ABC MADRID 06-08-1972 página 110

Área 6 (FB) Área premotora parle del sistema extrapiramidal) Área 8 (FC) frontal de los movimieñ 1 tos oculares cambios pupi lares Área 4 (FA) Área motora pre- Rolándfca Áreas 3- 1- 2 (PB- PC- PD) áreas sensitivas principal es post- centrales Áreas 5- 7 sensitivas asociación Áreas 39- 40 (PG. -PF) rea s de asociación Áreas 18- 19 ÍOB- OA) Áreas visuales de asociación Área 44 (FC- Bm) Área motora del lenguaje (de Broca) irea 17 (OCl Corteza visual principal -í- (estriada) Área 42 (TB) Corteza acústica- -3 Áreas 18- 19 (OB- OA) de asociación Áreas visuales de asociación Área 41 (TC) Corteza acústica La fotografía muestra las diversas funciones de la corteza cerebral, según Brodmann y V. Econom. La teoría holográfica describe lo que recordamos, no como trozos sueltos de mensajes archivados en casillas cerebrales, sino que explica la memoria bajo la forma de escenas completas, en clave, repetidas una y otra vez y almacenadas en todas partes. tamente con ecuaciones, con las que alimentamos un ordenador. Luego es posible que ese ordenador cree una imagen de un objeto que nunca existió en la realidad física, de! mismo modo que el cerebro obtiene un objeto nuevo combinando la información en él almacenada. Incorporadas a ios principios holográficos hay reglas para la adición instantánea de nuevos recuerdos a los ya existentes, para el razonamiento, la imaginación y la reminiscencia, para trasponer las ideas almacenadas en una forma distinta, al modo en que entraron... por ejemplo, para escribir algo experimentado anteriormente tan sólo en una forma verbal. La teoría holográfica nos explica la mente subconsciente. Aparta a un lado las distinciones fundamentales entre lo que aprendemos conscientemente de las pasadas experiencias de lo que adquirimos sin darnos cuenta de ello y de la información con que hemos nacido. Los críticos atacaron inmediatamente la teoría holográfica. Ciertamente, argüyeron, el sustraer porciones del cerebro, sugería la teoría, pero no la probaba. Afirmaron que no podía realizarse una prueba auténtica en cerebros vivos. Punky y sus compañeros demostraron lo contrario. LA MEMORIA SOBREVIVE A LA CIRUGÍA ría holográfica? Para comprender esto, imaginemos dos copias xerográficas de esta página sobre plástico transparente en lugar de papel. Coloquemos una sobre la otra de modo que cada línea y cada palabra coincidan con su duplicado. Ahora borremos parte de la hoja superior... como si cortáramos partes del cerebro. No afectaremos al mensaje. Sencillamente, dejaremos que aparezca lo que está debajo. Así es como podía explicarse la teoría de Lashley. Supongamos, en iugar de esto, que colocamos la hoja boca abajo, o cortamos las hojas en pequeños trozos y volvemos a pegarlas en un nuevo orden. Entonces, afectaríamos al mensaje y lo sabríamos inmediatamente. Pero si la información estuviera en forma holográfica, por mucho que la revolviéramos, no podríamos cambiar su significado. En un holograma, el sentido se encuentra en cualquier tira que hagamos. Sencillamente, no podemos llegar al interior de su núcleo... No podemos hacerlo con un cuchillo. Por eso trasplanté cerebros. para ver si las porciones revueltas de cerebro mezclaban también la información que contenían. Tuve que elegir un animal capaz de tolerar una cirugía drástica. Por eso elegí la salamandra... campeón indiscutible del reino animal cuando se trata de recuperarse de lesiones importantes. -En los experimentos hice girar, invertí, añadí, sustraje, sustituí y volví a disponer de otro modo las partes del cerebro. Corté en tiras, dividí por la mitad, alargué, acorté, desvié, traspuse, yuxtapuse y agité. Pero nada, salvo el arrojar el cerebro de la salamandra al cubo de la basura... nada le hacía olvidar lo que era. Esto es exactamente lo que la teoría holográfica había predicho. La información del cerebro, al fin y al cabo, no depende de su anatomía. Y para una persona que se gana la vida enseñando anatomía, como me sucede a mf, resultaba difícil tragar esta pildora. SU CONDUCTA, COMO CAZADOR, NO SE MODIFICABA ¿Por qué los experimentos de Lashley no demostraron de manera coneluyente la teo- Inmediatamente después de una operación, antes de que el trasplante se asentara, el animal, efectivamente, permanecía sin cerebro y quedaba inerte en el fondo de su recipiente. Pasaban un par de semanas antes de que las partes barajadas se unieran y el animal sintonizara de nuevo con ellas. Pero si cogía la cabeza vacia y la llenaba con músculo de las piernas o la cola, o la dejaba totalmente en blanco, la salamandra continuaba en un estupor permanente. He mantenido algunos de estos animales sin cerebro, vivos, durante más de un año, llenando de alimentos su estómago una vez por semana. Pero un trasplante de cerebro puede reavivarlos. Esperaba que los animales olvidaran su conducta carnívora. Las salamandras tienen un apetito voraz y se arrojan sobre cualquier bocado de carne en movimiento que puedan tragar. El comer para ellas es lo más cons-