ABC MADRID 30-07-1972 página 53

ABC. D O M I N G O 30 DE JULIO DE 1972. E D I C I Ó N DE LA MAÑANA. PAG. f SILENCIO ¿Tenemos derecho al silencio? Si esta pregunta tuviese fácil respuesta no sería necesario ponerla en tela de juicio. Parece que si; parece lógico que el sistema nervioso de los ciudadanos tiene un cierto derecho a que la producción de ruidos en las poblaciones no sea tan abundante como hasta la fecha. España, en sus zonas urbanas, es un país ruidoso por razones varias. Aunque el español no ha podido acostumbrarse a la estridencia. De aquí, seguramente, tantos casos de neurosis en las grandes ciudades. El automóvil es repetidamente acusado como principal conductor de ruidos. Lo justo no es precisamente generalizar: la técnica de nuestros días ha logrado coches extraordinariamente silenciosos que pueden pasar sin ser notados. Lo que sucede es que un vehículo ruidoso entre mil silenciosos es nota discordante y llamativa que convoca toda la furiosa atención de quienes han de soportarlo. En busca de estas singularidades debe dirigirse cualquier acción correctiva. Como se debe perseguir a esos supuestos deportistas que se hacen notar por el ruido, por el escape libre o aligerado de sus motores. Un auténtico deportista sabe que fuera de la competición es un conductor más, y su coche uno de tantos. Quizá la acusación no recaiga directamente sobre el automóvil, sino sobre el conjunto del tráfico. Desaparecidos casi totalmente aquellos famosos motocarros otro tipo de vehículos más pequeños, de menor cilindrada, se encargan ahora de perturbar el silencio que aquellos habían dejado. Se trata de motocicletas, cuya cilindrada no supera en ocasiones los 50 centímetros cúbicos. El sistema silencioso de estos mínimos vehículos de dos ruedas debe ser prácticamente inexistente. Pero lo realmente grave en una gran mayoría de los casos que he podido observar es el afán de notoriedad de sus conductores. Me- explico: muchos de los motoristas que las montan son incapaces de permanecer silenciosos o simplemente al régimen normal del motor en punto muerto, cuando, por ejemplo, se detienen en un semáforo. Todo su empeño es acelerar y acelerar favoreciendo el ruido ya en exceso de la motocicleta. La luz verde de un semáforo es con frecuencia auténticamente redentora. Señalo, finalmente, otro motivo de perturbación que expone un lector desde Valencia: la molestísima costumbre de algunos conductores de camiones y autobuses para calentar el motor en horas en las que el vecindario duerme. Si el ruido de este motor es absorbido po: la vida de la ciudad durante el resto del día, en el silencio de la madrugada o del amanecer es de todo punto condenable suplantar tan ruidosamente los efectos del despertador. ¿Tenemos derecho al silencio? se preguntan una y otra vez los habitantes de las ciudades españolas. Parece que la duda va a ser resuelta el próximo otoño mediante una ley que establecerá la tolerancia de ruidos, definirá los molestos y empezará a hacer verdad en este sonoro país ese rotulado Silencio que solamente se cumple en los museos, bibliotecas y hospitales. Si la nueva ley que se promete atina y no deja una sola filtración para el ruido, bajaremos la voz para exclamar casi como un susurro: Gracias gracias. JI- -GIMÉNEZ ALEMÁN NDOMOVIl Estos datos son recogidos en un informe del grupo de trabajo creado por el primer ministro del Gobierno francés para un programa de acción sobre automóviles y sus pertubaciones. Recogemos los puntos sobresalientes del capítulo dedicado a la eliminación de los restos de coches. Existe un circuito profesional a través del cual se recogen los coches fuera de uso a los particulares, garajes u otros depósitos. Las piezas principales son recuperadas, pero las exigencias de calidad de la siderurgia hacen que el simple apisonamiento de las carrocerías esté técnicamente rebasado. La destrucción final completa no puede realizarse, sopeña de ver extenderse los cementerios de automóviles en los años venideros, más que en instalaciones industriales susceptibles de entregar a la siderurgia chatarra