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ABC MADRID 26-05-1972 página 55
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ABC MADRID 26-05-1972 página 55

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC. VIERNES 26 DE MAYO E 1972. PAG. 55 sEUROPA: CAMBIOS DE ESTRUCTURAS! LA OTRA CARA DE LA CRISIS Se ha aventurado que la gran crisis que padece la filosofía- -por poner un momento aproximado de partida, desde que concluye en Europa la primera influencia de Netzsche- -ha de resolverse en la muerte natural del discurso filosófico. Como es obvio, explicitar aunque sea irracionalmente la trama que sostiene este simple enunciado, supone ejercitar un pensamiento filosófico, bien sea intuitiva, lógica, estética o sistemáticamente. No digamos el que supone, por otra parte, negar documentalmente la existencia ¡real de este discutible cadáver. Pascal lo reconocía en una de sus gen iales intuiciones cuando escribía: Se moquer de la phílosophie c est vraiment phüosopher. El hede las cho es que, en los últimos años, Europa LETRAS viene almacenando en las bibliotecas de sus U n iv e rsidades una enorme cantidad de libros de filosofía -cuyo objeto central es la defensa o ataque- -necesidad o superfluidad- -de la propia filosofía. En España han discutido en torno a la mesa de disección un grupo de jóvenes filósofos- -algunos, sintomáticamente, asiduos comentadores de Nietzsche- -que revelan una necesaria preocupación por el tema. Eugenio Trías, el pulcro hombre de la dispersión; Manuel SacristánGustavo Bueno, Fernando Savater podrían constituir la nómina simbólica de las respuestas propuestas en libro. Es cierto que cuando se niega la vigencia de determinados postulados o planteamientos filosóficos se alude a una serie de interferencias que se han ido convirtiendo en sistemas autónomos de conocimiento a medida que aumentaba la clásica división de las ciencias. La suavizada antinomia entre razón y fe, para la filosofía medieval, ha debido convertirse en rígida elección entre ciencia positiva y filosofía especulativa para el hombre del siglo XIX. Sin embargo, la especialización (no dispersión) en que han dividido sus investigaciones las ciencias físico- matemáticas, naturales, sociales, psicológicas, lingüísticas, etc. ha producido un movimiento de fricción en el seno de aquella disciplina primera que estaba llamada a actuar entre ellas como polo catalizador. Tanto en artes plásticas como en literatura se ha producido la misma absorción epidérmica al elevar éstas sus propias raíces a una categoría estética de conocimiento universal, y al usar- -la literatura- -la misma forma de expresión, escrita. Hace algún tiempo, Rafael Conté, detectando este proceso, se preguntaba dónde estaba él tímido anaquel de la filosofía, perdido entre los de la narrativa contemporánea en la sala de la cultura occidental. El indudable proceso de recuperación que experimenta la desazón filosófica, sin embargo, ha de ser activado si se agilizan- no sólo el método y manejo dé los amontonados materiales de trabajo, sino también su proyección y aquellos objetos de investigación que todavía la Escolástica llamaba material primario y formal en razón de su finalidad o abstracción específica. -Ramón PEDROS. De Braulio ALFÁGEME Aguilar, S. A. de Ediciones. Mudrid, 1972. Por Antonio HERNANDEZ- GIL Los juristas hemos de acoger con especial atención y complacencia la obra de Braulio Alíaseme Europa: cambios de estructuras Que aparezca prologado por el iusfilósofo Luis Legaz y Lacambra y que el autor haya deseado una nota crítica de otro jurista no pasan de ser manifestaciones externas de una actitud de fondo; el emplazamiento del tema social bajo el signo de lo jurídico. En el campo del Derecho, tras el desarrollo durante gran parte del siglo XIX y hasta el primer tercio de la presente centuria de una posición normativa que alcanza su punto culminante en la teoría pura de Kelsen, es perceptible d e s d e hace años una tendencia donde se dan cita un idealismo ético y un realismo social. El idealismo invoca la racionalidad jurídica en demanda d e respuestas acerca del deber ser. El realismo es sensible al llamamiento acuciante de los hechos. Uno y otro criterio, perfectamente compatibles, persiguen superar el positivismo legalista equivalente al dogma de la plena estatalidad del Derecho y al mero tratamiento lógico de éste. Si la comunicación entre las exigencias éticas, la realidad socioeconómica y la ordenación jurídica en lugar de producirse sólo a expensas de los juristas viene también estimulada por los consagrados a la economía, la sociología y la ética social, el acercamiento será, sin duda, más estrecho y profundo en cuanto concentrará el esfuerzo de movimientos convergentes. He aquí el significado esencial de la obra de Braulio Alfágeme. La esperanza iue en el autor despierta el Derecho no puede tener por base una legalidad formalmente correcta ni unas normas dóciles a cualquier contenido y, por tanto, neutras o diferentes. El Derecho, en verdad, no es por completo autónomo ni insensible al conjunto de los fenómenos sociales condicionantes. El proceso histórico se estratifica y se traduce también en las normas. Mas, al propio tiempo, el Derecho tiene de suyo una entidad crítica y ordenadora manifestada en módulos estimativos. Si responde a una sociedad dada, no se limita a aceptarla como algo irremediable e inmóvil. No equivale al literal plegarse a unas realidades previas. Imprime direcciones y conformaciones tendentes a la estructuración más justa de la convivencia. No es, correctamente entendido, el poder dominante de unos ni el resignado conformismo de otros; no representa una forma de dominación, sino de integración en la que todos hemos de ser partícipes. El orden jurídico propiamente dicho no se identifica con un sistema uniforme de estabilidades. El orden incorpora también la dialéctica del cambio. Y el cambio como elemento de la ordenación jurídica entran el entendimiento de la sociedad en constante proceso de transformación y perfeccionamiento atenido a estos dos patrones básicos: libertad y bien común. Precisamente en nombre del Derecho así configurado aparece resaltada la palabra cambios en el libro de nuestro comentario. La obra de Alíaseme, en cuanto al método y al estilo, es eminentemente sintética. Con ello no quiere decirse que carezca de profundidad analítica. Acontece más bien que el autor ha preferido dejar el análisis en la interioridad del estudio como tarea preparatoria. Muestra de manera muy condensaba resultados v conclusio- CRÓNICA SEMANAL nes, esbozos, grandes perspectivas depuradas de matices. La operatividad sintética responde también a un intento de superación de los contrarios, o por lo menos, al de reducir las diferencias ideológicas a sus verdaderas dimensiones. El pensamiento de Alíaseme no se desenvuelve en los estrictos dominios del descriptivismo económico o sociológico. Pondera hechos, fines y valores. Sitúa el norte de sus propósitos en una sociedad futura... más humana Comprende que una de las mayores dificultades para este logro se halla constituida por el hecho de que nuestro mundo- -y especialmente Europa -aparece dividido en dos ideologías contrapuestas. A- escala económica, tales ideologías se manifiestan en los regímenes de libre empresa y de dirección central) Con estas y otras expresiones- de cierto eufemismo no exento acaso de intencionalidad- -Alfageme alude respectivamente a la doctrina social católica (dentro de a jue se desenvuelve) y al marxismo. Las diferencias entre

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