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ABC MADRID 02-07-1972 página 182
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ABC MADRID 02-07-1972 página 182

  • EdiciónABC, MADRID
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pronto como uno tiene algo de dinero disponible se compra terrenos, pero yo prefiero invertirlo en mi compañía. Tampoco tengo coches, a excepción de un Jaguar de segunda mano que compré en lugar del Volkswagen que tenía antes. El único objeto de valor que llevo es un reloj de oro. Es un reloj especial- -costó mil dólares- pero no me lo compré yo; el equipo de Marnie adquirió una colección y me lo dio. No me gusta tener cosas de valor. En cuanto tienes algo temes que alguien te lo robe, y asi vives preocupado. Yo vivo con muy poco. Como soy escocés, no me gusta que me estafen. Los escoceses son famosos por su tacañería. ¿Por qué? La historia de Escocia es parecida a la del sur de Italia: pobreza y pobreza. Pero si naces pobre en el sur de Italia puedes sobrevivir, porque hay sol y sólo necesitas algo ligero para vestirte. No así en Escocia. En Escocia no hay sol, hace frío y llueve, así que además de pasar hambre pasas frío. Y si posees un abrigo o un paraguas lo cuidas, lo amarras bien y no quieres ue nadie te lo quite. Yo no soy tacaño, oy una persona sencilla. Nací y crecí en un lugar donde con muy poco estás conforme: eso es algo muy diferente. Por ejemplo, no me importa mucho la ropa- -ropa como la de Bond, quiero decir- No va conmigo el llevar corbatas y trajes bien planchados como Bond y los ingleses. Uf, los inglesesI... Si se me ve con corbata y un traje bien planchado es porque tengo que ir a algún sitio: al teatro, a un restaurante, a una cita de negocios o algo por el estilo. No puedo remediarlo. Me siento a disgusto con corbata, muy a disgusto. Y todos esos botones, sombreros, cordones de zapatos, zapatos. Horrible. Uf! Horrible. Y no se me verá con frecuencia pasear por Londres. Me gusta quedarme en casa, descalzo, con mi esposa, mis hijos y amigos invitados a comer. Los domingos siempre tenemos invitados; me divierte guisar. Sí, cocino muy bien. Sé hacer un puchero excelente. Corto las cebollas muy f i n a s las frío lentamente con mantequilla... Aprendí a guisar en la Marina y después durante todos los años que estuve soltero. Tengo pocos vicios, ninguno en realidad: un puro después de la comida, unos vasos de cerveza. La cerveza es la bebida que más me gusta. También el whisky, siempre que sea escocés. Pero prefiero la cerveza. En esta página, de arriba a abajo, Sean Connery oon su esposa, la aotrlz Diana d i e n t o oonversando oon la reina de Inglaterra, oon motivo del estreno en Londres de Sólo se vive dos veoes reoiblendo un trofeo en el oampeonato Internacional de golf de Marbella; en una gala olnematográfioa, en 1966, junto a su esposa (a su dereoha) Claude Auger y Yul y en una esoena del filme The red tent En la página opuesta, Sean Connery descansa entre dos tomas de esta pelíoula, basada en la expedición del dirigible Italia al Polo Norte. t ME HUBIERA GUSTADO SER FUTBOLISTA Como empleados sólo tengo una secretaria y una señorita para los niños. No tengo chófer ni lo tendré nunca. Me disgusta que me esperen, me avergüenza. No he comprendido nunca por qué un hombre corpulento con dos piernas, dos brazos y dos manos puede permitir que le espere otro acaso más pequeño que 1. Mi padre fue conductor de camiones. Mi hermano menor- -es ocho años más joven que yo- -es todavía pintor de casas en Edimburgo. Hasta mis aficiones son sencillas: el fútbol. Lo que me hubiera gustado ser es futbolista. Es más, fui delantero centro del Manchester United. Siempre he vivido así, siempre he tomado lo que me ha salido al paso, al azar. Nunca he tenido planes definidos ni esperanzas precisas; nunca me ha domina 78 do un sueño determinado, aparte del fútbol. Dejé la escuela cuando tenía doce años y desde entonces Dios sabe los trabajos que he desempeñado. Siempre que me hastiaba de un trabajo lo cambiaba. No puedo soportar la disciplina, es superior a mí; mi espíritu está dispuesto, pero mi cuerpo se niega, eso es todo. Ingresé en la Marina cuando tenía dieciséis años, y cuando me licencié, a los dieciocho, me hice pulidor de ataúdes. El Gobierno me había dado una beca, así que podía escoger una carrera y elegí la de pulidor, Dios sabe por qué, y acabé en una funeraria de Glasgow. Cuando tropecé en mi camino con el teatro estaba trabajando para un diario de Edimburgo, como obrero, por supuesto. Solía colocar los rollos de papel en las prensas giratorias. Un domingo me enviaron a Londres, donde me enteré que estaban buscando gente para la comedia musical South Pacific Fui a hacer una prueba, no tenía nada que perder y me aceptaron. Así que dejé la imprenta y durante dos años canté y bailé en el coro de South Pacific Tenía veintitrés años cuando me enfrenté con la elección entre futbolista o actor. Escogí actor, creyendo que no me impediría jugar al fútbol. Pero, en primer lugar, cada vez que empiezas a jugar te gritan: Ten cuidado, te vas a romper una pierna; si te rompes una pierna se interrumpirá la película; y si se interrumpe la película tú serás el responsables Para el fútbol se necesitan veintidós jugadores, y nunca puedo encontrar los otros veintiuno. Tuve que recurrir al golf, que es menos peligroso, y sólo hacen falta dos para jugar. Pero el fútbol es otra cosa completamente distinta. No lo cultivé. Nunca se encuentra una mujer que sepa hablar de fútbol. Saben todo sobre las demás cosas, pero no tienen ni idea en lo que se refiere al fútbol. Al infierno con ello! No me entrené. Estudié un poco de movimiento y acción con un profesor sueco en Londres que habia sido bailarín del New York City Ballet. Y después me dediqué a leer. Me hice una lista de libros y los leí. Ulysses de Joyce; (Santo Dios, qué esfuerzo I En busca del tiempo perdido de Proust, me hizo sudar; en efecto, no llegué a terminarlo. Después Mi vida y el arte de Stanislavsky. Más tarde, An actor p r e p a r e d Después todas las obras de Ibsen. Y Pirandello, y Shakespeare y todas sus obras. Solía leer en la biblioteca, donde pasaba días enteros. Al mismo tiempo iba al teatro a ver cómo actuaban otros y... eso es todo. Si haces eso, y lo haces bien, y no eres tonto, llegarás a ser un actor. Y cuando lo eres te gusta tanto serlo que no te preocupas de otra cosa- -excepto del fútbol- La

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