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ABC MADRID 04-10-1972 página 17
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ABC MADRID 04-10-1972 página 17

  • EdiciónABC, MADRID
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Kypr -i UN CUARTO ¿E AL vez la civilización actual, con d a d a vez está perdiendo más realidad y vigencia la frase de todas sus ventajas y contrasenAzorín Vivir es ver volver las nubes Y ahora, ¿cómo? Porque tidos, esté dando la razón a los para presenciar amorosamente el regreso de las nubes sería neceque afirman que la paz ya no sario que el mundo no fuese tan vulgar, violento y chabacano. pertenece a este mundo; a los que metafóricamente dicen que para descansar hay que llegar a pues de múltiples esfuerzos, lo que se halla de hora de pequeña paz: un minúsculo pacolocar el alma sobre las estre- es un árbol solitario y pobre bajo el que réntesis que nos devuelva la- serenidad del llas en un afán de ascenso definitivo. la paz aparente no puede durar más de alma perturbada por los ruidos y atrofiaLa vida, hoy, no es tema fácil. Las com- un cuarto de hora, pues hay que meterse da por la ausencia de emociones; es decir, plicaciones humanas nos esperan en todas en seguida en el vendaval de la carretera, por el vacío. Dice Pemán que se necesita las esquinas para recordarnos que la lucha que a veces se convierte en el final de la mucha negociación para construir la paz terminará con la muerte. Los congresos in- vida. Y cuando no, en el lugar del insulto, ¿No estaremos ahora negociando con el ternacionales, sin dejar de divertirse? ten- del desprecio, de la soberbia y del odio. diablo sin darnos cuenta? ¿No estaremos drían que abordar el gran tema de la vida Tal vez los momentos aislados de humor vendiendo la virtud de la paz, las alas de en su amplitud y en sus detalles. o de silencio, como contraste del odio, la serenidad, la poesía, la nube melancóliatardecer, Cada vez está perdiendo más realidad y sean los que nos devuelven en parte la ca del del progresoal progreso, a esa vertiente vigencia la frase de Azorín: Vivir es ver paz que la civilización nos niega; momen- faltos de las calles? que escupe en los asvolver a las nubes. Y ahora, ¿cómo? Por- tos éstos que se romperán, como un jugueQuizá, no tardando, el mundo tenga que que para presenciar amorosamente el re- te delicado, cuando alguien quiere ser gegreso de las nubes seria necesario que el nial relatando chistes prefabricados o ana- regresar a algo que yo en la actualidad mundo no fuese tan vulgar, violento y cha- lizando cruelmente la última estupidez eró- desconozco. Y en mi desconocimiento, en un bacano. Habría que inventar unas nuevas tica de algún pobre de la mente. Y es que alarde de imaginación pacifica, echo la visfórmulas de convivencia en las que el amor la gente, en general, no comprende que el ta hacia atrás y veo a Machado- en Soria, dejase de ser amor pagado. Ya los atarde- humor no es la risa ni la desvergüenza, a Vives en Brujas, a Kierkegaard en Copenceres están ensuciados por el vértigo que al igual que la tristeza no es sólo el llanto. hague, y oigo el leve sonido de los relojes no concede pausas al tiempo para, como El humor, creemos, es algo así como el de Carlos V en Yuste y las fantásticas Earoja en París, poder admirar los cielos encuentro del hombre con su escondida inti- trompetas de Wagner emocionando el codespejados y la calma de los corazones; midad espiritual, a veces cobarde, en un razón de Europa. Se cuenta la anécdota de que un políni para recuperar la poesía de Rilke, que, acto de ingenuas y delicadas realizaciones según Ferreiro Alemparte, se hace en al- humildes. Puede ser, incluso, el despertar tico famoso se escapaba todas las tardes gún poema tan sutil como el espíritu del los sueños que no hemos terminado de so- de ciertas reuniones internacionales con aire. Quizá la Historia sea la que tenga ñar ni de comprender. Lo cual no es in- algún pretexto y se iba a un parque sin que recoger en sus páginas la belleza de compatible ni mucho menos con las esen- ruidos, con olor a humedad. Y allí, duranestas inquietudes románticas que hoy em- cias de la belleza. Recordemos, pues, a te un cuarto de hora, se curaba de diverpiezan a ser el dolor de un sueño perdido. Nietszche, quien probablemente tenía ra- gencias, de discursos, de humos de salón Porque la inquietud de hoy es otra, arries- zón cuando afirmaba: Para plasmar la y de materialidades, mirando a un niño pogada, descendente y, con excepciones bri- belleza del universo de los sueños cualquier bre que, junto a un estanque, jugaba a ser mayor. hombre es el artista perfecto. llantes, profundamente material, Pero la realidad es que todos los días Alocadamente se recorren dosciento kiJosé Luis MARTIN ABRIL lómetros en coche en busca de paz y, des- nos debatimos para encontrar un cuarto

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