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ABC MADRID 26-08-1972 página 11
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ABC MADRID 26-08-1972 página 11

  • EdiciónABC, MADRID
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ALADINO Y EL MATERIAL DE GUERRA E NTRE los más famosos cuentos orientales está, como es bien conocido, el de un tal Aladino que tenía una lámpara maravillosa. La lámpara era vieja, pero con solo frotarla un genio muy activo hacia acto de presencia y le decía a Aladino: A sus órdenes, señor. Esta era la fuerza efe Aladino. Lo malo fue que un día un astuto mercader pasó bajo las ventanas de la casa de Aladino gritando un sugestivo pregón: Cambio lámparas viejas por nuevas. Y alguien, entusiasta del aggiornamento trocó la vieja lámpara por otra, último modelo. Lo peor fue que aquella lámpara reluciente por muerto que se le frotase no servía para poner a nadie a las órdenes de Aladino. Nos recordó esta historia, patinada por los años como un marfil labrado y traslúcida en su paradigma como un alabastro pulido, uno de los gestos llamativos de este verano, más cargado que cálido. Aquel de un presidente árabe, llamado Anuar el Sadat- -nombre que no desentona en el ambiente de Las mil y una noches -que decidió invitar, cortesmente, a sus veinte mil y un huéspedes soviéticos a regresar a su lejano y menos soleado país. El recuerdo, por supuesto, no está provocado por el cambio de domicilio de estas laboriosas familias de asesores bélicos, sino por los motivos que provocaron la decisión de Anuar el Sadat. Concretamente, el arsenal de armas facilitado por los rusos hace unos Jípeos años no sólo Iba resultando menos moderno que el de sus adversarios- -entre tos bienes de consumo de la Humanidad sólo la moda femenina evoluciona más rápidamente que la del material de guerra- -sino, lo que es peor, su utilización estaba condicionada tan diplomáticamente que, por mucho que se frotase sobre sus corazas, nohabía forma de que los genios marciales dijesen a su amo: A sus órdenes, señor. He aquí un problema característico de nuestra época, planteado o, al menos, generalizado a partir de los avances en tecnología militar de la segunda guerra mundial. Las grandes potencias, capaces del esfuerzo técnico y económico que supone fabricar y competir en et campo del armamento, descubren el camino para influir en las pequeñas potencias en una doble dirección. Primera: potenciándolas, en determinada oportunidad, con la c e s i ó n venta aplazada o arriendo, o cualquier otra fórmula de penetración, a cambio de un material de guerra que, ellas, son incapaces de fabricar, de manejar, de reparar o de pagar. Segunda: despotenciándolas, en otros momentos, al convertirlas en tributarias de su economía o su tecnología, al reservarse el suministro de repuestos o municiones, la colaboración de sus asesores o, simplemente, hipotecar por mucho tiempo los presupuestos nacionales de defensa, excesivamente comprometidos, a largo plazo en la angustia de las situaciones críticas inminentes. Esta mediatización de la soberanía, a cambio de reluciente chatarra, puede llegar a situaciones tan extremas como la de Vietnam, donde las ayudas exteriores son de tal monta que los combatientes de a pie parecen marionetas movidas por los lejanos señores de las armas. La paz y la guerra no son opciones dominables por aquel desgraciado pueblo, cuyo destino ha pasado a manos ajenas, pendiente, de un lado, de la maza aeronaval norteamericana; con sus bases, inclusive, fuera del territorio en contienda, y, de otro, de los acuerdos entre China y la Unión Soviética para el paso, con cuentagotas, de artefactos de. combate. Oe ahí que el mundo observe con más atención los pasos de los Es inevitable, sin embargo, en nuestra época, la cooperación internacional, pero es importante saber mantenerla en un límite que no la convierta en subordinación. Sobre estas líneas, Anwar Sadat recibe a. su embajador en Moscú tras la expulsión de los consejeros militares soviéticos de El Cairo. políticos en vísperas electorales o de la dien un esfuerzo de progreso técnico e indusplomacia de otros meridianos que las refrietrial, de formación profesional y de investigas de los generales de ojos oblicuos. gación científica que, además de beneficiar su desarrollo real en la paz, es el más sólido Esta situación extrema es la que debe haapoyo de la política de defensa que la Hiscer meditar a cualquiera que sufra la tentatoria pueda hacer precisa. La paz depende, ción de resolver problemas propios con armuchas veces, de esta capacidad de defenmas ajenas. Israel tuvo ocasión de comsa, de equilibrio, de disuasión que, si ha de prenderlo cuando, en cierta ocasión, el facomprarse o improvisarse puede crear comllecido presidente De Gaulle le embargó una promisos tan peligrosos coma los problemas partida de aviones. Y parece haber aprendique se trató de resolver. Es inevitable, sin do la lección, dedicando un importante esembargo, en nuestra época, la cooperación fuerzo a la investigación y desarrollo propios, internacional, pero es importante saber manen lo que quizá está Ja clave de. su capacitenerla en un límite que no la convierta en dad de desplante. Los israelitas saben que subordinación. No olvidar, nunca, que la mapueden frotar la lámpara con resultado. Como yor garantía de la paz, para los pueblos que también, los franceses, han preferido soporde verdad la aman, es la independencia. tar la impopularidad de sus experiencias atómicas a quedarse, en algún momento, a Nada impone más respeto que saber que la espera de las espoletas. el adversario guarda celosamente su misteAnuar el Sadat no sabemos si habrá lleriosa lámpara en una sombría alacena y que, gado a tiempo o con oportunidad para recusi la frota, pueden saltar chispas que pueden perar su vieja lámpara, más o menos podequemar en un grado incógnito. Nada impone rosa, pero suya. No sabemos si conseguirá menos respeto que saber que estas chispas moderar su zona de fricción o, por el conpueden sofocarse o graduarse en una mesa trario, sin conseguir moderarla, se c r e a r á diplomática propicia a las tercerías. Hay que nuevos problemas en situación de mayor decuidarse, por tanto, de los mercaderes que bilidad, entretanto, lo que es un hecho es ofrecen con excesiva facilidad el cambalache que las cosechas de Egipto, por varios años, de tas viejas lámparas por otras nuevas, de están bipotecaqas para pagar un, anteayer, virtudes no conocidas, si no quiere lamentarpoderoso equipo de guerra que va enveje- se más tardé, como les sucedió a Aladino y ciendo sin haber sido utilizado. La conclua Anuar el Sadat. Es una historia de Las sión no puede ser otra que 4 a de r que tas mil y una noches o, como dicen los inglearmas prestadas no son un buen negocio. ses, de fas Arabían Nights que merece reMejor negocio es el de los pueblos que sacordarse por precaución, cuando menos. ben o pueden liberarse de este espejismo de falsa potencia y buscan su respetabilidad Gabriel ELORRIAGA

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