ABC MADRID 10-09-1972 página 158

nunca se extinguió la llama de aquel puro amor juvenil. En su Diario 10 de junio de 1827, declara que al ver de nuevo su nombre, grabado por él mismo durante una excursión, pensó: ¿Por qué después de treinta y cuatro años el recuerdo agita todavía mi corazón Por cierto que los dos gruesos tomos del famosísimo Journal escondido en una cama del chamizo de Haré hasta el término de la fúnebre liturgia. Al anochecer, convenientemente acomodado en un saco, el difunto es llevado per ambos maleantes al centro de los cirujanos. Sólo quien, como experimento, haya hecho a pie parte del recorrido que ellos debieron hacer cargando el muerto, aun Diiurcase de inmediato: hacia la derecha, la Candlemaker Row nos condujo antes a la iglesia y cementerio de ios franciscanos. De frente, como siguiendo la linea del Grassmarket comienza la Cowgate pintoresca calle que llega hasta él límite este de la ciudad de Edimburgo. Larga y difícil Cowgate aunque ya no sea ni sombra de lo que fue, eje al que afluían innumerables callejones wynds o closess. de la más infecta traza, hoy, por suerte, en gran parte desaparecidos. Burke y Haré, alternándose ahora en la carga como lo seguirán haciendo en ulteriores viajes, siguen por Cowgate Las crónicas dicen que a la plaza de los cirujanos entraron por College Street; de modo que, casi seguramente, al subir por Cowgate debieron doblar a la derecha- -como indican las flechas en el plano- -penetrar en el College Wynd que fue el principal acceso a la Universidad, recorrer el callejón entero hasta salir a la College Street dejando al paso, a su derecha, el lugar que ocupó hasta finales del siglo anterior la casa en donde nació Sir Walter Scott y en la que vivió los primeros meses de su vida hasta que el padre los llevó a más sano y elevado lugar, el 25 de la nueva George Square. Poco o nada queda de tales vericuetos absorbidos por la ampliación norte de la nueva Universidad; mas, en el número 8 de la Chambers Street, una lápida municipal recuerda al transeúnte que ceroa de allí se alzó la casa natal de Sir Walter Scott. Tal es la ruta que se desprende de la crónica, aunque también pudieron seguir por lo hondo de Cawgate bajo 1 puente- avenida South Bridge, hasta la calle St. Mary Wynd y penetrar en el Surgeons Square, por donde meses después llevaran el cuerpo de la bella Mary Paterson. Una vez en la gran explanada de los cirujanos, preguntan a un estudiante por la escuela del profesor Monro. Mas aquél, que lo es del profesor Roberto Knox, sospecha de qué se trata, prefiere que el paquete sea para su maestro, y guia a los tipos hacia su anfiteatro. En él son recibidos por el joven ayudante que, andando el tiempo, llegaría a ser nada menos que Sir William Fergusson, cirujano de cámara de la reina. Este, en nombre del maestro, inspecciona el cuerpo del viejo militar, paga por él siete libras esterlinas y diez chelines y les asegura que serán muy bien recibidos si vuelven con parecida mercancía. Y, aunque Donald murió de muerte natural, aquí nace el tremendo drama que mantuvo hundido al profesor Roberto Knox hasta el fin de su vida. Sin aquel fiel alumno que orientó a los delincuentes hacia su maestro, el profesor Monro hubiera caído en su lugar, pues a su escuela hubieran ido a parar los 16 hombres y mujeres asesinados ulteriormente y él hubiera sufrido los males que aplastaron a su colega; pues, como más tarde advirtió un ilustre maestro, nada bueno se podía esperar del hecho de que unos miserables pudieran ganar diez o más libras esterlinas vendiendo un cuerpo muerto. El Vennel, entre West Port y Grass Market, donde Mrs. Docherty fue vista, poco antes de ser asesinada. LOS DELICIOSOS HORRORES DE EDIMBURGO Y LA LEY ANATÓMICA manuscrito atravesaron en doradas alas el Atlántico norte, y hoy se encuentran en la Biblioteca Pierpont Morgan, de Nueva York. (E. Quayle, 1968, pág. 194. W. E. K. Anderson, 1972, pág. IX. Contrastes de la vida y de la historia: de la ternura juvenil con sus poemas hemos de volver al nauseabundo imperio de los za 38 prescindiendo de escalinatas y rampas, puede calibrar justamente su inaudito esfuerzo tantas veces repetido desde aquel histórico día. Del Callejón del Curtidor (Tanners Cióse) se sale a la calle Wester Portsburg; atraviésase todo el Oraassmarket hasta su extremo este en donde también antiguamente se ahorcaba. La Fatiga y remembranzas nos han llevado, P ues, lo que fue el centro de los anatómicos y cirujanos de Edimburgo. La feto adjunta, 1 S 7 C, está, tomada por mí desde lo alto de la avenida- puente South Bridge y muestra una pequeña parte del laberinto actual (que te uno a otro ex-