ABC MADRID 21-05-1972 página 183

M ÁNGEL PALOMINO EL BOOM DEL HUMOR Ha sucedido lo que tenía que suceder. Ángel Palomino, cincuenta y dos años, humorista de pro, le ha hecho al país una tremenda jugada. En su pluma que se procla maba sencilla y a la pata la llana en su bonhomia de hombre sencillo y nada intelectual en su aparente fachada desliteraturizada de gerente de hotel o de una constructora, escondía una mueca rabelesiana de espoleta retardada. Esa visión irónica, crítica y satírica de la España de hoy, tan privativamente suya y con la que se acaba de sentar a la mesa de la literatura: el Humor con mayúscula. El humor español que, últimamente, no pasaba de ser un rapazuelo vergonzante con única bula en La Codorniz y firmando bajo seudónimo. Ángel Palomino ha traído, apenas sin decirlo, una feliz desenvoltura a los encorsetados módulos literarios, desde su manera desenfadada de escribir los libros- Zamora y Gomorra Torremolinos, Gran Hotel Suspense en el cañaveral El César de papel etc. -hasta la manera rigurosamente industrial de venderlos a través de best- sellers e insistentes galardones- -premios Leopoldo Alas, Nacional de Novela Miguel de Cervantes, Hucha de Oro, etc. En estas fotografías familiares podemos verlo ahora muy seriecito por fuera, emulando sus tiempos de profesor en la Academia de Toledo o sus jornadas de despacho hotelero, pero riéndose por dentro, como buen humorista, del boom literario que acaba de organizar, de la revolución efectuada en el escalafón de los escritores. Este hombre corriente que había confesado, entre esperanzado y astuto, que no pretendía implantar la justicia en la cuenca minera asturiana ni elevar tampoco el nivel de vida de los pueblos subdesarrollados