Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 06-07-1972 página 116
ABC MADRID 06-07-1972 página 116
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 06-07-1972 página 116

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página116
Más información

Descripción

y poesía, cada día En La Red publica García Nieto una larga e importante carta a Gabriel Celaya. De ella recogemot el amplio fragmento inicial, que podría ser un significativo ejemplo de lo que fue la poesía española de la década de los cincuenta. Homenaje a Gabriel Celaya CARTA A GABRIEL CELAYA Empiezo lentamente, suavemente, mirándome; midiéndome los dedos con que escribo, los nervios con (jue me afano, el seso- ¡Jorge Manrique, hola! -con que pienso, despierto, entretengo silencios, Y contigo en fondo para dictarme cosas, 1 motivos que yo quiero míos, pero que arrancan de tu holgura de hombre, de tu altura de hombre, de tu niñez enorme, tu descontento en andaa. Empiezo lentamente, casi sin apoyarme, casi ain que me duela la voz que va bajando a la cuartilla, casi diciéndome a mí solo, casi sin compartirme, casi en sueño o sonámbulo. Si hubiera preparado la palabra primera coa que herirte, la mínima voz de las antesalas, el ¿quién vive? el ¿se puede? el mi querido amigo di oiga... ¿diga... Oiga, ¿está Gabriel Celaya? pero he empezado a ciegas, sin comprender, oyendo a no sé quién, copiando de no sé qué, temblando entre no sé qué hojas que un bosque disponía, pisando de puntillas un arenoso campo. Tenía que decirte- ¿o no tenía? -estaba ya hablando, confesando contigo desde siglos, bastaba solamente que encontrara su cuerpo mi palabra de aire para tocar tu oído. De sobre como como puntillas, lo mismo que la menuda lluvia los ojos; como la muerte a veces, ¿sabes? la vida siempre, naciendo allí en lo hondo; un sobrecogido ladrón de intimidades. nadie JN o somos nadie. Este es el privilegio de nuestro oficio; nadie somos, en nadie estamos; nos decimos a solas, nos leemos a solas, coa un solo juguete veinte niños jugamos, o veinte veces veinte, qué más da; no nos oyen; gritamos en un valle final y prematuro, nos decimos con sangre, nos batimos a muerte no conquistamos nada, no vencemos ninguno. A veces alguien lanza su pequeña moneda desde arriba, aabiéaüdonos tristes niños hundidos, niños buceadores que o somos olvidados O distraemos ocios en los días propicios. Se gozan cuando máran el cobre en nuestros diente admiran la destreza, luego vuelven la espalda. y nos dejan jugándonos la vida en la tarea A mover el silencio de STOS inmensas aguas. Gabriel, Gabriel, te siento nadando a mi costado. ¿No ves qué poco es esto de hacerlo mal o bien de aguantar no minuto sin respirar o un año, de que cuatro nos silben o nos aplaudan cien? Son loa mismos, los otros, ¿sabes? los no sumidos, los no contaminados, los de antes de la fruta, los que dirán: ¡Oh, cüairo, los poetas, yo admiro a los poetas! Mienten; prueban y no comulgan, Y tú, Gabriel, al lado, creyéndote tan lejos alguna vez. Avanzas; los llamas más de cerca; pero yo te lo digo: siempre serán los mismos los que oigan, ¡qué noria terriblemente ciega! Y entran los huracanes que sacuden sus casa bramando por tu pecho, doblando tu estatura, soliviantando sangre pava di amor nacida, endureciendo labios de vegetal blandura, poniendo sombra al claro de tus ojos, esquina a ese canto rodado de ta humana presencia, tormenta a tu garganta de nominal costumbre, espinas al morado floral le tu cardencha... José GARCÍA NTETTO Y aquí estoy de repente, desnudo y sin arrimo, sin volver la cabeza donde consume el fuego pájaros en bandadas que me oyeron un día como no volverían a oírme cantar luego. Aquí estoy en septiembre, año cincuenta y cinco; aquí, varón de tierra con lazos- ¡y con nudos! aquí, turbia materia, caracol que enronquece, trato conmigo mismo, primer negocio y último. No tengo nada apenas que me defienda, acaso saber que nuestro idioma no le importa a la gente, saber que como un niño manejo vaguedades, rugo sólo sonidos, machaco tercamente los fríos hierros... Nadie se alarma... ¡Sigan, sigan! Y duelen los nudillos, sangran, pero golpean... ¡Sigan, s i g a n- De pronto, alguien dice: ¿Quién llama? Y vnolve a sus cerrados interiores... No er

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.