ABC MADRID 18-06-1972 página 125

A Dirección General de Instituciones Penitenciarias del Ministerio de Justicia ha querido dar a conocer a la opinión pública algunos de los aspectos del trato que reciben los reclusos en España. A lo largo de una visita a la prisión de Carabanchel hemos tenido ocasión de conocer el proceso por el que pasa un delincuente desde su detención hasta su puesta en libertad. Tras una breve conversación con el director general de Instituciones Penitenciarias, señor Zabala, el secretario de la sección técnica de la misma, señor Barrera, se ofreció a detallarnos dicho proceso en un sintético recorrido por la vida penal de un procesado, para más tarde acompañarnos en nuestra visita a la prisión de Carabanchel. El principal objetivo de la misma era conocer el procedimiento de estudio de las características y circunstancias humanas, sociales, psicológicas y médicas que concurren en cada individuo. Para tal fin, el establecimiento penitenciario dispone, como todos, de un equipo de observación integrado por el subdirector de la prisión, el médico, un sacerdote y un maestro. Ellos se entrevistan con todos y cada uno de los reclusos, para redactar un protocolo que se une al expediente penal. Pero posiblemente el punto más destacable es la visita a la Central de Observación, única en España, verdadero avance de nuestra Administración penitenciaria. Cuando el equipo de observación de un centro penitenciario encuentra un caso de difícil resolución lo envía a esta Central, que se encarga de hacer un completísimo estudio del mismo. Bajo la constante del trabajo en equipo, integran el mismo un médico endocrinóiogo, doctor Castillón; un psicólogo, don Jesús Alarcon; un jurista criminólogo, señor García Ruiz; un pedagogo, señor González Alvarez; un sociólogo, señor Marco Purón; un psiquiatra, señor Torres Sánchez, y un moralista, padre Ladislao Rodríguez. Reconocidos maestros en cada una de sus especialidades, estudian por separado y en virtud de su disciplina cada caso que se tes presenta. Ai final de cada semana celebran una reunión conjunta para llegar a unas conclusiones comunes que, sobre la base de un estudio científico y riguroso de la constitución, temperamento, carácter, aptitudes y condicionamiento social del sujeto, les permitirá proponer l o s tratamientos psicológicos, psiquiátricos, pedagógicos y sociales necesarios, y el establecimiento más idóneo al que debe ser enviado el recluso. Con la remisión de este informe final a la Sección de Tratamiento Penitenciario y al establecimiento de destino concluye la meritoria y de todo punto elogiosa labor de la Central de Observación. Un aspecto interesante es el de la cooperación entre este equipo y los Tribunales. Todos sus. miembros se muestran de acuerdo en que parece necesario llegar en un futuro más o menos próximo a que su labor se desarrolle anteriormente a la imposición de la pena, para de este modo tomar o parte activa en la determinación de la z misma. Este es, sin duda, uno de los mayores logros de la Administración penitenciaria española en los últimos años. Unos 250 reclusos pasan anualmente por la o Central. Ellos, que un día esperan con- z templar un horizonte nuevo, se entregan a estos hombres que con su labor calla- v da hacen de su trabajo un sacerdocio. Tras esta maraña de los más modernos 3 equipos técnicos sé esconde el prestigio de una. entidad que coopera sin descanso en la recuperación de los que un día perdieron la esperanza. Miguel Ángel FLORES L V Todos los días llegan a la prisión ejemplares de diversos periódicos nacionales para la lectura de los detenidos.