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ABC MADRID 22-08-1972 página 3
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ABC MADRID 22-08-1972 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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EDITADO PO R PRENSA ESPAÑOLA, SOCIEDAD ANÓNIMA M A D R D FUNDADO KN 1805 POH DON TORCUATO LUGA DE T H M ABC es español. Es decir, ciudadano de este país. Y como tal ciudadano, tiene que estar informado y poder decidir. E incluso exigir responsabilidades. Con orden, desde luego y por encima de todo, pero sin que valga escudarse en el mantenimiento del orden para hacer muy difícil en la práctica la exaltación de aquellas dimensiones ciudadanas. Y en tercer término, por simples razones prácticas. Interiores y exteriores. Estas últimas, porque, y eso está claro, dtffcttmente nos integraremos en Europa si no ajustamos nuestra praxis política al modelo democrático con todo el respeto debido, desde luego, a nuestra Constitución y a nuestras peculiaridades e idiosincrasia. No me parece honesto ocultar esta realidad. Se puede ser partidario de la integración de pleno derecho en Europa o ser contrario a ella. Pero, si to primero, tenemos que ajustamos- -repito, respetando y potenciando nuestras peculiaridades- -a lo que es base, fundamento y requisito de integración en ella. Esas son, entre otras, las razones exteriores. Y por si esto fuera poco, también existen razones de orden interior que abonan cuanto decimos. Me explicaré: resulta, para cualquier avisado lector, que en España- -país tachado de totalitario por. esos mundos de Dios- -ei pensamiento político de izquierda, socialista y marxista, por ejemplo, se expresa con notable Jfoertad. Y a la par, cualquier intento de formulación de un cierto pensamiento moderado se ve desasistido y hasta coartado desde no despreciables núcleos de poder. ¿Quieren ustedes pruebas? Se las voy a dar. Pero antes permítanme alguna breve puntualización. No pretendo incriminar a nada ni a nadie. Muy al contrario, me parece muy bien que todos los ciudadanos, siempre que acepten ei juego constitucional y en tanto en cuanto lo acepten, pueden expresar libremente sus opiniones. Y creo sinceramente que nuestra Constitución tiene limites más amplios que aquellos que se le señalan por algunos miembros del establecimiento Creo niiuin R E D A C C 1 iD N ADMINISTRACIÓN Y T A L I, E R E S SERRANO, 61- MADRID S ON tres órdenes de razones. Para justificar 1 a necesidad y la urgencia de modificar- mejor diría, y p e r- d o n e n el vocablo, explicar- -nuestra legalidad vigente, al objeto de lograr una mayor participación de todos ios españoles en las tareas propiamente políticas. En primer término, ei fracaso rotundo de la política cuando se ta concibe como menester a cargo de unos pocos, esotérico para ios demás. El mejor ejemplo to tenemos en la Universidad. Sé- de sobra que el llamado, con cierto eufemismo, malestar universitario no obedece sólo a esta causa. Pero también sé que las restricciones impuestas desde arriba únicamente han conseguido potenciar ja clandestinidad, con todos los graves males y riesgos, presentes y futuros, que ello comporta. La cosa es, a mi juicio, muy clara. El estudiante no debe hacer política, se dice y hasta se ordena. Y el estudiante de orden, el tfue va a la Universidad antes que nada a aprender y a labrarse un porvenir, no hace política. (Lo cual, dicho sea entre paréntesis, es una forma, para mí la peor, de hacerla. Pero el grupo, al parecer reducido, de los estudiantes, más o menos voluntariamente marginados, que rozan no ya la discrepancia, sino la subversión- -aquélla es admisible y Ifcita; ésta, no- ésos, ¡claro está que siguen en sus trece! ¡Claro está que revuelven! ¡Claro está que, en mayor o menor grado manipuladas- -más bien más que menos- hacen política, y política subversiva! Con la ventaja para ellos, y con ta desventaja para ei resto de sus compañeros y para el país en general, de que se encuentran en un terreno fácil, pues no hay otras tendencias de pensamiento potinco ni otras organizaciones amparadas por la Ley, que puedan oponerse a las que ellos, en la clandestinidad, han formado. Con lo que se da la dolorosa resultancia de que, ante los ojos de propios y extraños, aparece la Universidad, toda ¡a