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ABC MADRID 05-09-1972 página 57
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ABC MADRID 05-09-1972 página 57

  • EdiciónABC, MADRID
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B C, MARTES 5 DE SEPTIEMBRE DE 1972. EDICIÓN DE LA MAÑANA. PAG. 57. CORRIDA EN MADRID GAMBERRITAS EN LOS TOROS Plaza de Toros de Madrid. Cuatro toros de don Luis Passanha, de Portugal, y dos dé El Pizarral, lidiados en cuarto y sexto lusar, para Dámaso Gómez, Adolfo Avila El Paquiro y Juan José. Cinco eran las gamberritas que en la tarde del domingo se sentaron en un tendido de sol seguras de que el sol no les molestaría. No les faltaba más que un cigarro puro para darle el pego al más pintado en conocer a los hombres y a. las mujeres así a simple vista en estos tiempos de confusionismo de los dos sexos en que hasta ahora se dividía la Humanidad. Les faltaba el puro, mas no el pitillo. Sus cinco pantalones y sus cinco blusas, o lo que fueran, recordaban la Indumentaria de los antiguos payasos que en los circos hicieron las delicias de nuestra juventud. Indumentarias colorinescas y extravagantes por no decir grotescas. Las cinco gamberritas empezaron a chillar nada más salir el primer toro. Claro es que no fueron ellas solas las chillonas. Buena parte del poco público al ver lo ú del trapío del toro se lanza a perezoso, considera que se ha merecido la vuelta al ruedo y la emprende sin amilanarle los muchos pitos que oye. Una de las gamberritas dice. ¿No os lo dije? Es más sordo que una tapia. Las gamberritas silban que se las pelan. Un señor que está en la fila de atrás interroga: ¿Por qué silbáis, monadas? El torero no ha estado mal, ni mucho menos. Si el toro valía poco, él no tiene la culpa. ¡Cómo se pusieron las cinco gamberritas! i Como cinco fieras! Silbamos porque nos da la gana, porque para eso hemos pagado. ¡Nos ha fastidiad el tío éste que tiene cara de perro pachón y ojos de murciélago, so idiota! Si fuera usted un hombre, de la primera manguzá le quitaba el bigote. Grandes risas acogen la amenaza. El hombre no sabe cómo reaccionar y balbucea: Parece mentira. ¡Qué juventud! El segundo es aún más esmirriado que el primero. Las protestas son más fuertes y tan inútiles como las anteriores. Las gamberritas saltan y brincan mientras vocean: ¡Fuera! ¡Fuera! A El Paquiro le sucede lo que a Dámaso Gómez. Sus pases no se toman en consideración. Las gamberritas alternan las palmas de tango con los denuestos al presidente y los silbidos. Propone una: ¿Queréis que cantemos la vaca lechera? ¡Es una vaca lechera, no es una vaca cualquiera! ¡Fuera! ¡Fuera! ¡Otro toro! ¡Otro toro! No creí yo que los toros fueran tan estupendos... Oye, tú. Bibi, cielín, ¡que has sacado el pitillo ya encenido! Echa una ronda. Se muere el toro de un pinchazo y una estocada. Las gamberritas se preparan para recibir al tercero. Se las prometen muy felices. A la tercera va la vencida. A éste lo echamos al corral, de todas, todas. Se frustran sus propósitos. El trapío del toro es normal. Juan José pide el cambio con una vara. El toro llega a la muleta voluntarioso y pastueño. Obedece y sigue los pases de Juan José. Torea bien el muchacho. Resaltan unos naturales. Las gamberritas se unen al entusiasmo general y comenta una: Hemos hecho divinamente en venir a los toros y en no irnos al cine. Este chico se las apaña la mar de bien. Preparar los pañuelos para las dos orejas. Cuando le diga a mi padre que le hemos dado las dos orejas se va a quedar verde de envidia. ¡Mecachis en Satanás! No le ha matado a la primera. Bueno, no importa. Le daremos sólo una. ¡Qué desilusión la de las pobres gamberritas! Juan José entra a matar cinco veces más y no puede dar ni la vuelta al ruedo. En el cuarto, Dámaso pone banderillas. Prende dos pares vulgares