ABC MADRID 17-08-1972 página 76

ypoesía cada día Bella forma de homenaje la del poeta que res ponae con un poema al poeta amigo, tras la lectura del libro que acaba de llegar, fresco- -o caliente- -como el van recién hecho. Así Leopoldo de Luis y Gabriel Celaya responden a sendos libros de Prado Nogueira, adentrándose en la sierra asul de sus poemas. H ornenajé a J. L POR SU ORATORIO DEL GUADARRAMA Está la vida niña y tan reciente, tan palpitada y vieja está la vida, tan indemne y al tiempo tan herida 9 tan escasa, a la vez tan suficiente, que el libro es una mano, cinco dedos apretando de pronto la garganta, Y es que la vida cuenta tanto y cania tan grave, que nos llena de hondos miedos. De hondos temores y hondas alegrías. José Luis, ¿tú sabías cuánta emoción colgabas de esta rama? La vida estremecida entre las hojas, la angustia al colmo de las cumbres rojas y el oratorio al pie del Guadarrama. cuando un paso cualquiera es decisivo y el mundo suspendido escucha insomm cómo el hombre camina ciegamente y se dice a sí mismo, pisa, rompe un silencio de siglos, un cansancio de musgos femeninos verde- cobre y fúlgidas serpientes de ojos de oro y sombras entre ramas arrastrándose, yo veo al increíble, al alto enfermo que me mira sin ver, que me ve doble, me deja agazapado entre las zarzas e impone rectitud como los robles. Yo sé que morirás, que moriremos en la niebla y a la luz de nuestros bosques recorridos por las yeguas salvajes a cuyo galopar todo responde. Yo sé, no sé- ¿quién sabe contra todo? -que podemos muy poco, pero noble es tu tristeza, triste la victoria falaz que canto por salvar al hombre. No quisiera mentir. Y a veces miento porque vivimos en un mundo doble. Y por eso quizá tu media muerte nos levanta mejor sobre la pobre. Contra el hecho más claro, confrm el murido contra todo el teatro de los nombres grandiosos, pues es mísero el derrumbe, en verdad, en verdad nos sobreponen tus versos ya salvados del abismo, tu presencia real en estos bosques transidos de presencias inestables, tu valor, pese a todo, de ser hombre. Gabriel CELAYA II El oratorio al pie del Guadarrama. La poesía es oración y sierra, impetración y tierra, palabra viva y llama. Entro en la sierra azul de tu poema, en los montes dorados de tus versos, entro en tus cielos tersos y en tu oración que quema. Guadarrama del hijo y de la vida, oración que respira por la herida, llanto que apenas puede estar callado. Hay que escuchar la vida cómo brama Hentro de nuestro oculto Guadarrama para escribir así, José Luis Prado. Leopoldo de LUIS DESPUÉS DE LEER SUS SONETOS DE UNA MEDIA MUERTE Donde comienzan las melancolías y un sendero se pierde por el bosque, y todo es transparencia temblorosa, y el aire, inmaterial, claro del Norte,