Universidad, como un foco agresivo, como un centro de difusión de ideas revolucionarias que, paradójicamente, ni son mayoritarias ni tendrían tan fácil su tarea si encontrasen la resistencia serena y racional de organizaciones de signo político contrario y positivo. APERTURA E IGUALDAD DE también que es urgente organizar el diálogo. Y pienso, con muchos, que sólo se organiza el diálogo entre (treinta y cuatro millones de españoles si se canaliza la opinión de cada cual sobre ia premisa de autorizar, fomentar y sólo controlar en to indispensable la agrupación política de los españoles. Todo to orgánicamente que se quiera, desde luego. Pero vayamos a las pruebas. No hace todavía muchos meses, se han publicado en España, y con todas las bendiciones, textos como el que sigue. Se interroga: Teniendo en cuenta la legislación española, ¿qué pediría usted al sistema para hacer viable sus opiniones políticas? Y se contesta: Puesto en un puro escalón de reformismo, del que no soy partidario- -pues prefiero la Incruenta revolución hecha desde las páginas del Boletín Oficial del Estado a ser posible, y si no, la otra- le pediría que los Derechos Humanos sean na realidad y no tetra muerta en nuestra legislación, por la interpretación sectaria emanada de aquellos a quienes corresponde su apoyo y respeto; y así se harían viables los hechos de libre expresión, manifestación, reunión, asociación y autogobierno det pueblo para elegir democráticamente la forma del Estado Ibérico, su forma de gobierno un sistema sindical auténtico y su participación democrática- -sin eufemismos- en ei poder legislativo, ejecutivo y judicial, o sea la efectiva democracia política y económica, con el destierro de la opresión social de unos pocos- sobre tos más, de la represión ideológica, del autoritarismo... tan contrarios al ideario socialista, a cuya viabilidad y realización en la libertad estoy obligado. Y más recientemente todavía, y en otra publicación, hay quien ha afirmado: Suscribiría un desarrollo democrático que nos situara en el misino plano de esa Europa en la que se dice pretendemos integramos, bien entendido que esta aspiración no es un ideal, sino una posibilidad, para que luego, dentro de sa Europa democrática y de esas libertades i urguesas, mediante una l u c h a ideológica, consciente y responsable, se puedan alcanzar otras etapas dé perfeccionamientos, que para mí, personalmente, se concretan en el socialismo, no en la socialdemocracia, sino en el socialismo. Podríamos multiplicar los ejemplos. Pero creo que bastan. Lo cierto es que, a nivel de 1972, desde uno y otro extremo de la arena política, se nos hace cada día más difícil la tarea a aquellos españoles que, sin renegar de nuestro origen, sin vulnerar la legalidad vigente, queremos una evolución progresiva para España que nos acerque a Europa y consolide los innegables logros de- más de treinta años de paz y de orden. Sólo una- al menos! -igualdad de oportunidades que faciKte desde dentro la apertura puede ofrecer para el futuro la garantía necesaria a cuantos creemos que la Ley del péndulo- -hoy en uttraderecha, mañana en la uttraizquierda- -debe ser superada por la moderación, la sensatez y el raciocinio, elementos primarios indispensables de una política de desarrollo en la paz y en la prosperidad. José María RUIZ GALLARDON Segundo orden de razones: la educación en la libertad. En política, como en deporte, ei entrenamiento lo es todo. Sin estar en forma no es posible- -sería un milagro- -alcanzar la meta. Y sólo se está en forma cuándo paulatinamente- -y subrayo el adverbio- pera sin cesar, se ejercitan las facultades. Si de verdad tas leyes nos conceden a todos los ciudadanos unos derechos; si partimos de un sincero espíritu democrático; si creemos que el hombre, como tal, es el sujeto primero y último de toda política, habrá que legislar para que cada una de esas creencias tengan, día a día, una mayor realidad. Estancarse, parar la evolución, en política es no sólo retroceder, es suicidarse. Prescindir de la dimensión ciudadana es una forma de regresión, hoy superada por la Historia. El español es miembro de una familia, vecino de un municipio, se integra, por su trabajo, en un sindicato o en un colegio profesional. Pero antes que eso

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