que a las gamberritas les gustan mucho, y todavía más el tercero, que es de. dentro a fuera. La faena de muleta es fría y mecánica. Las gamberritas se dividen. Unas aplauden; otras, no. Arman nueva bronca con el señor de antes, al que han dado la tarde. Dámaso Gómez mata de un pinchazo y estocada. Y hace exactamente lo que en el primero coge su capote y su montera y toma 1 camino de la vuelta al ruedo sin tomar en cuenta los pitos. Las gamberritas empiezan a gritar: ¡Sordo! ¡Sordo! El señor 4 la cara de perro pachón y ojos de murcielago se sulfura: ¡Gamberras, más que gamberras! Las chicas ríen a mas y P 1 jor: Sí, señor, y a mucha honra. ¡Sor ¡Sordo! En el quinto El Paquiro hace una na de las corrientes y mata de dos chazos y una estocada. En el sexto la na de Juan José es inferior a la del tefcero, pero aseada y animosa. Con la espAda, mal. Dos pinchazos y una estocada. Las gamberritas se quejan un poco extrañadas de que se pida la oreja por los orejófilos que no se quieren ir de rositas y VOí CENTRO SUPERIOR DE CIENCIAS Y LETRAS LEGALMENTE RECONOCIDO Queda abierta la matrícula del Al cuarto toro le colocó Dámaso Gómez, ese par de banderillas: de dentro afuera; sin el abrigo de capote desde el callejón... ¡De antología, señor! ¡Imponente! la protesta. ¿Cómo había venido aquel torito de Portugal? ¿Andando y por tan larga caminata se quedó hecho un novillito? ¿Cómo no lo desecharon junto con los otros dos que los veterinarios rechazaron? El novillito toma una vara. Tenía más que suficiente para caerse como se cayó nada más iniciada la faena de muleta de Dámaso Gómez. Con este motivo los gritos arreciaron. Las cinco gamberritas gritaban entre risotadas: iOtro toro! ¡Otro toro! ¡Chicas, qué divertido es esto! Como siga así toda la corrida nos hinchamos de reír. Dámaso Gómez daba los pases de regiamente Una de las gamberritas proclama: ¡Este torero es sordo! No oye que 3 e estamos abroncando porque eso no es un toro; es una cucaracha. Se queja otra gamberriía: iAy, hija mía, qué palabra! Ni que estuviéramos en la cocina de tu casa... ¿Qué has dicho, desgraciada? La cocina de mi casa es eléctrica y más limpia que los chorros del oro. Puedes comer sopas de ajo en el suelo. Venga, a silbar, que es lo nuestro. Báiaaso Gómez se cansa de dar pases que casi todos le salen bien y mata de una estocada. X Dámaso Gómez, ni corto ni c. o. u. Máxima atención académica. Grupos de mañana y tarde. Plaza Conde del Valle Súchil, 2. Madrid- 15. Teléfono 324 99 30 Juan José, ¡qué nombre tan bonito! ¡Oh, Dicenta! Juan José ejecutó q el sexto toro ese muletazo... ¡Y ole! rápidamente sacan sus cinco pañuelos, y con algazara saltan y brincan: Pero, ¿ese presidente es ciego o qué? ¿No ve que estamos pidiendo la oreja cinco aficionadas de lo mejorcito y que no somos turistas dé autobús? Cuando ya las mulillas se llevan el toro, el presidente saca el pañuelo. La alegría estalla en las gamberritas: ¡Vaya tarde con oreja final! No hay más que pedir; el domingo que viene volvemos. -Antonio DIAZ- CAÑABATE. PERFECTAMENTE CUMATIZADO. PARA CUALQUIER TEMPERATURA Poco público en Vista Alegre Plaza de Vista Alegre. Novillos de Eugenio Marín Marcos, para Pedro Sánchez, Paco Robles y Antonio González. Entrada floja. Pedro Sánchez lancea con temple. Faena adornada ante un novillo que se queda en medio de la arrancada y no consiguiendo sacar nada más que algunos pases a fuerza de voluntad. Un pinchazo, media en su sitio y descabello al primer golpe. Vuelta. Robles lancea bien. Faena voluntariosa. aunque movida. Termina de tres pinchazos y descabello al tercer golpe. Palmas. González lancea entre aplausos. Faena a base de r dpndps y derechazos; p, er el GRAN SERVICIO A LA CASTA Reserve su mes para la cen TeSéfonos 274 H 31- 8? 31159

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