sean prácticamente ilimitadas y fáciles de explotar. Hoy existen tres maneras de resover este problema: 1) Mediante reacciones termonucleares con t r o I adas; 2) Por la utilización de la energía solar, y 3) Por la explotación N u e v a s y fantásticas perspectivas se abrirán ante la Humanidad el día en que nos sea posible obtener reacciones termonuclea r e s controladas. Como se ha demostrado teóricamente, hoy sabemos que tal control es posible, aunque en 4 a práctica no se ha logrado. Con todo, estimo que el problema quedará solucionado antes de que termine el siglo, pues la experiencia demuestra q u e ¡a ciencia termina siempre por realizar aquello que en teoría se ha demostrado como posible. Una de las maneras de llevar a cabo reacciones termonucleares consiste en lograr, partiendo del deuterio, la síntesis del helio. Dur a n t e esas reacciones, la transformación de un gramo de deuterio daría hasta diez millones de veces más de energía que la combustión de un gramo de carbón. La fuente de energía en este caso es el agua corriente, la cuail existe en cantidades ilimitadas. Ahora bien, en el agua hay deuterio en la proporción de 2 700 del peso del hidrógeno que contiene, y de un 1 600 del p e s o del agua por 160 kilos de carbón, y en un cubo de a g u a de 230 metros de lado existe potencia I mente una energía que equivale a la producción total de carbón en el mundo durante un año. Pero aquí cabe formular una pregunta: Una vez logradas las reacciones termonucleares contro ¡a d a s, ¿existiría un límite al prod u c t o de las estaciones? Aunque parezca extraño, ese límite existirá, impuesto por la simple y poderosa razón del riesgo presentado por! a insoportable tempera t u r a de la atmósfera y de la superficie terrestre motivada por el calor liberado en el caso de las reacciones termonucleares. Por e II o se considera que la producción de energía termonuclear no pasaría de un 5 ó 10 por 100 de la energía solar que sosorben la tierra y la atmósfera. Con todo, tal producción sería fantástica, pues permitiría centup 1 i c a r ¡a cantidad de energía térmica y eléctrica de que se dispone actualmente, teniendo en cuenta la fuerza producida por los combustibles existentes: carbón, petróleo, gas natural, etc. Hasta aquí o que atañe a las reacciones termonucleares. La energía s o l a r ofrecerá aún mayores posibilidades a condición de que sepamos utilizarla de manera práctica y raciona! E ¡sol envía hacia la tierra cuarenta billones de calorías

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