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ABC MADRID 06-08-1972 página 103
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ABC MADRID 06-08-1972 página 103

  • EdiciónABC, MADRID
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Otto John, Donald Mac Lean y George Blake, el primero de ellos alemán y los dos restantes británicos, tres e s p í a s desenmascarados por la C. I. A. en e s t r e c h a colaboración con el S. I. S. to temporal en las relaciones C I. A. -S. I. S. sidente Theodore Roosevelt, Teddy, el JiPero ocurrió hace muchos años, y estas di- nete Salvaje y primo de Kermit Kim ficultades locales que sólo se pueden es- Roosevelt. perar en Alemania- -foco de espionaje soviético- no interrumpieron la colaboROOSEVELT RESTAURA LAS ESTREración en los demás países. Por ejemplo, CHAS RELACIONES CON EL en 1960 agentes de la C. I. A. y del S. I. S. SXS. BRITÁNICO consiguieron ganarse al general Oleg Penkovsky, uno de los oficiales de más alta OMBRE encantador y bien relaciograduación del Servicio Secreto Militar nado- en las altas esferas gracias a soviético y del Comité de Investigaciones su famosa familia, Roosevelt restauCientíficas de la U. R. S. S. como informador valiosísimo. Durante dos años, Pen- ró las estrechas relaciones con el S. I. S. kovsky facilitó algunos secretos atómicos, británico (dirigido entonces por sir Dick políticos y militares de la Unión Soviética Goldsmith White) En 1963, se encargó de al Servicio Secreto occidental. Como miem- llevar a Londres, en el más absoluto secrebro de Misiones científicas soviéticas, visi- to, a Anatoü Dolnitzin, alto oficial del tó Londres, y agentes del S. I. S. prepara- K. GJJ. que se había pasado a los ameriron reuniones combinadas con la C. I. A. canos en Alemania occidental, escapando Un correo del S. I. S. británico, Greville a través de Finlandia. Agentes de la CJ. A. Wynne, mantenía contacto con Penkovs- habían transportado a Dolnitzin a Wasky en Moscú. Jefes de la C. I. A. y del hington, donde facilitó una valiosa información. del S. I. S. examinaron y valoraron el material británicoEvidentemente, los jefes F u eSXS. deseaban compartirla. ron en la más estrecha colaboración. precisas largas conversaciones, pero al fin Esta provechosa colaboración recibió otro Roosevelt consiguió persuadir a los jefes de golpe temporal después de descubrir la trai- la CXA. -Alien Dulles se había retirado ción de George Blake en Alemania, y los después del desastre de la Bahía de los Coescándalos de los espías Londsdale- Kroger c h i n o s y le había sustituido John A. y Vassall. Aunque por aquel entonces la McCone, ex presidente de la Comisión C. I. A. tenía entre manos desagradables Atómica americana. -para que prestaasuntos de espionaje en América, incluyen- sen a Dolnitzin por unas semanas a los do la deserción de un diplomático ameri- ingleses. cano, algunos de sus jefes, disgustados porSe tomaron precuaclones casi ridiculas que Blake traicionara a más de 50 agentes para evitar que se Infiltrase la noticia de americanos y británicos, criticaron áspera- su estancia en Londres. Custodiado por mente el fallo de los colegas británicos, agentes de la C. I. A. y de la Seguridad brique no supieron descubrir a un espía que tánica en una granja de East Sussex, Dolestuvo en sus filas durante más de ocho nitzin- -aunque no le permitieron abanaños. Algunos periódicos americanos, ta- donar la casa en ningún momento- -tenía les como el Herald Trlbune de Nueva que llevar peluca y bigote postizo. De este York (propiedad del ex embajador de los desertor soviético obtuvieron los oficiales EE. UU. en Londres, John Hay Whitney) Rítanteos la primera prueba concluyente publicaron artículos en el sentido de que de las prolongadas traiciones de Kim Phil las agencias secretas de los Estados Unidos by y de su papel de tercer hombre La ocultarían información secreta a los agen- amistad de Roosevelt