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ABC MADRID 03-10-1972 página 3
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ABC MADRID 03-10-1972 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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EDITADO P O R PRENSA ESPAÑOLA, SOCIEDAD ANÓNIMA MADR D FUNDADO EN 1906 POR DON TORCIMTO LUCA DE TENA ABC REDACCIÓN, ADMINISTRACIÓN Y TALLERES: SERRANO, 61- MADRID N el comentario de las evocaciones y f e c h a s anuales y rotativas, suelo llegar tarde en la m i s m a medida en que intento llegar bien: es decir, con justicia y serenidad contemplativa. Este primero de octubre se ha celebrado el XXXVI aniversario de la Jefatura del Estado en manos de Franco. Los periodistas, los creadores de esos productos fugaces que son el artículo o la crónica, tienen listos todos los verbos de más uso y consumo para estas difíciles conmemoraciones de las fechas reincidentes de año en año: gobernar pacificar conservar tolerar Pero quizá se olvida con esto del verbo que a modo de resumen e insistencia encierra mayor contenido de eficacia gubernativa r el verbo durar Franco dura, y ese verbo poco espectacular pero muy cargado de bazas positivas, tiene además la ventaja de poseer en sí mismo su comprobación experimental. Al nacer cada octubre español, dura el comentario, luego dura Franco. El periodista con oficio pasa cada octubre la misma dificultad creadora que las uvas: el tener que repetirse. Lo cual, en cambio, facilita la tarea del gobernante. Franco se repite a propósito. E DEL VOLVER Y EL DURAR rirse sin curarse. Se murió: luego ya no tiene broquitis cró- ¡gigantesca! Así, como un perro pachón, el comentarista iba olfateando la caza de un pensamiento político receloso para los intelectuales; confiado para los militares y apabullante para su propia obra. La duración es el resultado lógico de esas premisas tranquilas. El General Franco ha llegado a ser un genio del arte de no hacer genialidades. Todavía más difícil porque ha actuado en estos treinta y seis años sin originalidades ni luminotecnias. Además, todo eso va al hilo de la violenta psicología ibérica que se denuncia por esos otros salideros que son los modismos: se me puso a tiro se dice para expresar que encontró a una persona que buscaba. Por otra parte nuestros amigos al esperarnos en su trabajo, ya sea éste escribir a máquina, cultivar flores o hacer pasteles, lo anuncian siempre con una puntualización artillera: aquí sigo, al pie del cañón Lo enérgico y vistoso gana siempre los primeros tantos. Franco ha gobernado al pie del cañón pero sin dispararlo. Franco ha sido regalado por Dios con todas las excelencias negativas: Yo escribí alguna vez que Franco, que es por ejemplo, no es buen orador. Si lo la esencia misma del silencio y la pru- hubiera sido, España habría sido fascista. La duración es la atribución que andencia, sólo se deja entender del que está muy atento a sus movimientos involunta- geliza y otorga vislumbres de eternidad rios o extrapiramidales como se dice a las cosas humanas. Hasta la muerte en fisiología. A Franco hay que entenderle, misma. El único recurso que queda conno ya por lo que dice, sino por lo que se tra la muerte, es la enfermedad. Como le escapa. A Franco sólo pueden los es- no se puede estar enfermo sin estar vivo, pañoles olfatearle por sus salideros ver- el que sufre una enfermedad larga es porbales. En Oviedo, en casa del marqués de que goza de una larga vida. La enferla Rodiga, en una tertulia de madrugada, medad y la vida están tan duramente unihablando de un escritor famoso se le es- das y enredadas, que no es posible mocapó este inciso: con la soberbia característica de muchos intelectuales En el Puerto de Santa María, en una charla de vuelta de una cacería de perdices, se le escapó este inciso: ¿Qué piensa del triunfo electoral de Eisenhower, nuevo presidente de Estados Unidos? ¡Por lo menos, contestó, es un general! También percibí otro salidero mental en una carta ¡CROQUETAS larga en que hablaba de sus trabajos y sus días, como Herodoto: el régimen viene realizando una tarea gigantesca. Ya sé que no debía ser yo el que lo dijera, pero se me escapó: ¡Y ya está dicha! Cocinados CC nica. La Monarquía, como póliza de seguro de continuidad y permanencia, fue un recurso que Franco se buscó como el más hábil y seguro. Era ardua tarea eL montar una Monarquía, sobre una generación nueva que estaba tan informada de la idea monárquica, como de la Aurora Boreal o el Urogallo de los Pirineos. Que los reyes no son el despotismo ni el reblandecimiento cerebral, era afirmación tan difícil de hacerla entender a algunos jóvenes como el que el murciélago no es un pájaro, sino un mamífero; tan mamífero como una vaca. No es secreto para nadie que no me ha parecido nunca bien que- más difícil todavía -esto se lograra encorvando y retorciendo los flejes de la Realeza. Lo lógico era que alguno- -los Príncipes, los Reyes, las Reinas, la Princesa- -le hubiera salido mal. Pero una vez más, todo le salió bien. Y no es cuestión de darle exclusivamente las gracias por todo esto a la Providencia. Ese planteamiento como de trombosis circulatoria o infarto dinástico, no es sólo obra de Dios o del azar. Se hubiera tratado de una solución a nivel puramente político y civil y no se hubiera conseguido con herramientas de partidos, leyes y política, esta obra milimétrica, de la serenidad, la falta de ambición y el patriotismo biológico propio de la Institución. El día en que padre e hijo embarcaban en el yaít Giralda para un c r u c e r o por aguas griegas para el que recogerían en Atenas como invitada a la Princesa Sofía: no sólo operaba la discreción y el misterio, sino la generosidad y el servicio histórico: la Princesa se doctoraba en belleza y dignidad; Don Juan Carlos ep. humildad y señorío patriótico, y todo para que lo usase según su conciencia el General Franco, para quien, como símbolo de política enamorada a la española, entregaron los protagonistas del episodio histórico, su obra maestra. A la que Don Juan añadía lo que a toda tarea política y moral le otorga la luz y la sublimidad: el Dolor en silencio. José María PEMAN De la Real Academia Española Calentar y Comer

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