ABC MADRID 20-06-1972 página 104

ce y poesía cadadía Homenaje a Miiuel Delibes Las antiguas nobles y no muy grandes ciudades -cama Váüadolid- -son buenas para la amistad Y típicamente vallisoletano- -manso llano, amistoso, ajeno a la retórica- -es el poema que Luelmo dedica a su paisano Miguel Delibes, un novelista- voeta que sobradamente merece una página en nuestra serie de homenajes. A MIGUEL DELIBES n a c e unas horas, sólo unos momentos, pensaba en mi ciudad, desde esas luces bajas, no de alba ná de estrellas, rota luz de Madrid: su luna fluorescente, No sé si la verdad en que pensaba era esto mismo; río cierto, río de gloría que va al mar. como va el Duero a hacerse espuma, eternidad, distancia... Sí, aquí está la verdad. Tiene tu nombret Miguel Delibes. Tiene lo que nunca podrá morir; la juventud constante el trabajo que nace generoso y em el papel se hace vigor, noticia, lo que imagina y dice o piensa el Mundo y eso que tú sabes de los hombres, la idea que les une pensando que somos personajes de una misma novela, de una extraña novela realista donde todo parece imaginado. Pero es verdad- -porque es verdad la vida y el amor- -todo eso que nos funde a la tienflÉ y nos alza sobre ella, entre las sombras finas y alargadas de los oipreses por ti humanizados. En ti veo, Miguel, lo que no acierto a ver en otros hombres, que es difícil de ve porque es el hombre mismo el que reveía con exacta tensión su propio oficio; decir la realidad que todos vemos pero que saló eJ escritor la explica a los demás, y en ella todos oreen. Van llegando tus días. Naces, vives, amas, siembras, aprendes las lecciones del supremo maestro que no yerra, que ea lia pura verdad protagonista donde eJ vivir con el soñar se funden, donde ser, y lo que otros llaman no ser se identifican, se hacesa continuidad de vida trascendente. Viste el defecto de las excesivas pasiones y el camino, Jan, el camino elemental por el que transitamos por estos pueblos con el alma abierta! Y dices a tu modo: -Aún es de día. Ya sabemos qué dice cuando entrega la luz a los destinos de la noche, Y por ser de verdad, despreocupado de eso que llaman seres y cosas importantes, te hiciste cazador, que es como hacerse naturaleza, r e t a m a r a ella, ser con lo primitivo y, a un tiempo, la Yo lo sé como tú, desde mi humilde ees- campesino, cuando la escopeta Berna- -como bandera dominante- desde los cerros, todo el Universo. Y fuiste más, palabra de los hombres, lo que otros aman, piensan o aborrecen y la belleza que del gran misterio del hombre surge en aras vulgares frase No le diste importancia a tus desabrimiento Por esto, cuando ayer te premiaban estaba con los tuyos, y cerca de ti tan justamente que dei mérito hacías una lejana rosa brotada por si misma, otra fórmula bella de ser siempre t ú mismo, independiente y solo, como un hombre en el cara ¡p v Por esto quiero darte hoy no sólo presencia dte amistaid, quiero darte como fe compartida, mi confesión segura efe que conozco tu vital secreto. Una cascada Eumaria, y el remanso, y aü fondo, entre las aguas, como lluvis invertid! éJ hombre, d a r o ser que da palabra y, sobre todo, y sin reservas, su pensamiento en sangre generosa. Esto pensaba de MigueJ Delifees gu amigo, este dispar José María, ausente, mieBitras 1 lluvia de diciembre hendía cristales, escribiendo, gota a gota, la loa dedicada a los que oreen en la belleza y en la libertad. I. T 7 ELMO