Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 09-08-1972 página 71
ABC MADRID 09-08-1972 página 71
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 09-08-1972 página 71

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página71
Más información

Descripción

solicitaban su concurso que no estaba ni con la Revolución ni con la Corte GENEALOGÍA E INFANCIA He querido empezar refiriéndome a esa abundancia de biogra fías, y a tal profusión de evocaciones a raíz de su muerte, de su cente n a r i o, del cincuentenario de su óbito y a raíz de otras m o t i v aciones- -que no son precisamente las de menor importancia- para justificar la recordación de ta ejemplar figura de C á n o v a s aún más oportuna ahora, p o r obvias razones. Circunscrito impera- tivamente a la evocación de su circunstancia biográfica, procuraré seleccionar algunos datos que en sus biografías no figuran. Generalmente se cita q u e don Antonio Cánovas del Castillo fue el primogénito de los seis vastagos, todos varones, nacidos del matrimonio de don Antonio C á n o v a s y García, natural de Orihuela, con doña Juana del Castillo y EstébaUna caricatura de la época de nez, natural de Máladon Antonio Cánovas del Castillo. ga. Yo investigué más lejos que los biógrafos, documentando el que mi tatarabuelo don Antonio Cánovas que su madre y sus hermanos precisaban, y García era hijo, nieto y bisnieto de otros tuvo que dar clases a alumnos cuyas edades, asimismo llamados don Antonio Cánovas, por ser muy próximas a la suya, dificultaban pero naturales de Guardamar de Segura. ai imberbe profesor imponer la disciplina, No he documentado, en cambio, su vincula- dando lugar a expedientes y apercibimiención con los dos Cánovas, vecinos de Lorca, v a quienes se dirige Felipe II al describir sus tos cuya recordación emociona a q u i e n afrontó situaciones análogas. armas. Aún más expresiva a tal respecto es la coMi tatarabuela doña Juana del Castillo y rrespondencia dirigida por Cánovas desde Estébanez era hija de don Juan José de! Cas- 1846 a 1850 a su amigo Rodríguez, abuelo de tillo, mayor de la Plaza de Málaga, muerto Carlos Rodríguez Spiteri, correspondencia gloriosamente al defenderla contra los inva- desconocida hasta hace cinccf lustros, y cuyo sores franceses mandados por el mariscal estudio permitió a Melchor Fernández AlmaSebastiani, el 5 de febrero de 1810. Dejó dos hijas en temprana orfandad, Juana y Dolores. gro (que asimismo sabía algo de los deberes Esta última quedó mentalmente trastornada al y limitaciones que a todo primogénito impone ver el cadáver de su padre atravesado de una prematura y paterna orfandad) escribir muchas lanzas Hasta su muerte vivió junto una monografía emocionada, que mereció el a su hermana mayor, doña Juana, aun des- premio Cánovas creado por la revista barpués de que ésta matrimoniase con don An- celonesa Destino La obsesiva preocupatonio Cánovas y García. Eran primas her- ción de Cánovas por allegar recursos materiamanas de don Serafín Estébanez Calderón, es para su madre y sus hermanos es sumaprotector de Antonio y Emilio Cánovas, a mente sensible y denota su estado de ánimo quienes procuró trabajo compatible con sus en los difíciles años primeros de su carrera. estudios cuando ambos vinieron a Madrid, a más de orientarles y relacionarles. El desordenado don Serafín empezó muchos estu- CUATRO CIRCUNSTANCIAS EN TORNO AL YO dios históricos y de otra índoie que raramente terminaba, y que luego sirvieron de base Al Yo es preciso añadir esas decisivas a don Antonio Cánovas para darles digno remate, como Cos- Gayón analiza en su necro- circunstancias que ponderaba Ortega. Pología de Cánovas. En la Historia de Má- dría en un artículo resumirse un juicio solaga de Guillen Robles, se citan varios emi- bre la obra pública de Cánovas, pero es de nentes personajes malagueños de los si- todo punto imposible resumir una biografía glos XVII y XVIII, deudos de doña Juana del que se salga de io que ya es sabido de todos. Se