triturada y clasificada. El conjunto de este circuito no desemboca, en el caso de Francia y otros países europeos, en la recuperación de la totalidad- de los vehículos fuera de uso. Muchos propietarios abandonan sus coches inservibles cuando les estorban. Todos los estudios realizados en Francia y en los países de Europa concluyen, en consecuencia, en la necesidad de una incitación económica adecuada para asegurar el funcionamiento regular del proceso descrito más arriba. NECESIDAD DE UNA ORGANIZACIÓN Si los restos abandonados en la vía pública y los cementerios de coches- -abiertos en Francia con infracción de las disposiciones reglamentarias en vigor- -no representan hoy en día más qué una pequeña parte de los vehículos a destruir, el carácter espectacular de esta agresión contra el medio ambiente debería constituir la base de la toma de conciencia de las realidades económicas, y de lo que haría falta hacer para la desaparición de los desechos automóviles La legislación represiva, por aplicación estricta de los textos en vigor, no tendrá valor más que en tanto el circuito económico final pueda funcionar. Actualmente, basándose en instrucciones generales del Ministerio francés del Interior, los Departamentos y Municipios han pasado por alto con los desguazadores las convenciones para la recogida de los vehículos abandonados. Pero las recogidas PAGINAS DEL MOTORÍ PROBLEMA MUNDIAL LA ELIMINACIÓN DE LOS COCHES FUERA DE USO Importante experiencia francesa para asegurar la total destrucción de los vehículos inservibles EL GOBIERNO FIJA UN ESTIMULO DE UNAS CUATROCIENTAS PESETAS POR AUTOMÓVIL RECOGIDO Y DESTRUIDO La eliminación de los vehículos fuera de uso constituye uno de los más importantes capítulos dentro del problema mundial de tratamiento de los desechos de nuestra civilización industrial. La magnitud del problema queda patente con el simple recordatorio de estas cifras: en 1970 había en Francia más de 600.000 vehículos para hacer desaparecer; en 1971, más de 700.000; en 1973 se alcanzará el millón. En lo que se refiere a recuperación sistemática, la cifra de 1971 representa, solamente en chatarra de acero, más de 200.000 toneladas. uno a uno son onerosas y no arreglan el problema de conjunto. INCITACIÓN. FINANCIERA tarjeta gris. Ante esta situación, la Comisión nacional francesa para el acondicionamiento del territorio ha propuesto, con ocasión de la entrada en servicio de la nueva instalación de trituración industrial de Lyon, proceder a una experiencia basada en el principio siguiente: Mediante un estímulo correspondiente a un reembolso parcial y a tanto alzado de 30 F. las tarjetas grises que acompañan a los vehículos recogidos, los profesionales se comprometen a asegurar gratuitamente el servicio público, consistente en recoger a la primera petición los coches abandonados, a guardarlos durante el periodo correspondiente en la legislación a la conservación en depósito y a destruirlos después definitivamente. Esta forma de estímulo ha sido elegida porque valoriza el desecho entregado para la destrucción desde el principio. Puede suprimir ciertos circuitos paralelos basados en el tráfico dé tarjetas grises. El ensayo debe comenzar en Lyon- -des- j pues del establecimiento de los medios materiales por los profesionales- -sobre la base de un acuerdo concluido entre el prefecto de la región y la Agrupación interprofesional interesada, y aprobado por el ministro del Interior. CONCLUSIONES El grupo de trabajo, que ha recogido las conclusiones de la Comisión Nacional del Acondicionamiento del Territorio y levantado acta de l s decisiones anteriores, propone que se designe un informador para seguir el ensayo que va a empezar en la región de Lyon. A la vista de los resultados de esta experiencia es cuando será posible determinar el valor del índice de intervención elegido y el de su aplicación, al mismo tiempo que la oportunidad de seguirla o extenderla. En caso de resultado positivo, habrá que determinar si la carga del estímulo debe ser soportado por los Departamentos o si debe cubrirla un aumento mínimo de la