con sir Dick Goldstes británicos, considerando el Servicio Se- mith White, consiguió una colaboración creto inglés como una criba... más estrecha y provechosa entre la C. I. A. y el S. I. S. colaboración que se ha conserPero no era éste el punto de vista de vado casi sin un tropiezo desde hace seis los jefes de la C. I. A. Enviaron a Londres o siete años. a su vicedirector de la División de Planes A cambio de las ventajas que brindó la y Operaciones, Frank B. Wisner, quien temporalmente se hizo cargo dé la Delegación C. I. A. para entrevistar a importantes dede la C. I. A. en Londres. Con gafas ahu- sertores rusos, polacos y checos, los jefes del británico permitieron a madas y en la parte posterior de la sala, tes S. I. S. C. I. A. entrevistar a los los agende la protagoasistió al juicio de Blake en Oíd Bailey; nistas del caso del espionaje naval. Cuanreconocido por corresponsales americanos, do se hizo pública la noticia de que el dijo que había ido a Londres para repa- Gobierno británico había decidido dejar en rar, en colaboración con el Servicio Se- libertad a Peter y Helen Kroger como parcreto británico, el daño causado por la trai- te de un pacto por el que se devolvería ción de Blake Wisner permaneció en Lon- a casa a Gerald Brooke, la C. I. A. expresó dres hasta 1962, y le sucedió otro jefe de sus reservas sobre la conveniencia de tal la C. I. A. Archival Boosevelt, nieto del pre- medida. La razón de ello- -que por primera vez puedo revelar aquí- -era que los Kroger habían hablado cuando oficiales de la C. I. A. les interrogaron en la prisión. Indicaron los nombres de varios agentes soviéticos que habían estado trabajando con ellos y que seguían en activo. Lonsdale, en cambio, no dijo absolutamente nada a los que le interrogaron. La opinión de los jefes de la C. I. A. compartida por sus colegas británicos, se oponía a la libertad de los Krogers, pues así el K. G. B. podría averiguar de ellos lo que habían revelado. En todo caso, mientras el K. G. B. se quedase en tinieblas, el Servicio occidental tendría la oportunidad de seguir la pista de los agentes compañeros de los Krogers. Por aquel entonces, la CXA. y el S. I. S. sospechaban que había otros dos círculos de espías soviéticos actuando en Gran Bretaña. A pesar de todo, el Gobierno decidió dejar libre a la pareja. La C. I. A. envió un equipo de interrogadores especiales a Londres para ayudar a Bronson Tweedy, jefe de la Delegación, y a sus hombres. Uno de los miembros del equipo llevaba el nombre de Portio era uno de los principales interrogadores de la C. I. A. con la categoría de asesor jurídico Herbert Itkin, de cuarenta y tres años de edad. Tweedy permaneció en su puesto como jefe de la Delegación hasta otoño de 1970, y, ahora, es vicedirector en la sede central. Fue uno de los varios agentes de la C. I. A. que promocionaron después de haber ostentado la jefatura dé la Delegación en Londres. Otro de ellos fue Ray S. Cline, en un principio cripto- analista con el O. S. S. durante la guerra, que sirvió en Londres en los años 50, y que más tarde fue elegido consejero de la C J A para Chiang Kai- shek en Formosa (Taiwan) ascendiendo a la categoría de vicedirector en la sede central de Langley, en 1963. Parecida suerte corrió John McCreary Patterson, que llegó a Londres para servir en la Agencia de Información Americana y fue nombrado jefe de la Delegación de la CXA. en la capital inglesa con Warren L. Dean, ex agente especiad del F. B. I. durante la crisis de Suez. Posteriormente, Pattérson presidió la Radio Libre Europea en Munich, y después pasó a ser consejero de Seguridad con el secretario de Estado de Kennedy, Dean Rusk. COOPERACIÓN ANTIRREVOLUCIONARXA: EL CASO DUTSOHE H A UNQUE las actividades omnipresentes de la C. I. C. en Gran Bretaña, no satisfacen siempre por compisto al I Servicio Secreto inglés ni a les jefes de 1

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