impone, pues, limitarse a señalar Castillo Estébanez. Don Francisco Bejarano, meritorio historia- determinadas circunstancias señeras: En El solitario y su tiempo biografía dor malagueño cuyo sólo defecto consiste en su extremada sencillez, en su Historia del apasionada de su tío don Serafín Estébanez consulado de Málaga cita y documenta los Calderón, Cánovas reconoce noblemente la problemas que el futuro estadista hubo de decisiva orientación y ayuda que de él reafrontar al quedar huérfano cuando sólo te- cibió en sus años de formación críticos. nía quince años, y, para allegar los recursos Por otra parte, Antonio Espina recuerda que al preclaro yo de Cánovas se unieron fortuitas cir- REPORTAJE cunstancias coadyuvantes de su pública ascensión, cual, por ejemplo, su casual amistad con su colega de estudiíS Carlos O Donnell (futuro segundo duque de Tetuán, a quien Cánovas hizo ministro en varios de sus Gobiernos) Carlos era sobrino del general don Leopoldo O Donnell, que casualmente, entonces acababa de regresar de la Capitanía General de Cuba y precisaba un secretario de altura que ordenara sus papeles ¡Y hasta redactara sus documentos, y aun manifiestos, como el celebérrimo y decisivo de Manzanares! (cuyo es Wó tanto contrasta con el redactado por O Donnell mismo, días antes en Aranjuez) -podríamos añadir. Cierto que, sin tal fortuita circunstancia las posibilidades de Cánovas para situarse en órbita como se dtce hoy, hubieran quedado o inéditas, o limitadas, o demoradas hasta más tardía s hipotética ec jg en el mejor de los casos. Otra curiosa circunstancia es 4 a siguiente: Cánovas ciertamente constituye una meritoria excepción entre los políticos del siglo XIX, tan fluctuantes en los regímenes que se alternan. Cánovas contrasta, por cuanto siempre fue. fiel a su inicial línea de conducta, propugnadora de una terza vía de equilibrio entre los apasionados extremos habituales en España. Su ideal exigía la puesta al día de nuestra Institución tradicional, o sea el aggiornamerrto de la Monarquía encarnada, nunca en las arbitrarias elecciones de Rey propugnadas por Prim, sino en ei legítimo Heredero de la multisecular Corona. Ahora bien, pensemos una hipótesis: ¿Qué hubiera ocurrido de no morir Prim? No olvidemos que la Legitimidad se hallaba prestigiada después de reinar sucesivamente tres Soberanos de esa media docena que es natural que se dé en quince siglos de Institución Monárquica (al igual que ocurre con algunos de los Papas que se sucedieron en veinte siglos, a pesar de la asistencia indefectible del Espíritu) Pues bien, tras Carlos IV, Fernando Vil e Isabel II reinando en tracto sucesivo uno tras otro, no resultaba necesariamente inviable la hipótesis de Prim. De haber vivido Prim, mentor de un Amadeo tan discreto al menos como en Suecia fueron los nuevos Bernadotte. La muerte de Prim precipitó el fracaso al que vienen abocados los Reyes que no advienen por ser Legítimos, sino por ser designados. Cuarta circunstancia que posibilita a Cánovas el ser lo que fue, y parece paradójica: Cánovas quería terminar con el sístejm que arranca del retorno de Fernando VII, le que el Poder sólo pretenda aplastar a la Oposición. Cánovas quiere sustituir el diálogo de las barricadas por el diálogo parlamentario Asimismo Cánovas quiere terminar con la política de Campamento o Era dé los Espadones que padecía España desde la primera de las funestas guerras carlistas, situación que implicaba el que el Poder fuese generalmente, durante casi medio siglo, detectado por un general triunfante en un pronunciamiento que, a su vez, había sustituido en tal Poder a otro general triunfante en otro pronunciamilento anterior. Cánovas, celosísimo del prestigio de nuestras Fuerzas Armadas, quería que los Topete se ocupasen de- los problemas de ¡a Marina, y los Serrano de los problemas de los cuarteles, o si se quiere mejor, de Ü problemas de las Capitanías Generales de Departamento Marítimo o Región. ABC

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.