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ABC MADRID 11-08-1972 página 70
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ABC MADRID 11-08-1972 página 70

  • EdiciónABC, MADRID
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T ODAS las generaciones pueden decir, sin temor a equivocarse, -que viven en un mundo nuevo. Pero en nuestra era el mundo ha ido cambiando de forma más rápida y enérgica que en épocas anteriores. Una política extranjera inteligente no debe limitarse a esperar que llegue este cambio, sino anticiparlo; no debe dejarse llevar por el rumbo que tome la historia, sino tratar de que este rumbo vaya encaminado a conseguir los grandes objetivos que nuestra nación desea. Durante los tres años y medio últimos la política extranjera de los Estados Unidos ha sufrido grandes cambios, pero también ha conservado una consistencia básica. Hemos mantenido el sentido básico del objetivo americano, pero lo hemos adaptado a las diversas circunstancias de un mundo que está evolucionando. En los años que siguieron a la Segunda Guerra Mundial los Estados Unidos tuvieron que afrontar la ineludible responsabilidad de mantener la paz en el mundo y de ayudar a los países que habían sido pastados por la guerra a recuperarse. Pero el mundo ha cambiado considerablemente desde entonces. Las condiciones en que se desarrollaba la política americana han sido completamente transformadas. -Las naciones de Europa occidental y Japón- -demolidas y completamente arruinadas después de la Segunda Guerra Mundial- -se han recuperado casi milagrosamente gracias a nuestra ayuda. Todos nuestros aliados han logrado una mayor independencia y seguridad. -Los países desarrollados han adquirido también un nuevo recurso para velar SE HA ABIERTO UN CAMINO PROMETEDOR PARA NUESTRAS RELACIONES CON CHINA por su propia seguridad y bienestar. Un nuevo sentido de autonomía nacional guía ahora todas sus decisiones. -Al considerable dominio de nuestra anterior fuerza militar frente a la de la Unión Soviética ha seguido una situación militar más equilibrada. Nuestra potencia militar no está en inferioridad de condiciones, pero no- podemos seguir esperando que una superioridad masiva americana podrá continuar manteniendo la paz en todo el mundo. -El sólido bloque de las naciones comunistas con que nos encontramos después de la Segunda Guerra Mundial ha desaparecido. Y de la misma forma que las naciones comunistas han pasado de la solidaridad a las diferencias entre sí e incluso a una intensa rivalidad en sus rela- ciones pasan, tras la muerte de Stalin, de una constante beligerancia a una actitud de, por lo menos, parcial acoplamiento con el resto del mundo. El resultado de todos estos cambios ha sido un alejamiento del rígido bipolarismo de los años 1940 y 1950 para seguir un sistema internacional multipolar más fluído y heterogéneo; un sistema más equilibrado y estable porque se apoya sobre una base más amplia y consistente. Cuando llegué a la Presidencia me di cuenta de que la política extranjera americana no podría dar un empuje a los intereses americanos, a menos que se adaptara en seguida al nuevo ambiente diplomático. Esta adaptación nos hizo poner un mayor énfasis en las negociaciones con nuestros adversarios y un mayor espíritu de colaboración con nuestros aliados. Estos nuevos requerimientos, a su vez, supusieron para nosotros grandes provocaciones y tentadoras oportunidades. El hecho de que no pudiéramos continuar con algunas de nuestras responsabilidades por nosotros mismos quizá haya disminuido nuestra autonomía, pero, por otra parte, ha servido para aliviarnos de nuestras duras cargas. El hecho de que la simple superioridad militar no fuera ya una réplica adecuada a una provocación comunista complicó nuestra diplomacia, pero también abrió nuevos caminos hada el progreso y la paz. A pesar de todos los cambios que tienen lugar en el mundo, hay una realidad de primordial importancia que permanece invariable; la participación americana es todavía él sine qua non de cualquier sis- Deben realizarse acuerdos justos y perdurables en bien de la paz en Indochina y Oriente Medio; las negociaciones para la limitación de armas deben hacer hincapié en poner un freno permanente a las ofensivas nucleares.

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