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ABC MADRID 20-08-1972 página 111
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ABC MADRID 20-08-1972 página 111

  • EdiciónABC, MADRID
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Desembarco de tropas francesas en Egipto, en una playa al oeste de Port Said. Nasser se apoderó del Canal de Suez. El 5 de noviembre de 1955, Washington presentaba a los gobiernos del Reino Unido, Francia e Israel un ultimátum, pidiendo que terminasen las operaciones militares contra Egipto (pues se confiaba en que Nasser diese otra vez la vuelta hacia U. S. A... y dando a entender que la VI Flota Americana interceptaría todo suministro a sus tropas. ligro de que el Irán se convirtiera en un satélite soviético. Kim Roosevelt se fue a Teherán para dirigir la Operación Ajax Su mano derecha en el golpe para deponer a Mossadegh fue el coronel Norman Schwarzkopf, antiguo jefe de Policía de Nueva Jersey, que había servido en la O. S. S. en el Irán durante la guerra y había permanecido como asesor del Sah en materia de seguridad, realizando al mismo tiempo trabajos para la C. I. A. Los agentes étnicos de Schwarzkopf distribuyeron billetes de diez dólares a la multitud andrajosa que empezaba a errar por las calles de Teherán gritando ¡Muera Mossadegh) ¡Viva el Sha! Antes de que el primer ministro, postrado en cama, pudiera movilizar a sus amigos comunistas, un regimiento de guadias imperiales ocupó sus ministerios y a él le encerraron en la cárcel. Roosevelt tenía listo un nuevo primer ministro: el general Zahedi. Así se salvó el Irán de la dominación soviética. Zahedi restauró las concesiones petrolíferas británicas y americanas y desde entonces los Estados Unidos han prestado ayuda económica al Irán, otorgando aportaciones con fines militares del orden de 200 millones de dólares anuales. Kim Roosevelt, en la actualidad vicepresidente de la Gulf Oil Company, se hizo famoso como Mr. Irán LA OPERACIÓN ANGLO- FRANCESA SOBRE SUEZ TRASTORNA EL PROGRAMA PREPARADO POR LA C. I. A. en Siria; Nasser, entusiasmado con su sueño del dominio árabe, interrumpió sus relaciones con Occidente y se volvió hacia Moscú, de donde recibía cada vez más armamento. 1956 era año de víspera de elecciones en Estados Unidos; el presidente Eisenhower quería estar seguro del voto judío, y, en todo caso, Israel parecía un baluarte más seguro contra la expansión soviética en el Oriente Medio. Aunque la luna de miel de la C. I. A. con Nasser tocaba a su fin, Washington todavía abrigaba esperanzas de que diese otra vez la vuelta Confiando en sus amigos soviéticos, Nasser se apoderó del Canal de Suez. En el apogeo de la crisis de Suez, el presidente Elsenhower ingresó en un hospital del Ejército para un chequeo de pies a cabeza pocos días después le seguía su secretario de Estado, John Poster Dulles, para sufrir una operación intestinal. El 5 de noviembre, Washington presentaba a los Gobiernos del Reino Unido, Francia e Israel lo que equivalía a un ultimátum, pidiendo que terminaran inmedatamente las operaciones militares contra Egipto y dando a entender que la VI Flota Americana en el Mediterráneo interceptaría todo suministro a sus tropas. La razón aducida por Washington era que el premier soviético, Bulganin, había amenazado con enviar tropas a Egipto y utilizar missiles intercontinentales. Era verdad que Moscú había protestado enérgicamente en Washington, Londres y París. Pero estas protestas no incluían amenazas de acción militar alguna por parte de Rusia, que habría significado el peligro de una tercera guerra mundial. La información sobre los missiles se explicó más tarde, la había obtenido la C. I. A. Su veracidad y origen no han quedado establecidos; sólo se hablaba del particular en un informe de la C I. A. enviado por Alien Dulles a Eisenhower, postrado en cama por una enfermedad. Había dos buenos motivos por los que la C. I. A. tuviera gran interés en ver el final de la peración de Suez. Uno era que sus agentes estaban todavía trabajando con el presidente Nasser, tratando de apartarle de Moscú- -como lo demostraría el tiempo- y no sin resultados. La operación anglo- francesa, que se acordó sin previa consulta con Washington, había trastornado el delicado programa preparado por la C. I. A. Además, Alien Dulles, y con él los jefes de la C. I. A. Wisner y Bissell, estaban muy implicados en la revolución húngara anticomunista que estalló el 23 de octubre, y que coincidió con tumultos anticomunistas en casi toda Polonia. Los hermanos Dulles creían que las naciones cautivas de Moscú podrían levantarse contra la opresión comunista tan sólo con que se las animara un poco. Al parecer, en Hungría había sonado la hora del destino para la C. I. A. la oportunidad tanto tiempo anhelada de liberar al primero de los países europeos dominado por Rusia. Con el apoyo de su filial en Alemania, Gehlen, la C. I. A. envió, a través de Austria, grupos armados de exiliados húngaros, mandados por el coronel Kollenyi, y mandó por avión pequeñas unidades de sus Fuerzas Especiales para ayudar a los rebeldes de Budapest. Al final, a pesar de la heroica resistencia, el levantamiento fue sofocado por los tanques soviéticos en un mar de sangre. Los tumultos de Polonia, donde las tropas polacas r y rusas habían cambiado disparos, se solu- ly 31 L A C. I. A. se había apuntado un gran triunfo, pero muy pronto empeoró la situación en el Oriente Medio. En 1955 había un régimen casi comunista

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