ABC MADRID 07-05-1972 página 209

edición para bibliófilo de Los sueños de Quevedo, publicada en Francia según la versión francesa de Rouen, de 1647. Antonio Saura, siempre de camino hacia Europa o América, ha pasado por Madrid. -Vuelvo a un expresionismo más claro, pero dentro de la misma línea. No hay ruptura. Utilizo más color, quizá: ocres, tierras, rojos. ¿El Paso? Cumplió su función, que podría haber sido más importante, por cierto. Pero hubo problemas, personales y políticos, que lo impidieron. Este es un fenómeno que sucede en todos los grupos. Sin embargo, creo que ha sido un paso para los demás pintores, aunque por desgracia, no fue tan abierto como debiera haber sido. En aquella época existía Tapies, en Barcelona. El mejor pintor de la posguerra. El problema de los pintores catalanes no era tan agudo eoom el nuestro. ¿Los pintores de El Paso? Canogar era mimético. Feito ha perdido, quizá, su carga de misterio, pero lo que hace sigue siendo auténtico. Millares ha sido siempre consecuente consigo mismo, aunque limitado por la técnica que utiliza. ¿Yo? Sigo investigando, trabajando sobre la forma humana, que está inmersa en un condicionamiento impuesto por el mondo actual. ¿Los colores? Una necesidad, para mí, de plantearme nuevos problemas plásticos, de complicar las cosas, de crear problemas más complejos... Si yo deformo y reconstruyo el cuerpo humano es porque me lo exige mi posición de espectador activo Y como consecuencia de ello surge una más profunda investigación de los problemas que actúan sobre el hombre. Sí, durante algún tiempo centré mi obra en varios personajes históricos para liberarme de la Historia. Creo que se puede condensar el arte que yo hago sintetizando los conceptos de provocación, cientifismo y objetividad. Claro que hay una faceta de búsqueda en la abstracción que es propia de nuestro tiempo y, por lo tanto, mía Creo que el arte actual está hecho no de tendencias, sino de individuos Opuestos y contradictorios... Individuos capaces de ser personales y universales a la vez... Lo ideal sería que el arte pudiera influir decisivamente en el bienestar de la Humanidad. Pero, desgraciadamente, los actos plásticos son el medio menos apropiado para ello. Lo cual no quiere decir que el artista, como ser humano, no deba colaborar, a través de su actitud, en esta renovación necesaria... No creo en una crítica de arte que pueda ser practicada por todos y disfrutada por todos. Ni tampoco en un arte al servicio de... pero sí creo que el arte debe dejar de ser una torre de marfil, sólo para exquisitos Me mantengo en una posición intermedia: el artista debe descender y la educación ascender... COLOFÓN ¿Cómo, después de una larga y brillante tradición pictórica, Madrid ha llegado e ser lo que es hoy en arte gracias a un movimiento de renovación tan drástico como el iniciado por El Paso hace quince años? Misterio. ¿Quizá aquella juventud tenía más contenido que otras? ¿Quizá era su momento histórico? En cualquier caso, al observar el floreciente mercado del arte en Madrid, la afluencia a museos y salas de exposición, el apogeo de las subastas, la proliferación de los concursos, no olvidemos que el fenómeno de la capitalidad artística de Madrid se inicia con la sorpresa de aquella Bienal de Venecia, a la que un inteligente comisario de Bellas Artes se asomó, llevando de la mano a los ilusionados aventureros de la abstracción. Javier RUBIO